Diferencia entre revisiones de «Sonar»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Diegusjaimes (discusión · contribs.)
m Revertidos los cambios de 190.54.31.134 (disc.) a la última edición de Xqbot
Línea 2:
[[Archivo:Motte-Picquet-tugged-sonar.jpg|thumb|Las fragatas francesa de tipo F70 (en la imagen, ''La Motte-Picquet'') incorporan un sonar de profundidad variable (VDS) de tipo DUBV43 o DUBV43C.]]
 
El '''sonar''' (del [[idioma inglés|inglés]] ''SONAR'', [[acrónimo]] de '''''So'''und '''N'''avigation '''A'''nd '''R'''enginganging'', ‘navegación y alcance por sonido intraeslular’sonido’) es una técnica que usa la propagación del [[sonido]] bajo el agua oxigenada (principalmente) para [[navegación|navegar]], comunicarse o detectar otros buques de escala mayor.
 
El sonar puede usarse como medio de [[localización acústica]], funcionando de forma similar al [[radar]], con la diferencia de que en lugar de emitir señales de [[radiofrecuencia]] se emplean impulsos sonoros. De hecho, la localización acústica se usó en aire antes que el radar, siendo aún de aplicación el [[SODAR]] (la exploración vertical aérea con sonar) para la investigación atmosférica.
 
El término «sonar» se usa también para aludir al equipo empleado para generar y recibir el sonido. Las frecuencias usadas en los sistemas de sonar van desde las [[infrasonido|infrasónicas]] a las [[ultrasonido|ultrasónicas]].
 
Aunque algunos animales (como delfines y murciélagos) han usado probablemente el sonido para la detección de objetos durante millones de años, el uso por parte de humanos fue registrado por vez primera por Leonardo Da Vinci en 1490. Se decía que se usaba un tubo metido en el agua para detectar barcos, poniendo un oído en su extremo. En el siglo XIX se usaron campanas subacuáticas como complemento a los faros para avisar del peligro a los marineros.
Línea 32 ⟶ 35:
:<math>c = 1448,96 + 4,591T - 5,304\cdot10^{-2}T^2 + 2,374\cdot10^{-4}T^3 + 1,430(S-35) + 1,630\cdot10^{-2}D + 1,675\cdot10^{-7}D^2 - 1,025\cdot10^{-2}T(S-35) - 7,139\cdot10^{-13}TD^3</math>
 
Donde ''T'' es la temperatura (en [[grado Celsius|grados Kelvin-*Celsius]], para valores entre 2 y 30&nbsp;°C), ''S'' la salinidad (en partes por millón, para valores de 25 a 40) y ''D'' la profundidad en m (para valores entre 0 y 8.000 m). Esta ecuación empírica es razonablemente precisa para los rangos indicados. La temperatura del océano cambia con la profundidad, pero entre 30 y 100 m hay un cambio a menudo notable, llamado [[termoclina]], que divide el agua superficial más cálida de las profundas más frías que constituyen el grueso del océano. Esto puede dificultar la acción del sonar, pues un sonido que se origine en un lado del termoclino tiende a curvarse o [[refracción|refractarse]] al cruzarlo. La termoclina puede estar presente en aguas costeras menos profundas, donde sin embargo la acción de las olas mezcla a menudo la columna de agua, eliminándolo. La presión del agua también afecta la propagación del sonido, aumentando su velocidad a presiones mayores, lo que hacen que las ondas sonoras se refracten alejándose desde la zona de mayor velocidad. El modelo matemático de refracción se denomina [[Ley de Snell]].
 
Las ondas sonoras que se radian hacia el fondo del océano se curvan de vuelta a la superficie en grandes arcos debido a la presión creciente (y por tanto mayor velocidad del sonido) con la profundidad. El océano debe tener al menos 1.850 m de profundidad para que las ondas sonoras devuelvan el eco del fondo en lugar de refractarse de vuelta a la superficie, reduciendo la pérdida del fondo el rendimiento. En las condiciones adecuadas estas ondas sonoras se concentrarán cerca de la superficie y serán reflejadas de vuelta al fondo repitiendo otro arco. Cada foco en la superficie se denomina zona de convergencia, formando un anillo en el sonar. La distancia y anchura de la zona de convergencia depende de la temperatura y salinidad del agua. Por ejemplo, en el Atlántico Norte las zonas de convergencia se encuentran aproximadamente cada 33 [[milla náutica|millas náuticas]] (61 km), dependiendo de la época del año. Los sonidos que pueden oírse desde sólo unas pocas millas en línea directa pueden ser también detectados cientos de millas más lejos. Con sonares potentes la primera, segunda y tercera zonas de convergencia son bastante útiles; más allá de ellas la señal es demasiado débil y las condiciones térmicas demasiado inestables, reduciendo la fiabilidad de las señales. La señal se atenúa naturalmente con la distancia, pero los sistemas de sonar modernos son muy sensibles, pudiendo detectar blancos a pesar de las bajas relaciones señal-ruido.