Diferencia entre revisiones de «Concupiscencia»
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Sonrisa concupiscente: con valor para obrar mal.
La especial insistencia de la enseñanza [[moral cristiana]] en centrarse en las cuestiones de [[conducta sexual]], ha producido un cierto sesgo en el significado, dotándolo de ese contenido
Por lo general, en la [[lengua castellana]] el término es aplicado a enseñanzas morales católicas, pero cabe destacar que es un [[término bíblico]] y, por ende, más propio del [[cristianismo]] en general que exclusivamente católico.
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En su sentido más general y etimológico, concupiscencia es el [[deseo]] que el alma siente por lo que le produce satisfacción, "deseo desmedido" no en el sentido del bien moral, sino en el de lo que produce [[satisfacción carnal]]; en el uso propio de la teología moral cristiana, la concupiscencia es un apetito bajo contrario a la razón. Aquí apetito quiere decir inclinación interna, y la referencia a la razón tiene que ver con la oposición entre lo sexual y lo racional, no con el uso común de la palabra razón. El objeto del apetito sensual, concupiscente, es la gratificación de los sentidos, mientras que el del apetito racional es el bien de la naturaleza humana, y consiste en la subordinación de la razón a Dios. En la práctica se llama [[apetito]] al apetito sensual, o concupiscente, y razón al apetito racional así entendido.
'''Aclaración:''' hay una distinción
La distingue entre '''concupiscencia actual''', que son los deseos desordenados, y '''concupiscencia habitual''', que es la propensión a sentir esos deseos. La concupiscencia no es en la moral católica un pecado, sino que es la inclinación a cometerlo (es decir, como madre de este)
{{cita|Nadie, al ser tentado, diga que Dios lo tienta: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie, sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce. La concupiscencia es madre del pecado, y este, una vez cometido, engendra la muerte.}}
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"[...]la naturaleza humana no está totalmente corrompida: está herida en sus propias fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al imperio de la muerte e inclinada al pecado (esta inclinación al mal es llamada "concupiscencia"). [...]"
La inclinación al mal del bautizado es explicada de diferente manera por católicos apostólicos ortodoxos, coptos y romanos por una parte y por protestantes por otra que desde Lutero, ex-católico, surgieron con una libre interpretación, ya no la de los ancianos (presbíteros). Para la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa y Romana, por el Bautismo Dios perdona al cristiano todos sus pecados, aunque permanecen como dice el mismo punto [http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p7_sp.html#III%20El%20pecado%20original 405] pero la segunda parte esta vez: "El Bautismo, dando la vida de la gracia de Cristo, borra el pecado original y devuelve el hombre a Dios, pero las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persisten en el hombre y lo llaman al combate espiritual."; así que no recupera el don perdido, igual que no recupera la inmortalidad corporal, que si bien no era parte de la naturaleza propiamente humana antes del pecado de los primeros padres, sí se ha considerado como una gracia especial de la que gozaban los primeros padres
== Referencias ==
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