Diferencia entre revisiones de «República de Génova»

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Amenazado por [[Alfonso V de Aragón]], el [[Dux de Génova]] en 1458 entregó la República a los franceses, convirtiéndose en el ducado de Génova bajo el control de un gobernador real francés, [[Juan II de Lorena|Juan de Anjou]]. Sin embargo, con el apoyo de Milán, Génova se rebeló y la República fue restaurada en 1461. Los milaneses luego cambiaron de bando, conquistando Génova en 1464 manteniéndose como un feudo de la [[Tierras de la Corona de Francia|corona de Francia]]. Génova estuvo en última instancia, ocupada por los franceses o los milaneses durante gran parte del período. De 1499 a 1528, la República llegó a su punto más bajo, estando bajo ocupación francesa casi continua. Los españoles, con sus aliados intramuros y la "nobleza" atrincherada en las fortalezas de las montañas detrás de Génova, capturaron la ciudad el 30 de mayo de 1522, sometiéndola a saqueo. Cuando el almirante [[Andrea Doria]] de la poderosa [[Doria (familia)|familia Doria]] se alió con el [[emperador]] [[Carlos V de Alemania|Carlos V]] del [[Sacro Imperio Romano Germánico]] para expulsar a los franceses y restaurar la independencia de Génova, abrió una perspectiva renovada: 1528 marcó el primer préstamo de los [[banco]]s genoveses a Carlos.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=33}} Doria y el emperador firmaron un acuerdo por el que los genoveses alquilaban sus servicios navales para garantizar las comunicaciones entre los territorios de la Corona española.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=33}} El pacto garantizaba además la autonomía política de la república; cuando el emperador solicitó la sumisión genovesa a principios de la década siguiente, los genoveses rehusaron tajantemente la petición.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=34}}
 
Doria implantó una serie de reformas políticas para reforzar el gobierno de la república.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=34}} Creó el Gran Consejo, encargado de elegir al dogo y velar por la administración, y el Consejo Menor, ambos compuestos de nobles.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=35}} El Senado quedó encargado de la administración de justicia.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=35}} Se limitó además el acceso a los cargos políticos a los miembros de las casas nobles, los ''alberghi'', que se redujeron a tan solo veintiocho cuando a principios de siglo habían sobrepasado el centenar.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=36}} Con esta medida, los artesanos perdieron todo poder político.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=36}} Los miembros del Gran Consejo se escogían por sorteo entre los nobles; el consejo elegía luego a dos gobernadores vitalicios, sometidos al dogo, escogido cada dos años, también entre las familias aristocráticas.{{harvnp|Retortillo Atienza|2016|p=36}}
 
A partir de entonces, Génova sufrió algo así como un renacimiento como asociado menor del [[Imperio español]], con los banqueros genoveses, en particular, financiando muchos de los esfuerzos exteriores de la Corona española desde sus casas de conteo en [[Sevilla]]. [[Fernand Braudel]] incluso ha llamado al período 1557-1627 la «edad de los genoveses», "de una norma que fue tan discreta y sofisticada que los historiadores durante mucho tiempo no se dieron cuenta que" (Braudel 1984 p. 157), aunque el visitante moderno que pasa ve brillantes manieristas y palacios con estilo [[Barroco]] a lo largo de Génova Strada Nova (actual [[Via Garibaldi]]) o via Balbi no puede dejar de notar que no había riqueza conspicua, que en realidad no era genovés, pero concentrada en las manos de un círculo muy estrecho de banquero-financieros, verdaderos «capitalistas de riesgo». El poder comercial de Génova, sin embargo, siguió dependiendo estrechamente en el control de vías marítimas del Mediterráneo y la pérdida de [[Quíos]], arrebatada por el [[Imperio otomano]], en 1566, dio un golpe grave.