Diferencia entre revisiones de «Santo Niño de La Guardia»

Contenido eliminado Contenido añadido
Sin resumen de edición
Línea 18:
Según los documentos que han llegado hasta nosotros, las primeras detenciones no se produjeron como resultado de la investigación de ningún crimen. Ni se había encontrado cadáver alguno ni se había denunciado la desaparición de ningún niño.<ref name=perez186>{{cita libro|apellido=Pérez|nombre=Joseph||título=Los judíos en España|enlaceautor=Joseph Pérez|año=2009|página=186|cita=No se sabe cómo se llamaba el niño ni quiénes eran sus padres, que, por lo visto, no presentaron ninguna denuncia}}</ref> Los primeros detenidos, judeoconversos, fueron acusados únicamente de [[criptojudaísmo|judaizantes]], y solo durante los interrogatorios de que fueron objeto en prisión se iría fraguando la idea de que habían cometido un crimen ritual.
 
En junio de 1490 se detuvo en [[Astorga]] a un [[Judeoconverso (España)|converso]] llamado Benito García, "de quien se sospechaba que robaba hostias consagradas"{{sfn|Pérez|2009|p=185}} y que las llevaba en sus alforjas para ejecutar sacrilegios.<ref name=luis404>{{cita libro|apellido=Suárez Fernández|nombre=Luis||título=La expulsión de los judíos. Un problema europeo|enlaceautor=Luis Suárez Fernández|año=2012|páginas=404|cita=La calumnia se había repetido, como sabemos, en varias ocasiones. Los judíos procuraban adueñarse de Formas para sus ritos de brujería}}</ref> Benito era cardador ambulante y natural del pueblo de La Guardia. Fue conducido ante Pedro de Villada, provisor del obispado de Astorga, e interrogado. Se conserva la confesión de Benito García, con fecha de 6 de junio de 1490, de la cual se desprende que solo se le acusaba de judaizante. El acusado explica en el mencionado documento que cinco años antes (en 1485) había regresado secretamente a la religión judía, alentado por otro converso, también de La Guardia, llamado Juan de Ocaña, y por un zapatero judío de la cercana localidad de [[Tembleque]], cuyo apellido era Franco, y que fue detenido por la Inquisición y encarcelado en [[Segovia]]. Un hecho insólito pues la [[Inquisición española|Inquisición]] no tenía jurisdicción sobre los judíos.
 
Según el relato del caso hecho por el hispanista francés [[Joseph Pérez]] —que coincide con el del historiador español [[Luis Suárez Fernández]]—.,{{sfn|Suárez Fernández|2012|p=404}} Existeexiste una grave confusión en la versión anterior. Los que habrían inducido a judaizar a Benito García, además del converso Juan de Ocaña, habían sido los miembros de una familia conversa, no judía, apellidada Franco de la localidad de Tembleque. Benito García entra en contacto con el zapatero judío —del mismo apellido que la familia de conversos de Tembleque, sin que se sepa si formaba parte de de la misma—{{sfn|Suárez Fernández|2012|p=404}} cuando es trasladado a la prisión de la Inquisición de Segovia, donde efectivamente Yucé Franco está preso, sin que se sepan los motivos. Un hecho insólito porque como recuerda Joseph Pérez, "la [[Inquisición española|Inquisición]] no se metía con los judíos; solo tenía jurisdicción sobre los bautizados ¿Qué hacía, pues, un judío en la cárcel de la Inquisición segoviana? Este es uno de tantos enigmas como se encuentran en el caso del Santo Niño de la Guardia".{{sfn|Pérez|2009|p=185}} Lo mismo afirma Luis Suárez Fernández: "la circunstancia resulta sorprendente, pues un judío no podía ser apresado y encarcelado por la Inquisición. ¿Se trataba acaso de un converso que había retornado a su antigua fe? O ¿se trataba simplemente de una trampa para provocar indiscreciones?".{{sfn|Suárez Fernández|2012|p=404-405}}
 
El 19 de julio de 1490 el judío Yucé Franco, al sentirse enfermo, fue visitado por un médico, Antonio de Ávila. Yucef solicitó al médico la presencia de un [[rabino]]. En lugar de un rabino, el médico se presentó en su segunda visita acompañado de un fraile, Alonso Enríquez, disfrazado de judío y haciéndose llamar Abrahán. El prisionero, utilizando varias palabras en [[idioma hebreo|hebreo]], pidió al fingido rabino que comunicase al rab de Castilla, [[Abraham Seneor]], que se encontraba preso por la muerte («mitá») de un muchacho («nahar») que había servido a la manera de aquel hombre («otohays», eufemismo para hacer referencia a Jesucristo). La segunda vez que fue visitado por los dos hombres, Yucef no volvió a mencionar ese asunto.
Línea 63:
 
== La leyenda en el arte y la literatura ==
 
Yepes menciona que existía un retablo, hoy perdido, en la ermita del Santo Niño de La Guardia de la localidad toledana, mandado pintar por el arzobispo de Toledo [[Alonso de Fonseca y Ulloa|Alonso de Fonseca]], en el que se representaban las escenas del rapto, acusación, flagelación y crucifixión del niño, así como las del prendimiento y ejecución de sus asesinos. En la tabla central de este retablo se mostraba la crucifixión y extracción del corazón del niño.
 
Línea 69 ⟶ 70:
En el acceso por la puerta denominada «del Mollete» a la [[catedral de Toledo]] todavía hoy se conserva un [[mural]] atribuido a [[Bayeu]] con la representación de la crucifixión del Santo Niño de la Guardia. En la actualidad la humedad y la exposición a las inclemencias del tiempo (se encuentra en la zona interior del claustro catedralicio) han propiciado un intenso deterioro de la pintura.
 
[[Lope de Vega]] escribió una obra inspirándose en la leyenda del Santo Niño (muy posiblemente en la ''Historia de la muerte y glorioso martirio del santo inocente que llaman de Laguardia'' de fray [[Rodrigo de Yepes]]), titulada ''El niño inocente de La Guardia'', en realidad una apología de la [[Inquisición]], de la cual era familiar el propio Lope. Esta obra, particularmente cruel dentro del teatro del [[Siglo de Oro]] a la hora de mostrar el martirio del niño protagonista en el último acto, fue refundida por [[José de Cañizares]], autor de la primera y tercera jornadas de ''La viva imagen de Cristo: El Santo Niño de la Villa de la Guardia'', y [[Juan Claudio de la Hoz y Mota]], autor de la segunda. [[Manuel Romero de Castilla]] publicó en 1943 las dos obras juntas con un prólogo algo difuso del Marqués de Lozoya, y luego en 1946 como apéndice de un estudio histórico sobre el caso.<ref> ''Cf.'' ''Comedias históricas: El niño inocente (de Lope de Vega) y La imagen de Cristo (de José de Cañizares), autógrafo e inédita.''. Estudio crítico y transcripción de Manuel Romero de Castilla, Madrid: Hermanos de la Doctrina Cristiana, 1943. La segunda edición lleva el título de ''Singular suceso en el reinado de los Reyes Católicos'', Madrid: Ediciones Rubí, 1946.</ref> De la obra de Lope hay edición moderna del hispanista Anthony J. Farrell (Londres: Tamesis Books, 1985).
 
La muerte del Santo Niño de la Guardia fue empleada como argumento para exigir la [[limpieza de sangre]] a los aspirantes a formar parte del clero de la [[archidiócesis de Toledo]].