Diferencia entre revisiones de «El Aleph (cuento)»

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B) La rivalidad amorosa y también literaria entre "Borges" y Daneri. En el campo intelectual y literario es rotunda e insistente la baja apreciación que "Borges" tiene de Daneri y, sin embargo, él es el primo que le franquea el acceso a la casa-templo de Beatriz y al altar de sus fotografías. Por otro lado, es también clara la competencia de Daneri contra "Borges", a quien lanza frecuentes puyas en las que lo contrasta con un gran poeta, llama "seudo coñac" al licor que le regaló y le presume engoladamente sus propios méritos. Los diálogos sobre literatura y el mundo de los escritores, son una parte deliciosa del cuento, cargada de humor y de ironía.
Por otro lado, es central que la hondura de la rivalidad amorosa sólo se revela a "Borges" (después de doce luctuosas visitas muy mas mas mas anuales a la casa de Garay) por la visión en el Aleph de las cartas “obscenas, increíbles, precisas” que Beatriz había enviado a Carlos Argentino. Son, además, rivales dialécticos. Daneri parece apegado a "Borges", aunque éste lo subestime, puesto que lo hace confidente del peligro de perder su Aleph y le pide interceda para conseguir el prólogo; pero la relación que hubo entre los primos y las varias alusiones que sobre Beatriz hace Daneri al despechado "Borges" (entre otras: que Beatriz “se distraía” con Álvaro y que el Aleph le permitiría ver “todas” las imágenes de Beatriz), revelan una actitud desdeñosa, burlona y retadora. Cuando por su parte "Borges" se entera, al final, de todo lo que estaba implicado (y que de algún modo se reflejaba en el callado odio mutuo que se profesaban y en la “maligna felicidad” que sintió cuando asume que el otro está "loco"), le surge un repentino deseo de venganza, aún a costa de sacrificar la maravilla del Aleph. Funcionaría esta parte argumentalmente como marco previo para la historia fantástica del Aleph (C).
 
C) El Aleph propiamente dicho, y la experiencia del narrador-protagonista con él, que es el núcleo de la narración. Puesta en escena del enfrentamiento del hombre con el infinito, representada por el "punto que contiene todos los puntos del universo". Se muestra como un pico de hiperrealidad fantástica; está en el sótano de una casa vieja, y es necesario estar tirado en el suelo para verlo. Es interesante notar cómo un objeto que podría ser digno de culto se encuentra en un ámbito sumamente trivial. Funciona como pie para divagaciones metafísico-filosóficas; se encuentra una idea de la réplica, de lo falso. De hecho, el Aleph de la calle Garay, dice "Borges", sin convicción, no es verdadero; a pesar de que lo vio y lo que vio en él (o tal vez por lo que vio ahí).
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* ¿No es el internet una especie de Aleph en el que podemos mirar (casi) todo, (casi) al mismo tiempo? Borges adivinó esta maravilla que ahora disfrutamos y que seguramente, si la hubiera conocido, la hubiera recorrido infatigablemente.
 
* Originalmente Borges había escrito que Beatriz y Daneri eran hermanos y no primos hermanos como quedó en la versión definitiva. Con ello desdibujó la relación incestuosa, pero un rastro dejó (para que lo supiéramos) en la afirmación de Daneri de que la casa de Beatriz, "la vieja casa inveterada de la calle Garay", era "la casa de mis padres y ".
 
* [[Neil Gaiman]], en su historieta de género fantástico ''[[The Sandman (cómic)|The Sandman]]'', Calíope hace una referencia casi explícita al Aleph de Borges, de manos de un escritor enloquecido por un cúmulo enorme de ideas que son la maldición del Rey del Sueño: "Un viejo de Sunderland que poseía el universo y lo tenía en una jarra de mermelada en la alacena llena de polvo, bajo las escaleras"