Diferencia entre revisiones de «Reino de León»

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Pero tras la llegada de los Borbones al trono a principios del siglo XVIII se dará un leve repunte de las tierras leonesas, notándose en el impulso que darán a la Universidad de Salamanca los nuevos monarcas así como, pese a la centralización que harán en toda España, dándose la paradoja de que mantendrán las instituciones propias leonesas, como el Defensor del Reino de León, al Adelantamiento del Reino de León o la Alcaldía Mayor del Reino de León así como creando la Sargentía Mayor del Reino de León en el siglo XVII.
 
=== Siglo XIX: desapariciónEl formalreino delde reinoLeón en la Guerra de Independencia y Siglo XX ===
 
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En [[1833]] se produce la definitiva (y actualmente vigente) [[División territorial de España en 1833|división provincial]] promovida por [[Javier de Burgos]], que elimina definitivamente anteriores divisiones territoriales. Con la creación de las provincias se incluye una adscripción de dichas provincias a regiones, sin ningún tipo de competencia administrativa o de otro tipo. Una de dichas regiones es la de [[Región de León|León]].
Ya en el siglo XIX, cabría destacar que tras la invasión francesa, el Reino de León será el primero de los reinos españoles en declarar la guerra a Francia, haciéndolo el 24 de abril de 1808, creándose la Junta Patriótica del Reino de León y dándose en tierras leonesas héroes en esa guerra de la talla de Julián Sánchez “El Charro” (por tierras de Ledesma, el Sayago y el Campo Charro), José María Vázquez “El Salamanquino” (en Sanabria) o “Ríos” (en La Guareña). El 1 de junio de 1808 se creará la Junta Superior del Reino de León, que representará a las provincias leonesas (León, Zamora, Salamanca y Toro) en la Junta Central. Pero los diputados leoneses serán detenidos en Tordesillas (Valladolid) por orden del capitán general de Valladolid (el general Cuesta) que ordenará la disolución de la Junta del Reino de León y su integración en la Junta de Castilla la Vieja. Pero esta orden será rechazada por unanimidad por los diputados salmantinos, toresanos, zamoranos y leoneses, lo que hará que se les encarcele en el Alcázar de Segovia, donde permanecerían hasta que a la Junta Central le llegó la noticia de los sucesos, ordenando entonces su inmediata puesta en libertad y manifestando su legitimidad absoluta a permanecer como representantes del Reino de León en la Junta Central española. De este modo, y una vez salvados estos escollos el país leonés será clave en la victoria española, librándose batallas tan cruciales en el devenir de la guerra como la de Arapiles. Del mismo modo se darán batallas en Ciudad Rodrigo, Zamora, El Maderal, Astorga, Morales de Toro y Castrogonzalo. Finalmente la guerra acabará con la victoria española, lográndose por tanto los objetivos de la Junta Central y, dentro de ella, de la Junta Superior del Reino de León aunque, curiosamente, la Capitanía General del Reino de León (con sede en Zamora) desaparecerá en 1822 para crearse la Capitanía General de Valladolid, que englobará aparte de a dicha provincia a las tres leonesas, Asturias y Ávila.
 
 
Tras la Guerra se instaurará el absolutismo de nuevo y eso hará que se sucedan una serie de tensiones como el Motín de Toro de 1821, las correrías de la guerrilla de El Empecinado o la quema de los restos de los comuneros en Zamora en 1825. A la vez que estos hechos verán la luz nuevas divisiones provinciales dándose la de 1822 en que desaparecía definitivamente la provincia de Toro y nacía la de Villafranca del Bierzo, dividiéndose el Reino de León en dicha reestructuración en cuatro provincias (Bierzo, León, Salamanca, Zamora). A ésta división le seguirá la de 1833 que será la que hemos heredado en la actualidad y en la cual la Región Leonesa se dividía en tres provincias: León, Zamora y Salamanca, si bien posteriormente en determinados periodos se incluirán a las de Valladolid y Palencia en la Región Leonesa por aquello de que la parte occidental de esas provincias formaron parte del Reino de León. De este modo un Real Decreto de 1855 otorgará las provincia de Valladolid y Palencia a la Región Leonesa, aunque para finales de siglo el antiguo Reino de León ya habría vuelto a su clásica división triprovincial.
Un golpe tremendo para el patrimonio monumental del Reino de León, al igual que para el del resto de España, serán las desamortizaciones del siglo XIX que harán perder una gran parte de los monumentos religiosos (como el monasterio de Granja de Moreruela, en Zamora, del siglo XII, que fue el monasterio cisterciense más importante de la Corona Leonesa y uno de los más importantes de España) así como parte de los civiles, suponiendo junto a la guerra de independencia la mayor perdida de patrimonio para la región leonesa. En la segunda mitad de este siglo llegará el ferrocarril a nuestra región, creándose la vía férrea de la Vía de la Plata, así como trenes como el de La Fregeneda (que servirá de conexión con Oporto) o el de La Robla (para trasladar el carbón leonés a las industrias vizcaínas). En esta época se empezará a poner en cuestión por parte de intereses castellanos la continuidad de la existencia del Reino de León en España y, con ello, se cuestionará su papel fundador en la unidad nacional española. Es lo que se llamará la “Gran Castilla”, que basará su idea en una imagen castellana basada en Tierra de Campos, pese a que, por ejemplo, el portugués Oliveira Martins manifestase que “Campos es la esencia del Reino de León”. De dicha idea quedarán fuera precisamente los territorios propiamente castellanos como Santander y Logroño, intentando crearse una imagen de Cuenca del Duero que excluyese la parte portuguesa de dicha cuenca y procurando crear una 'región' con capital en Valladolid. Parte de la generación del 98 (curiosamente ninguno de ellos ni leonés ni castellano) apoyará esta idea como Azorín, aunque otros como Unamuno estudiarán a fondo dicha temática, haciendo estudios bastante profundos sobre el idioma leonés en Las Arribes, así como haciendo gala de la leonesidad de la ciudad de Toro en su poesía. Esta opción calará hondo proyectándose la unión de las regiones leonesa y castellanovieja en el borrador de la Constitución republicana de 1873, aunque este proyecto no llegará a llevarse a cabo por la frontal oposición de las diputaciones leonesas y, de este modo, se mantendrá oficialmente la Región Leonesa conformada por Salamanca, Zamora y León, aunque al saltar a la luz el tema estatutario en la Segunda República en 1931, se planteará como casi imposible la posibilidad de una autonomía leonesa por falta de apoyo de los grandes bloques electorales. Así, habrá proyectos alternativos sobre una autonomía Astur-Leonesa formada por Salamanca, Zamora, León y Asturias, y una autonomía de León y Castilla formada por ambas regiones. Aún así, desde Zamora y León se intentó propugnar con fuerza un proyecto de autonomía puramente leonesa formado por las provincias de Salamanca, Zamora y León, pero al poco estalló la guerra civil. En la Guerra Civil la mayor parte del Reino de León se postuló del lado franquista, a excepción de las zonas mineras del norte regional, donde en la posguerra se situarían los 'maquis' que se intentarían hacer fuertes en las montañas. Cabría destacar en este aspecto que existió en el bando republicano de la guerra un Consejo de Asturias y León con moneda y timbre propio y en el bando franquista una Junta de Guerra del Reino de León con sede en Salamanca que ordenaría las acciones de aquellos soldados 'nacionales' de las provincias leonesas. Tras la Guerra se vivirán varias catástrofes como la explosión del Polvorín de Peñaranda de Bracamonte (100 muertos) en 1939, la rotura de la presa en el viejo Ribadelago de Sanabria (144 muertos) en 1959 o el accidente ferroviario de Torre del Bierzo (unos 500 muertos) en 1944.
Al mismo tiempo se vivirá una fuerte emigración del campo a las capitales provinciales, así como la marcha masiva de leoneses en busca de trabajo a las zonas industriales de la nación como Madrid, Cataluña o el País Vasco, así como a otros países europeos como Alemania, Suiza o Francia. Se edificarán las grandes presas del Reino de León como Almendra, Ricobayo, Bárcena, Santa Teresa, Porma, Barrios de Luna o Aldeadávila que convertirán a la Región Leonesa en un granero energético aunque el centro de distribución eléctrica de estas presas se ubicará curiosamente fuera de la región y en una provincia sin embalses destacables como Valladolid. Se iniciará en los años sesenta una tremenda debacle poblacional y de futuro para la Región Leonesa en la que seguirá sumida hasta la actualidad, con una carencia crónica de infraestructuras y de industria que se reflejará en la Transición en que pese a ser una región más de España fue la única que se quedó sin ser una comunidad autónoma, lo cual estará intimamente ligado a la falta de peso de las tres provincias del antiguo Reino de León en el ámbito económico. De este modo en 1983 se borrará oficialmente al Reino de León del mapa de España, uniéndolo con seis provincias castellanoviejas para crear la Comunidad Autónoma de Castilla y León, unión que rechazará Segovia y aprobará su autonomía uniprovincial aunque ésta será rechazada en Cortes por “interés nacional”.
 
 
Así, el único intento serio por lograr la autonomía leonesa y devolver al mapa regional de España al país leonés se dará por parte de la derecha que creará la Coordinadora Leonesista que aglutinará a diferentes grupos sociales, así como partidos políticos como Alianza Popular, Partido Regionalista del País Leonés, Partido Socialista Popular, Partido de El Bierzo, Partido Carlista o Liga Comunista Revolucionaria, así como miembros a título personal del Partido Socialista Obrero Español, Unión de Centro Democrático y el Partido Comunista de España cuyos partidos se opondrán a la autonomía leonesa. Tras la inclusión de las tres provincias leonesas en la autonomía castellano-leonesa, la Coordinadora Leonesista sacará a la calle en 1984 a 100.000 leoneses exigiendo la Comunidad Autónoma de la Región Leonesa aunque no logrará su objetivo convirtiéndose hasta la actualidad el Reino de León simplemente en el “y León” del nombre de la comunidad autónoma actual
En esta época se acabará con la columna vertebral de la Región Leonesa en el ámbito de las infraestructuras, cerrándose la línea de tren que unía el viejo Reino de León con Asturias y Extremadura, la Vía de la Plata, así como aislando su conexión con Oporto al cerrarse el ferrocarril de La Fregeneda.
 
== Título imperial ==