Diferencia entre revisiones de «Motín del 2 de agosto de 1810»

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{{AP|Primera Junta de Gobierno Autónoma de Quito}}
La '''primera Junta de Gobierno Autónoma''' fue un [[Poder ejecutivo|gobierno ejecutivo]] que se creó en el territorio de la [[Presidencia de Quito]] a raíz de la [[invasión napoleónica a España]], y que dio inicio al [[Proceso revolucionario de Quito (1809-1812)|proceso revolucionario]] que se extendería hasta 1812. Esta revolución, tuvo lugar en la ciudad de [[Quito]] el [[10 de agosto]] de [[1809]], después del derrocamiento de [[Manuel Ruiz Urriés de Castilla|Manuel Ruiz Urriés de Castilla y Pujadas]], I [[Condado de Ruiz de Castilla|conde de Ruiz de Castilla]], presidente de la [[Real Audiencia de Quito]], por un grupo de sublevados que formaron una [[junta de gobierno]] provisional.
La revolución del [[10 de agosto]] de [[1809]], conocida en Ecuador comúnmente como ''Primer Grito de Independencia'', fue un movimiento autonomista el cual estaba disfrazado bajo las llamadas [[Máscara de Fernando VII|máscaras de Fernando VII]], [[Fernando VII|Fernando VII]] rey de España, quien había sido derrocado debido a la invasión de los [[Francia|franceses]], al mando de [[Napoleón Bonaparte]], a [[España]]. Esta revolución fue liderada por una élite criolla, descendientes de españoles nacidos en [[América]], la cual destituyó al presidente de la [[Real Audiencia de Quito]], conde [[Manuel de Urriés|Ruíz de Castilla]], y se instaló en el poder bajo la administración de [[Quito|quiteños]] y no de personas designadas por Madrid. Este hecho histórico está marcado por otros factores que además de los antes mencionados deben ser conocidos para una mejor comprensión de la significación del Primer Grito de la Independencia; tal es así que el 7 de marzo de 1.808, el mariscal francés [[Joaquín Murat]] llega a España todavía como un aliado pero debido a un intento por parte del rey español [[Carlos IV de España|Carlos IV]] de huir hacia América, este se ve obligado a renunciar al trono a favor de su hijo Fernando VII que más tarde sería apresado por Napoleón quien a la postre se vería favorecido por la abdicación de Fernando VII al trono español pero, que provocaría la formación de las “Juntas Supremas Provinciales” que se encargarían de organizar la resistencia en contra del dominio francés.
A este evento se le conoce en el [[Ecuador]] y otros países de la región como ''Primer Grito de Independencia Hispanoamericano'', debido a que constituyó el inicio del proceso de emancipación de Latinoamérica. Además, a los gestores de este hecho se les conoce como los ''patriotas del 10 de agosto de 1809''. De los participantes en la sonada, 32 acabaron siendo encarcelados y luego asesinados por órdenes de Ruiz de Castilla en el [[Motín del 2 de agosto de 1810]].<ref name="acta">{{cita web|url=http://www.fmmeducacion.com.ar/Historia/Documentoshist/1809independenciaquitoecuador.htm|título= Acta del 10 de agosto de 1809|fechaacceso=2007|autor=Diputados de Quito |año = 1809}}</ref>
 
En todo caso las noticias inquietaron al pueblo quiteño, quienes comenzaron a analizar las repercusiones de estos acontecimientos y bajo estas circunstancias líderes como el [[Marqués de Selva Alegre]], [[Juan Pío Montúfar]], reúne en su hacienda “El Obraje” en el Valle de Los Chillos, el 25 de diciembre de 1.808, al Dr. José Luis Riofrío, cura de la Parroquia de Píntag, al capitán [[Juan de Salinas y Zenitagoya|Juan de Salinas]], a los abogados [[Juan de Dios Morales]] y [[Manuel Rodríguez de Quiroga]] entre otros, en la llamada “Conspiración de Navidad”, en donde discuten sobre este tema y en la que llegan a la conclusión que la mejor forma de “evitar” una posible dominación francesa es precisamente imitando el mecanismo imperante en España: la constitución de una Junta Soberana.
 
El pueblo de Quito vio afectados sus intereses por las medidas tomadas por el Gobierno colonial, al mismo tiempo que los ideales de la [[Ilustración]] y la [[Revolución francesa]], fueron propagados por intelectuales como [[Eugenio Espejo]] y [[José Mejía Lequerica]], que los extendieron entre todas las clases sociales de la población. La decadencia del régimen colonial español que era evidente en todo el continente, fue un detonante para intentar una sublevación contra el régimen, disfrazada bajo las llamadas [[Máscara de Fernando VII|máscaras de Fernando VII]], en las que se fingía lealtad al rey español para evitar represiones, pero que tenían como fin lograr un gobierno autónomo.
A esta idea se fueron sumando varios adeptos entre los meses de enero y febrero de 1.809 pero son descubiertos por el gobierno y apresados a inicios del mes de marzo del mismo año. Al ser gente de clase adinerada los acusados consiguieron la mejor defensa e inclusive y para “suerte” de los conjurados varios desconocidos lograron robar la documentación referente al proceso legal en su contra motivo por el que los reos son puestos en libertad.
 
El [[6 de octubre]] de [[1808]] el [[Cabildo colonial|Cabildo]] de la ciudad de [[Quito]] recibe las noticias de la [[invasión napoleónica a España]] y las [[Abdicaciones de Bayona|Capitulaciones de Bayona]], por las que [[Fernando VII de España|Fernando VII]] [[Abdicar|abdicó]] la corona en el emperador francés [[Napoleón Bonaparte]].{{Harvnp|Gomezjurado Zevallos|2015|pp=275}} Este tema se discutía con frecuencia en varias reuniones a las que asistían tanto los nobles locales, como intelectuales liberales influidos por la [[Ilustración]].
Una vez liberados los conspiradores vuelven a reorganizarse y la rebelión comienza la noche del 9 de agosto en casa de la patriota [[Manuela Cañizares]] y termina la madrugada del 10 de agosto de 1809, una vez que queda conformada la Junta Soberana de Gobierno, teniendo como autoridades al marqués de Selva Alegre, [[Juan Pío Montúfar]], y al [[Anexo:Arzobispos de Quito|obispo]] [[José Cuero y Caicedo]], como presidente y vicepresidente respectivamente, además los doctores [[Juan de Dios Morales]], [[Manuel Rodríguez de Quiroga]] y [[Juan Larrea]] fueron nombrados como Secretarios de Estado, Despacho de lo Interior, y de Gracia, Justicia y Hacienda respectivamente. Ese mismo día muy temprano por la mañana [[Antonio Ante]], secretario general de la Junta de Gobierno, visita a [[Manuel de Urriés]], conde Ruiz de Castilla y presidente de la [[Real Audiencia de Quito]], con el fin de comunicarle que la Junta de Gobierno lo relevaba de sus funciones; al mismo tiempo el coronel [[Juan de Salinas y Zenitagoya|Juan de Salinas]], al mando de las fuerzas militares de Quito decretaba su independencia.
 
El más conocido entre estos capítulos es el llamado Complot de Navidad, que tuvo lugar el [[25 de diciembre]] de [[1808]] durante una reunión efectuada en la Hacienda Chillo-Compañía, propiedad de [[Juan Pío Montúfar]], [[Marqués de Selva Alegre|II marqués de Selva Alegre]]. En ella los invitados discutieron los acontecimientos que estaban sucediendo en España con motivo de la invasión napoleónica, así como la crisis socioeconómica que vivía gran parte de la Audiencia a causa de las [[reformas borbónicas]], todo ello con planes autonomistas para Quito.
Alcanzado el objetivo primigenio, es decir, la conformación de la Junta de Gobierno, el 16 de agosto de 1809, las autoridades del nuevo régimen llevan a cabo un Cabildo Abierto en la sala Capitular del [[Iglesia de San Agustín (Quito)|Convento de San Agustín]], sesión en la que ratificaron todo lo actuado en la mañana del 10 de Agosto, días después la Junta de Gobierno enviaba comunicados al [[virrey del Perú]], [[José Abascal]], al de [[Virreinato de Nueva Granada|Santa Fe]], [[Antonio Amar y Borbón]], al gobernador de [[Gobierno de Guayaquil|Guayaquil]], Bartolomé Cucalón y al de [[Gobierno de Cuenca|Cuenca]], [[Melchor de Aymerich]] la existencia del nuevo orden en la antigua [[Real Audiencia de Quito]]. Las autoridades peninsulares informadas de este evento disponen la reducción de la “rebelión” en curso y despachan tropas desde [[Guayaquil]], [[Popayán]] y [[San Juan de Pasto|Pasto]] con la misión de tomar [[Quito]] y acabar con los insurrectos.
 
El [[22 de febrero]] de [[1809]], [[Pedro de Montúfar]], que ejercía como [[alcalde de Quito]], recibió varias cartas de la [[Junta Central Suprema]] en las que se solicitaba que el Cabildo demostrase la fidelidad de la ciudad al depuesto rey [[Fernando VII de España|Fernando VII]], enviando cartas al [[Virrey de Nueva Granada|virrey]] de [[Virreinato de Nueva Granada|Nueva Granada]] y a los [[Infante de España|Infantes de España]]; por ello el [[17 de marzo]] se acordó el reconocimiento a la Junta Central como representante de la autoridad del Rey hasta que se consiga su restablecimiento en el trono, así como una ceremonia religiosa en la [[Catedral de Quito|Catedral]] donde el Cabildo, el tribunal de la [[Real Audiencia de Quito|Real Audiencia]] y el cuerpo militar, jurasen dicha lealtad.{{Harvnp|Gomezjurado Zevallos|2015|p=276}}
Poco ayudaron circulares como ésta, que envió Quito a los cabildos de las ciudades más cercanas, hablando claramente de conceptos prohibidos por los realistas (por traición), como patria, libertad e independencia:
{{cita| Quito, Agosto 13 de 1809.- A los Señores Alféreses, Corregidores y Cabildos que existen en los asientos, villas y ciudades.- S. E. El Presidente de Estado, de acuerdo con la Honorable Junta y los Oidores de audiencia en pública convención, me han instruido que dirija a US. una circular en la que acredite y haga saber a todas las autoridades comarcanas que, facultados por un consentimiento general de todos los pueblos, e inspirados; de un sistema patrio, se ha procedido al instalamiento de un Consejo central, en donde con la circunspección que exigen las circunstancias se ha decretado que nuestro Gobierno gire bajo los dos ejes de independencia y libertad; para lo que han convenido la Honorable Junta y la Audiencia nacional en nombrar para Presidente a S. E. el señor marqués de Selva Alegre, caballero condecorado con la cruz del orden de Santiago. Lo comunico a US. para que en su reconocimiento se dirijan por el conducto ordinario letras y oficios satisfactorios de obediencia, después de haber practicado las reuniones y juntas, en las capitales de provincia y pueblos que sean convenientes; y fechas que sean se remitan las actas.<ref name="cervantesvirtual_1">{{cita web |url=http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pedro-fermin-cevallos--0/html/|título=http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pedro-fermin-cevallos--0/html/}}</ref>}}
 
Sin embargo, el Complot de Navidad con planes autonomistas para Quito, salió a la luz pública los últimas días de febrero, cuando fue denunciado a los españoles por unos sacerdotes [[Orden mercedaria|mercedarios]] a los que el coronel [[Juan de Salinas y Zenitagoya|Salinas]] había hecho partícipes del plan buscando apoyo de esa congregación religiosa.{{Harvnp|Gomezjurado Zevallos|2015|p=277}} El presidente [[Manuel Ruiz Urriés de Castilla]] ordenó apresar a [[Juan de Dios Morales]], Nicolás de la Peña, el cura José Riofrío, el mismo Salinas y otros asistentes a la reunión decembrina; aunque luego tuvo que liberarlos por falta de pruebas, ya que los expedientes del proceso fueron extraídos de la oficina del secretario que lo llevaba.{{Harvnp|Gomezjurado Zevallos|2015|p=277}}
En Popayán, el alférez real Gabriel de Santacruz contestó lo siguiente:
{{cita| Considerando que arbitrariamente se han sometido los revoltosos quiteños a establecer una Junta sin el previo consentimiento de la de España, y como se nos exige una obediencia independiente de nuestro Rey Don Fernando VII, por tan execrable atentado y en defensa de nuestro monarca decretamos: Art. único. Toda persona de toda clase, edad y condición, inclusos los dos sexos, que se adhiriese o mezclase por hechos, sediciones o comunicaciones en favor del Consejo central, negando la obediencia al Rey, será castigado con la pena del delito de lesa majestad.<ref name="cervantesvirtual_1"/>}}
 
Ante lo que las autoridades españolas de la Presidencia consideraban ya una tentativa innegable de sublevación de los quiteños, estas enviaron un comunicado al Cabildo que fue leído el [[25 de abril]], en el que se refiere a la reunión de diciembre en la hacienda del Marqués de Selva Alegre como «una Junta que se ha supuesto iba a entablarse contra el Gobierno actual» y se solicitaba que se detenga, denuncie e investigue estos movimientos que manchaban la imagen de lealtad de la ciudad.{{Harvnp|Gomezjurado Zevallos|2015|p=277}}
En Guayaquil, la opinión también fue contraria a la revolución de Quito. Solo la familia del futuro presidente del Ecuador [[Vicente Rocafuerte]] fue invitada por Montúfar y Morales a dar un golpe similar en el puerto, pero el gobernador Bartolomé Cucalón apresó a Rocafuerte y a su tío, [[Jacinto Bejarano]], antes de que pudieran actuar.<ref name="cervantesvirtual_1"/>
 
Durante la noche del [[9 de agosto|9]] a la madrugada del [[10 de agosto]] de [[1809]] en casa de [[Manuela Cañizares]], dama quiteña comprometida con la causa independentista. Decidieron reunirse un grupo conformado por nobles criollos, doctores, marqueses con el obejtivo de organizar una junta suprema de gobierno. En esta junta se designó a [[Juan Pío Montufar]] Marqués de Selva Alegre como Presidente, el obispo [[José de Cuero y Caicedo|Cuero y Caicedo]] como vicepresidente, en el despacho del Interior a [[Juan de Dios Morales]], en el de Gracia y Justicia a Manuel Rodríguez de Quiroga y en el de Hacienda a Juan Larrea.
Mientras tanto en Quito, la Junta de Gobierno, que se había dado a sí misma el [[Tratamiento protocolario|tratamiento]] de Majestad, a su presidente el de Alteza Serenísima y a sus miembros el de Excelencia, organizó dos divisiones compuestas por tres mil hombres bajo el mando de Juan Ascázubi y Manuel Zambrano, y los envía con dirección al norte con la finalidad de detener el avance de las fuerzas realistas al mando del [[Gobierno de Popayán|Gobernador de Popayán]], [[Miguel Tacón]]. Las fuerzas quiteñas cruzaron el [[río Carchi]] e ingresaron en territorio pastuso, pero la inexperiencia, la ignorancia y la carencia de disciplina militar hicieron que Ascázubi fuera derrotado y apresado en el combate de Sapuyes, del cual no se tiene mayor información; y, que Zambrano en [[Cumbal (Nariño)|Cumbal]] corriera similar suerte con la única diferencia que este logró escapar junto a lo que quedaba de la milicia quiteña.
 
== El 10 de agosto ==
Desesperado, Montúfar remitió al puerto de Esmeraldas una carta para que se la entreguen a cualquier buque inglés, pidiendo el apoyo de Gran Bretaña para la Junta Soberana. La carta, dirigida "al Gabinete de San James y al augusto monarca de los mares", dice:
 
{{cita| "pido como Presidente y a nombre de la Junta Suprema Gubernativa, armas y municiones de guerra que necesitamos, principalmente fusiles y sables... Apetece íntimamente esta Suprema Junta la más estrecha unión y alianza con su inmortal nación y la tranquilidad de nuestro comercio con ella".<ref name="maicaoaldia_1">{{cita web |url=http://maicaoaldia.blogspot.com/2009/04/bicentenario-de-la-primera-revolucion.html|título=http://maicaoaldia.blogspot.com/2009/04/bicentenario-de-la-primera-revolucion.html}}</ref>}}
[[Archivo:Reunión en la Casa de Manuela Cañizares (10 de agosto, 1809).jpg|thumb|250px|''Reunión de los próceres en la casa de Manuela Cañizares. Óleo sobre lienzo, autor desconocido (inicios del siglo XX).'']]
[[Archivo:Manuela cañizares.jpg|thumb|250px|''Doña Manuela Cañizares.'']]
 
En la mañana del 10 de agosto de 1809 los patriotas sorprendieron a los comandantes españoles de la guarnición de Quito y sitiaron el Palacio Real, actual [[Palacio de Carondelet]], con el fin de entregar al conde Ruiz de Castilla, quien era el presidente de la Real Audiencia, el oficio mediante el cual se le había cesado de sus funciones. El apoyo de los 177 soldados de la guarnición colonial fue clave para el triunfo de la revuelta, ya que plegaron a ella sin que se produjeran enfrentamientos armados. La tropa se formó en la [[Plaza de la Independencia (Quito)|Plaza de la Independencia]], al mando de [[Juan de Salinas y Zenitagoya|Salinas]], cerca de las cinco de la mañana.
 
El doctor Antonio Ante se presentó, según relata el historiador Pedro Fermín Cevallos, en el Real Palacio antes de las seis de la mañana y exigió que despertaran al presidente de la Real Audiencia, para entregarle el siguiente oficio:<ref name="Primera Idea de Emancipación">{{cita web|autor=Fermín Cevallos, Pedro|título=Resumen de la Historia del Ecuador, tomo III, Cap. I "Primera Idea de Emancipación", páginas 194 - 220|url=http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pedro-fermin-cevallos--0/html/fffd854e-82b1-11df-acc7-002185ce6064_11.html#I_11_|obra=Biblioteca Virtual Cervantes|idioma=español}}</ref>
 
{{cita| "''El actual estado de incertidumbre en que está sumida la España, el total anonadamiento de todas las autoridades legalmente constituídas, y los peligros a que están expuestas la persona y posesiones de nuestro muy amado Fernando VII de caer bajo el poder del tirano de Europa, han determinado a nuestros hermanos de la presidencia a formar gobiernos provisionales para su seguridad personal, para librarse de las maquinaciones de algunos de sus pérfidos compatriotas indignos del nombre español, y para defenderse del enemigo común. Los leales habitantes de Quito, imitando su ejemplo y resueltos a conservar para su Rey legítimo y soberano señor esta parte de su reino, han establecido también una Junta Soberana en esta ciudad de San Francisco de Quito, a cuyo nombre y por orden de S. E. el Presidente, tengo a honra el comunicar a US. que han cesado las funciones de los miembros del antiguo gobierno.- Dios, etc.- Sala de la Junta en Quito, a 10 de agosto de 1809.- Juan de Dios Morales, Secretario de lo Interior''"}}
 
Esta supuesta muestra de fidelidad al rey es una estrategia conocida como la [[Máscara de Fernando VII|máscara de Fernando VII]], que fueron una estrategia militar en la que supuestamente se juraba lealtad al rey, pero tenían el único fin de lograr la autonomía sin temor a represalias.
 
La revolución ejecutada el 10 de agosto de 1809 no dejó dudas sobre el carácter autonomista y liberador del movimiento patriota. Sin embargo, en la misma época, tampoco quedaban dudas de que el movimiento de aquellos criollos patriotas se inspiraba en el pensamiento ilustrado inculcado por Eugenio Espejo (1747-1795) y que, sobre todo, al asumir como suyo el principio de soberanía popular y de representación del pueblo, ejecutaba un acto revolucionario que, en última instancia, movilizaba un proyecto autonomista.
 
El júbilo popular fue inmenso, destaca Pedro Fermín Cevallos:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
{{cita| "A las seis de la madrugada se vio que en la plaza mayor se formaba una gran reunión de hombres, frente al Palacio de Gobierno, y se oyó muy luego una prolongada descarga de Artillería, repiques de campana y alegre bullicio de los vivas y músicas marciales."}}
 
Se formó entonces la Junta Soberana de Quito bajo el liderazgo de [[Juan Pío Montúfar]] [[marqués de Selva Alegre]]; quienes tomaron posesión de la administración de la Audiencia en la sala capitular de [[Iglesia de San Agustín (Quito)|San Agustín]], el día 16 de agosto.
 
En consideración a su edad y a que vivía en el Palacio Real, se dejó a Ruiz de Castilla permanecer en él, pero Pedro Fermín Cevallos destaca la prisión de los siguientes funcionarios coloniales:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
{{cita| "el Regente de la Real Audiencia, Bustillos; el Asesor general, Mansanos; el Oidor Merchante, el Colector de rentas decimales, Sáenz de Vergara; el Comandante Villaespeso, el Administrador de Correos, Vergara Gabiria y algunos, aunque pocos, militares sospechosos."}}
 
=== Intento de expansión ===
Inicialmente la Junta había considerado entre sus proyectos el organizar un ejército de dos mil hombres para defender la ciudad de Quito.<ref>Encina, 1954: pp.17</ref> Los revolucionarios solicitaron ayuda a los territorios de [[Gobierno de Cuenca|Cuenca]], [[Gobierno de Guayaquil|Guayaquil]] y [[Gobierno de Popayán|Popayán]], pero éstos se negaron al enterarse de la campaña que acababa de emprender el virrey del Perú [[José Fernando de Abascal]] en contra de la sonada, dejando solos a los quitenses, que contaban con apenas 800 fusiles, y debieron enviar 2000 hombres (solo 200 o 300 armados con fusiles, el resto con lanzas y sables) capitaneados por un inexperto [[Francisco Javier de Ascázubi]], a tomar [[Corregimiento de Pasto|Pasto]] y [[Gobierno de Popayán|Popayán]], pero la mayoría de sus tropas desertaron y Ascázubi sería apresado por los pastusos.<ref>Encina, 1954: pp.24-25, 31</ref>
 
Los quiteños terminaron rodeados por realistas tanto al norte como al sur, y sufrieron serias dificultades para alimentarse,<ref>Encina, 1954: pp.26</ref> por lo que fueron fácilmente vencidos por un ejército de cinco mil realistas limeños y neogranadinos que avanzaron arrasando todo a su paso, con el apoyo de [[Corregimiento de Pasto|Pasto]], [[Gobierno de Guayaquil|Guayaquil]] y [[Gobierno de Cuenca|Cuenca]].<ref>Encina, 1954: pp.27-28</ref>
 
==== Cuenca ====
[[Juan de Salinas y Zenitagoya|Juan de Salinas]] comprometió al sargento mayor Mariano Pozo, riobambeño de 36 años de edad, para que propagara las ideas independentistas en [[Cuenca (Ecuador)|Cuenca]], lugar al que debía viajar con una escolta de catorce soldados para relevar a los que estaban en esa urbe. Los delegados secretos llegaron el 8 de agosto y se entrevistaron con el capitán [[Francisco García-Calderón]] sobre los aprestos revolucionarios.<ref name=RPP-MG>{{cita libro|apellidos1=Pérez Pimentel|nombre1=Rodolfo|enlaceautor1=Rodolfo Pérez Pimentel|título=Diccionario Biográfico del Ecuador, tomo XI|editorial=Universidad de Guayaquil|ubicación=Guayaquil|página=171|url=http://www.diccionariobiograficoecuador.com/tomos/tomo11/g2.htm|fechaacceso=10 de junio de 2016|idioma=español}}</ref>
 
La noticia de los hechos sucedidos en Quito la madrugada del 10 de agosto, fueron conocidos en Cuenca varios días después debido a que Blas Santos, encargado del servicio postal, llevó la nueva al interventor de la Renta de Correos Joaquín Tovar.<ref name=RPP-MG/> En esos mismos días, una carta enviada a Mariano Pozo desde Quito fue requisada por José Neyra y Vélez, que la entregó al gobernador [[Melchor de Aymerich]], quien a su vez pidió a [[Francisco García-Calderón]] que le cediera los dineros públicos que tenía a su cargo, con el pretexto de levantar tropas e iniciar la marcha sobre la provincia rebelada, pero como no presentó las respectivas libranzas legales, éste se negó.<ref name=RPP-MG/>
 
Mientras tanto, Aymerich había mandado a desarmar la escolta disponiendo la prisión del sargento Pozo y de otros vecinos, a quienes acusó de revolucionarios por simples chismes y delaciones.<ref name=RPP-MG/> El 24 de agosto, mientras el alcalde Fernando Guerrero de Salazar y el capitán García-Calderón almorzaban juntos en casa de este último, fueron detenidos por el teniente Manuel Rodríguez y Villagómez, que los condujo a un Cuartel hasta el 5 de septiembre, fecha en que fueron remitidos a [[Guayaquil]].<ref name=RPP-MG/>
 
=== Represión española y caída ===
Las autoridades coloniales cercanas a Quito, desde el primer momento, consideraron que la Junta Soberana era una sublevación independentista y se apresuraron a reprimirla a sangre y fuego. A ningún funcionario español de la época convencieron las declaraciones de fidelidad al rey Fernando VII.
 
Poco ayudaron circulares como éstaesta, que envió Quito a los cabildos de las ciudades más cercanas, hablando claramente de conceptos prohibidos por los realistas (por traición)españoles, como patria, libertad e independencia:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
{{cita| "Quito, Agosto 13 de 1809.- A los Señores Alféreses, Corregidores y Cabildos que existen en los asientos, villas y ciudades.- S. E. El Presidente de Estado, de acuerdo con la Honorable Junta y los Oidores de audiencia en pública convención, me han instruido que dirija a US. una circular en la que acredite y haga saber a todas las autoridades comarcanas que, facultados por un consentimiento general de todos los pueblos, e inspirados; de un sistema patrio, se ha procedido al instalamiento de un Consejo central, en donde con la circunspección que exigen las circunstancias se ha decretado que nuestro Gobierno gire bajo los dos ejes de independencia y libertad; para lo que han convenido la Honorable Junta y la Audiencia nacional en nombrar para Presidente a S. E. el señor marqués de Selva Alegre, caballero condecorado con la cruz del orden de Santiago. Lo comunico a US. para que en su reconocimiento se dirijan por el conducto ordinario letras y oficios satisfactorios de obediencia, después de haber practicado las reuniones y juntas, en las capitales de provincia y pueblos que sean convenientes; y fechas que sean se remitan las actas.<ref name="cervantesvirtual_1">{{cita web |url=http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pedro-fermin-cevallos--0/html/|título=http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/pedro-fermin-cevallos--0/html/}}</ref>}}
 
Al mismo tiempo, solo las ciudades más cercanas, como [[Ibarra (Ecuador)|Ibarra]], [[Ambato]] y [[Riobamba]], se sumaron al movimiento quiteño, mientras que Guayaquil se mantuvo leal al rey y sus autoridades pidieron al [[virrey del Perú]] el bloqueo de la costa ecuatoriana para asfixiar a Quito.
 
Desde [[Bogotá]] y [[Lima]], los virreyes españoles despacharon con suma urgencia tropas para sofocar a la Junta Soberana. En Popayán, el alferez real Gabriel de Santacruz contestó lo siguiente:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
{{cita| "Considerando que arbitrariamente se han sometido los revoltosos quiteños a establecer una Junta sin el previo consentimiento de la de España, y como se nos exige una obediencia independiente de nuestro Rey Don Fernando VII, por tan execrable atentado y en defensa de nuestro monarca decretamos: Art. único. Toda persona de toda clase, edad y condición, inclusos los dos sexos, que se adhiriese o mezclase por hechos, sediciones o comunicaciones en favor del Consejo central, negando la obediencia al Rey, será castigado con la pena del delito de lesa majestad".<ref name="cervantesvirtual_1"/>}}
 
En [[Guayaquil]], la opinión también fue contraria a la revolución de Quito. Solo la familia del futuro presidente del Ecuador [[Vicente Rocafuerte]] fue invitada por Montúfar y Morales a dar un golpe similar en el puerto, pero el gobernador Bartolomé Cucalón apresó a Rocafuerte y a su tíocuñado, [[Jacinto Bejarano]], antes de que pudieran actuar.<ref name="cervantesvirtual_1Primera Idea de Emancipación"/> Bejarano era medio hermano de uno de los próceres, Juan Pablo Arenas. Así, poco a poco Quito empezaba a sentir la presión de los ejércitos realistas sobre sus hombros:<ref name="Maicao al Dia"/>
{{cita| "El envío de tropas desde el Norte (de Panamá, Bogotá, Popayán, Pasto y Barbacoas) y desde el Sur (de Lima, Guayaquil y Cuenca), el bloqueo de la costa por parte del Virrey del Perú, General José Fernando Abascal y Sousa, Marqués de la Concordia, era esta la difícil situación de Quito, asediada por estas fuerzas, sin sal, sin armas suficientes y sin pertrechos, originaron el debilitamiento de la Junta.}}
 
Desesperado, Montúfar remitió al puerto de Esmeraldas una carta para que se la entreguen a cualquier buque inglés, pidiendo el apoyo de Gran Bretaña para la Junta Soberana. La carta, dirigida "al Gabinete de San James y al augusto monarca de los mares", dice:<ref name="Maicao al Dia"/>
{{cita| "pido como Presidente y a nombre de la Junta Suprema Gubernativa, armas y municiones de guerra que necesitamos, principalmente fusiles y sables... Apetece íntimamente esta Suprema Junta la más estrecha unión y alianza con su inmortal nación y la tranquilidad de nuestro comercio con ella".<ref name="maicaoaldia_1">{{cita web |url=http://maicaoaldia.blogspot.com/2009/04/bicentenario-de-la-primera-revolucion.html|título=http://maicaoaldia.blogspot.com/2009/04/bicentenario-de-la-primera-revolucion.html}}</ref>}}
Lamentablemente, el apoyo británico a la independencia hispanoamericana se materializaría muchos años después.
 
Enterado de los hechos de Quito el virrey de la Nueva Granada, Antonio Amar y Borbón, se reunió con los notables de Bogotá, para auscultar sus criterios. Los monárquicos le advirtieron del peligro que significaba la revolución quiteña, mientras que los criollos le insinuaron que formara una Junta Soberana. La reunión le sirvió para convencerse del peligro de una revuelta similar en la capital del virreinato, por lo que reforzó la seguridad en Bogotá y despachó hacia Quito 300 soldados para aplastar a la Junta Soberana.
Al enterarse acerca de esta derrota el ambiente se tensó entre la población de Quito a la vez que los afanes, los intereses, la división y las ambiciones políticas debilitaron enormemente a la Junta que en lugar de preparar un plan contingente para repeler la amenaza que se cernía sobre ellos se enfrascó en discusiones, que terminaron con la dimisión del presidente Juan Pío Montúfar a favor de Juan José Guerrero y Mateu, [[conde de Selva Florida]], quien se encargó de entablar acercamientos con el conde Ruiz de Castilla ofreciendo a este una capitulación de la ciudad que fue aceptada el 24 de octubre de 1809 sometiendo así a Quito al control español una vez más a cambio de que no se procedería en contra de ninguno de los miembros de la Junta y prometiendo “solemnemente” olvidar el pasado.
 
Los quiteños no obtuvieron apoyo de los pueblos cercanos. El 6 de octubre, un presionado Montúfar obligó a Ruiz de Castilla a abandonar el Palacio Real, donde vivía, y lo confinó en una quinta en Iñaquito, en las afueras de la capital.
 
La personalidad débil de Montúfar le hizo flaquear. Así la describió el historiador Pedro Fermín Cevallos:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
{{cita|"Don Juan Pío Montúfar, marqués de Selva Alegre, hijo de otro del mismo nombre y título que gobernó la presidencia desde 1753 hasta 1761, y que se había casado en Quito con doña Teresa Larrea; era un hombre de fina educación, de cortesanía y acaudalado, con cuya riqueza, liberalidades, servicios oficiosos y maneras cultas se había granjeado el respeto y estimación de todas las clases. Si como titulado e hijo de español había sido partidario de Fernando VII y decidido por su causa, como americano lo era más todavía de su patria que no quería verla ni en poder de los Bonapartes ni dependiente de la junta central de España, la oficiosa personera de la Presidencia. Pero asimismo, si como promovedor principal y arrojado partidario de la revolución se mostró muy aficionado a esta, mostrose más aficionado todavía a su propia persona e intereses particulares, pues, nacido y educado como príncipe, no tenía por muy extraño ni difícil seducir a sus compatriotas con el brillo de la púrpura, y encaminarlos, aunque independientes, bajo la misma forma de gobierno con la cual ya estaban acostumbrados. Quería, cierto, una patria libre de todo poder extranjero, a la cual había de consagrar sus afanes y servicios generosos, pero acaudillada por él o bajo su influjo, sin admitir competencias, gobernada en fin por su familia, sean cuales fueren las instituciones que se adoptaran, ni pararse en que habían de ser precisamente las monárquicas. Quería sobre todas las cosas, la independencia, y a fe que había acierto en este principio, puesto que con independencia recuperaba la patria su dignidad. El carácter del marqués, flaco por demás, contrastaba con sus fantásticos deseos, y carácter y deseos juntamente le llevaron dentro de poco a la perdición de sus merecimientos y fama."}}
 
Aunque se le considera sincero entusiasta de la independencia, no tuvo el liderazgo suficiente para continuar la lucha. El 12 de octubre de 1809 renunció a la presidencia, que recayó en otro aristócrata, José Guerrero, conde de Selva Florida. Pero la Junta tenía en sí misma el germen de su fracaso:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
{{cita| "Hombres acaudalados y mansos por demás; letrados que pensaban gobernar el pueblo por las reglas del derecho civil, y paisanos que, hechos soldados de la noche a la mañana, habían de sostener la guerra que de seguro iban a levantar los antiguos gobernantes, si no por las mismas reglas, por los principios más humanos y clementes; no debían ni podían durar otro tiempo que el absolutamente necesario para que los enemigos pudieran concertarse, reunirse y asomar por las fronteras de la provincia."}}
 
Finalmente, aislada y bloqueada, el 24 de octubre de 1809 la Junta no tuvo otra opción que devolver el mando al conde Ruiz de Castilla, negociando con él que no se tomarían represalias y permitiendo el ingreso a la ciudad sin resistir de las tropas coloniales de Lima y Bogotá.
 
== Persecución de los miembros de la Junta ==
 
Ruiz de Castilla se mostró contento de que le devolvieran "el mando que me confió la piedad del rey", pero en el marco de una junta provincial, obediente al virrey de la Nueva Granada y a la Junta Central de España. El viejo Conde retornó a su Palacio el 25 de octubre, entre los vítores de sus simpatizantes. En la cercana Ambato, el ejército de [[Melchor de Aymerich]], con 2200 soldados se preparaba para ingresar a Quito. Pero Ruiz de Castilla le ordenó a Aymerich retonar con su ejército a Cuenca, mientras esperaba la llegada de 700 hombres procedentes de Guayaquil, al mando de Manuel de Arredondo, un oficial español hijo de uno de los virreyes del Río de la Plata, [[Nicolás Antonio de Arredondo]]. En total, los españoles tenían una fuerza militar de 3500 hombres sitiando Quito, por lo que Ruiz de Castilla simplemente disolvió la Junta, y restableció solemnemente la Real Audiencia de Quito, faltando a su palabra de manera escandalosa.
=== Ruiz de Castilla persigue a los patriotas ===
 
Luego persiguió y encarceló a los cabecillas del 10 de agostoAgosto, obligando a los otros miembros a huir y esconderse. Con la ciudad ocupada por el Ejército colonial de Arredondo, Ruiz de Castilla ordenó a la Audiencia el inicio de procesos penales contra todos los patriotas, que fueron detenidos en su mayoría, al menos lo que no tenían títulos nobiliarios. PrecisaAl elrespecto historiadorprecisa ecuatoriano [[Pedro Fermín Cevallos]]:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
La ciudad permaneció en relativa calma durante los días posteriores a la firma de la capitulación, incluso la Junta de Gobierno continuo en funciones, por lo que la población creyó que el “peligro” desaparecía y todo volvía la normalidad, lo cierto es que el conde Ruiz de Castilla no tomaba acción alguna debido a que esperaba la llegada de las tropas procedentes de [[Guayaquil]] y [[Cuenca (Ecuador)|Cuenca]]. En total, los realistas tenían una fuerza militar de 3500 hombres sitiando Quito, por lo que Ruiz de Castilla simplemente disolvió la Junta, y restableció solemnemente la Real Audiencia de Quito, faltando a su palabra de manera escandalosa.
{{cita| "Los patriotas no habían dado un solo paso por subvertir el orden público: diremos más, no habían respirado ni cabía que respirasen bajo el ojo apasionadamente prevenido de Arredondo; y con todo, el 4 de diciembre, el presidente mandó prender a cuantos estaban comprendidos en ese pasado que ofreció olvidar. Fueron pues, aprehendidos y llevados al cuartel que hoy es el Colegio Nacional, los señores José Ascásubi, Pedro Montúfar, Salinas, Morales, Quiroga, Arenas, Juan Larrea, Vélez, Villalobos, Olea, Cajías, Melo, Vinuesa, Peña, los presbíteros Riofrío y Correa y otros menos notables hasta algo más de sesenta. El expresidente Montúfar logró escapar, como escaparon también otros, pero fueron perseguidos con tenacidad, y perseguidos principalmente por los americanos don Pedro y don Nicolás Calisto, don Francisco y don Antonio Aguirre, don Andrés Salvador, don Pedro y don Antonio Cevallos, Núñez, Tordecillas y otros de tan desleales compatriotas (...) El marqués de Selva Alegre, Ante y otros de los principales cabecillas lograron siempre salvarse.<ref name="cervantesvirtual_1"/>}}
 
Ruiz de Castilla decretó la pena de muerte para todos los que protegieran a los próceres, con este bando:<ref name="Primera Idea de Emancipación"/>
Luego persiguió y encarceló a los cabecillas del 10 de agosto, obligando a los otros miembros a huir y esconderse. Con la ciudad ocupada por el Ejército colonial de Arredondo, Ruiz de Castilla ordenó a la Audiencia el inicio de procesos penales contra todos los patriotas, que fueron detenidos en su mayoría, al menos lo que no tenían títulos nobiliarios. Precisa el historiador ecuatoriano [[Pedro Fermín Cevallos]]:
{{cita| «En la ciudad de San Francisco de Quito a 4 de diciembre de 1809. El Excmo. señor conde Ruiz de Castilla, teniente general de estas provincias, etc., dijo: que habiéndose iniciado la circunstanciada y recomendable causa a los reos de Estado que fueron motores, auxiliadores y partidarios de la junta revolucionaria, levantada el día 10 de agosto del presente año, y siendo necesaria se proceda contra ellos con todo el rigor de las leyes que no exceptúan estado, clase ni fuero, mandaba que siempre que sepan de cualquiera de ellos los denuncien prontamente a este gobierno, bajo la pena de muerte a los que tal no lo hiciesen. A cuyo efecto y para que conste en el expediente, así lo proveyó etc. El conde Ruiz de Castilla.- Por S. E. Francisco Matute y Segura, escribano de S. M. y receptor»<ref name="cervantesvirtual_1"/>}}
{{cita| "Los patriotas no habían dado un solo paso por subvertir el orden público: diremos más, no habían respirado ni cabía que respirasen bajo el ojo apasionadamente prevenido de Arredondo; y con todo, el 4 de diciembre, el presidente mandó prender a cuantos estaban comprendidos en ese pasado que ofreció olvidar. Fueron pues, aprehendidos y llevados al cuartel que hoy es el Colegio Nacional, los señores José Ascásubi, Pedro Montúfar, Salinas, Morales, Quiroga, Arenas, Juan Larrea, Vélez, Villalobos, Olea, Cajías, Melo, Vinuesa, Peña, los presbíteros Riofrío y Correa y otros menos notables hasta algo más de sesenta. El expresidente Montúfar logró escapar, como escaparon también otros, pero fueron perseguidos con tenacidad, y perseguidos principalmente por los americanos don Pedro y don Nicolás Calisto, don Francisco y don Antonio Aguirre, don Andrés Salvador, don Pedro y don Antonio Cevallos, Núñez, Tordecillas y otros de tan desleales compatriotas (...) El marqués de Selva Alegre, Ante y otros de los principales cabecillas lograron siempre salvarse.<ref name="cervantesvirtual_1"/>}}
 
El obispo de Quito, Cuero y Caicedo, un entusiasta de la independencia, denunció las irregularidades que la Audiencia y sus fiscales cometieron en todos los procesos ante el virrey de Santa Fe, sin éxito. En el proceso se recurrió a la tortura y la falsificación de documentos. El fiscal fue el propio Tomás de Arrechaga, nombrado pocos meses antes Protector de Indios de la Junta. El ex miembro del Senado quiteño pidió la pena de muerte para 46 personas y el destierro para 30 más.
Ruiz de Castilla decretó la pena de muerte para todos los que protegieran a los próceres, con este bando:
{{cita| «En la ciudad de San Francisco de Quito a 4 de diciembre de 1809. El Excmo. señor conde Ruiz de Castilla, teniente general de estas provincias, etc., dijo: que habiéndose iniciado la circunstanciada y recomendable causa a los reos de Estado que fueron motores, auxiliadores y partidarios de la junta revolucionaria, levantada el día 10 de agosto del presente año, y siendo necesaria se proceda contra ellos con todo el rigor de las leyes que no exceptúan estado, clase ni fuero, mandaba que siempre que sepan de cualquiera de ellos los denuncien prontamente a este gobierno, bajo la pena de muerte a los que tal no lo hiciesen. A cuyo efecto y para que conste en el expediente, así lo proveyó etc. El conde Ruiz de Castilla.- Por S. E. Francisco Matute y Segura, escribano de S. M. y receptor»<ref name="cervantesvirtual_1"/>}}
 
El [[obispoRuiz de Quito]]Castilla, ycomo entusiastapresidente de la independencia, [[José de Cuero y Caicedo|Cuero y Caicedo]], denunció sin éxito las irregularidades que laReal Audiencia y sus fiscales cometieron en todos los procesos ante el virrey de Santa Fe, comodebía ladictar tortura y la falsificación de documentossentencia. ElPero fiscaltras fuevarias eltribulaciones propiono Tomáslo de Arrechaga, nombrado pocos meses antes Protector de Indios de la Junta, quien pidió la pena de muerte para 46 personashizo y el destierro para 30 más. [[Manuel de Urriés|Ruiz de Castilla]] debía dictar sentencia, pero tras varias tribulaciones se limitó a enviar el expediente de dos mil páginas al virrey de Santa Fe de Bogotá. Víctor Félix de San Miguel, un funcionario de la Audiencia, escoltado por soldados, partió la madrugada del 27 de junio de 1810 a Bogotá con el expediente. Según Pedro Fermín Cevallos, el expediente sobrevivió a la revuelta bogotana del 20 de julio de 1810 y se conserva en un archivo público de Colombia.
 
Para aquel entonces, ya se sabía que estaba viajando hacia Quito [[Carlos Montúfar]], quien había sido nombrado en España comisionado regio de Quito, y que probablemente absolvería a los patriotas enjuiciados. No obstante, la tensión aumentaba entre las tropas coloniales y los quiteños.
 
== El 2 de agosto de 1810 ==