Luisiana fue el nombre de una gobernación perteneciente a la Capitanía General de Cuba, dentro del Virreinato de Nueva España entre 1764 y 1803. Este territorio estaba situado al oeste del río Misisipi. Su principal ciudad era Nueva Orleans.
Este territorio le fue cedido a España tras el Tratado de París (1763) a cambio de la pérdida de La Florida (recuperada en 1783) y fue devuelto a Francia en 1800 mediante el Tercer Tratado de San Ildefonso.
Este territorio de 50.000 habitantes sumó 2.140.000 km² al ya extensísimo Imperio español que alcanzó su cúspide territorial en esta época. Debido a la enormidad del territorio (más de cuatro veces el tamaño de la metrópoli) la presencia española y la huella que dejó esta fue escasa centrándose principalmente en Nueva Orleans, sede de la gobernación.