Diferencia entre revisiones de «Batalla de Adrianópolis»
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Valente dejó el tesoro imperial destinado a financiar la campaña a salvo en Adrianópolis, y llamó a sus principales lugartenientes a un concejo de guerra para resolver si combatir o no. Su fuerza era probablemente superior a los 20 000 combatientes, sin embargo, debió dejar una guarnición importante en la urbe.<ref name="Jorgensen_1">Jorgensen, 2009: 53</ref> Aunque el historiador británico [[Arnold Hugh Martin Jones]] defendió la cifra de 60 000 romanos, usando los datos proporcionados por la ''[[Notitia dignitatum]]'', aunque actualmente es muy criticado, rebajando el tamaño del ejército de Valente a un cuarto o un tercio de lo que decía Jones.<ref>Burns, 1994: 30-31</ref>
Según los exploradores la hueste goda no disponía de más de 10 000 guerreros,<ref>Burns, 1994: 29; MacDowall, 2011: 69</ref><ref>Lebedynsky, Iaroslav (2001). ''Armes et guerriers barbares au temps des grandes invasions: IVe au VIe siècle apr. J.-C.''. Errance, pp. 220. ISBN 9782877721974.</ref> era la oportunidad de acabar con los germanos antes de que se escabulleran pero el César estaba dubitativo. Es posible que el Emperador dispusiera de entre 15 000 y 20 000 soldados disponibles para ir al campo de batalla,<ref>Heather, 1991: 166; MacDowall, 2011: 64, 68-70</ref> aunque probablemente la primera cifra se acercara más a la realidad ya que disponer de una aparente ventaja numérica de dos a uno Valente no hubiera dudado en atacar.<ref name="MacDowall_1">MacDowall, 2011: 64, 68-70</ref> Lo que desconocía el Emperador era que gran parte de la caballería bárbara estaba pastando fuera de la vista de sus exploradores. <ref name="Jorgensen_1">Jorgensen, 2009: 53</ref> También estaba la posibilidad de esperar a Graciano y su ejército (posiblemente similar al suyo, 15 000 a 20 000, aunque no podía llevar a la mayoría consigo tan lejos de sus fronteras),<ref name= Heather166 >Heather, 1991: 166</ref> quien había enviado mensajeros pidiéndole a su tío que tuviese paciencia, sin embargo, el contingente que lo seguía debía ser bastante limitado, Valente sabría que de esperarlo tendría solo un pequeño apoyo militar pero al precio de compartir la gloria de una victoria.<ref>MacDowall, 2011: 68</ref> Finalmente, primo la opinión de parte importante de sus generales y cortesanos y el César se decidió por atacar.
=== El ejército germánico ===
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