Diferencia entre revisiones de «Problema de los tres cuerpos»
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Mientras que el [[problema de los dos cuerpos]] tiene [[raíz de una función|solución]] mediante el método de las cuadraturas integrales, el problema de tres cuerpos no tiene solución general por dicho método y en algunos casos su solución puede ser [[Teoría del caos|caótica]] en el sentido físico del término, lo que significa que pequeñas variaciones en las condiciones iniciales pueden llevar a destinos totalmente diferentes.
En general, el problema de los tres cuerpos (y el problema de los ''n''-cuerpos, para ''n'' > [[tres|3]]) no puede resolverse por el método de las cuadraturas o [[integral de movimiento|integrales de movimiento]] (o integrales primeras). Como demostró el matemático francés [[Henri Poincaré]], no existe una fórmula que lo rija. Esto es, de las 18 integrales de movimiento
Este problema no surge como un problema meramente hipotético, pues el sistema [[Tierra]]-[[Luna]]-[[Sol]] es un caso muy próximo del problema. [[Charles-Eugène Delaunay]] estudió entre [[1860]] y [[1867]] dicho sistema y publicó dos volúmenes sobre el tema, cada uno de 900 páginas. Entre muchos otros logros, en su trabajo aparece ya el caos, y aplica la [[Teoría perturbacional|teoría de la perturbación]], que consiste en resolverlo como un problema de dos cuerpos y considerar que el tercero perturba la posición de los otros dos.
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El [[determinismo]] laplaciano consistía en afirmar que, si se conocen las leyes que gobiernan los fenómenos estudiados y se conocen las condiciones iniciales y se es capaz de calcular la solución, entonces se puede predecir con total certeza el futuro del sistema estudiado.
A finales del siglo XIX [[Henri Poincaré]] (1854-1912), matemático francés, introdujo un nuevo punto de vista al preguntar si el
El azar no es más que la medida de la ignorancia del hombre, reconociendo, a la vez, la existencia de innumerables fenómenos que no eran completamente aleatorios, que simplemente no respondían a una dinámica lineal, aquellos a los que pequeños cambios en las condiciones iniciales conducían a enormes cambios en el resultado. Esta afirmación, además, está directamente relacionada con la [[teoría de variables ocultas]]. De este modo se comenzó la búsqueda de las leyes que gobiernan los sistemas desconocidos, tales como el clima, la sangre cuando fluye a través del corazón, las turbulencias, las formaciones geológicas, los atascos de vehículos, las epidemias, la bolsa o la forma en que las flores florecen en un prado.
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