Diferencia entre revisiones de «Edad Media»

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==== La cristiandad latina y los bárbaros ====
[[Archivo:KellsFol292rIncipJohn.jpg|miniatura|[[Libro de Kells]] o Evangeliario de [[San Columba]], arte hiberno-sajón o irlando-sajón.]]
La expansión del [[cristianismo]] entre los bárbaros, el asentamiento de la autoridad [[Obispo|episcopal]] en las ciudades y del [[monacato]] en los ámbitos rurales (sobre todo desde la [[regla benedictina|regla]] de San [[Benito de Nursia]] -[[monasterio de Montecassino]], 529-529—), constituyeron una poderosa fuerza fusionadora de culturas y ayudó a asegurar que muchos rasgos de la [[civilización clásica]], como el [[derecho romano]] y el [[latín]], pervivieran en la mitad occidental del Imperio, e incluso se expandiera por [[Europa Central]] y [[Europa del Norte|septentrional]]. Los [[pueblo franco|francos]] se convirtieron al catolicismo durante el reinado de [[Clodoveo I]] (496 ó 499) y, a partir de entonces, expandieron el cristianismo entre los germanos del otro lado del [[Rin]]. Los [[suevos]], que se habían hecho cristianos arrianos con [[Remismundo]] (459-469), se convirtieron al catolicismo con [[Teodomiro (suevo)|Teodomiro]] (559-570) por las predicaciones de [[San Martín de Dumio]]. En ese proceso se habían adelantado a los propios [[visigodos]], que habían sido cristianizados previamente en Oriente en la versión arriana (en el siglo IV), y mantuvieron durante siglo y medio la diferencia religiosa con los católicos hispano-romanos incluso con luchas internas dentro de la clase dominante goda, como demostró la rebelión y muerte de [[San Hermenegildo]] (581-585), hijo del rey [[Leovigildo]]). La conversión al catolicismo de [[Recaredo]] (589) marcó el comienzo de la fusión de ambas sociedades, y de la protección regia al clero católico, visualizada en los [[Concilios de Toledo]] (presididos por el propio rey). Los años siguientes vieron un verdadero ''[[renacimiento visigodo]]''<ref>Jean Daniélou y otros (1982) ''Nueva historia de la Iglesia'' Ediciones Cristiandad, ISBN 84-7057-038-2 [http://books.google.es/books?id=j1pn_4kuliYC&pg=PA542&lpg=PA542&dq=%22renacimiento+visigodo%22&source=web&ots=dQrBY5Dw5M&sig=-yQ7Q_LGdplB_JsCJRyRwCQtwYU&hl=es&sa=X&oi=book_result&resnum=9&ct=result pg. 542]. ''En el ámbito hispánico resultan ya clásicos los estudios de [[Manuel Díaz y Díaz]] referidos a las transformaciones en la educación de las élites y al renacimiento visigodo'' (en Gerardo Rodríguez, [http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0327-50942005000100015 reseña de] Rosamond McKitterick (ed.) (2002) ''La alta Edad Media. Europa 400-1000'', Barcelona, Crítica; en Temas Mediev. v.13 n.1 Buenos Aires ene./dic. 2005.</ref> con figuras de la influencia de san [[Isidoro de Sevilla]] (y sus hermanos [[Leandro de Sevilla|Leandro]], [[Fulgencio de Écija|Fulgencio]] y [[Florentina de Cartagena|Florentina]], los ''cuatro santos de Cartagena''), [[Braulio de Zaragoza]] o [[Ildefonso de Toledo]], de gran repercusión en el resto de Europa y en los futuros reinos cristianos de la Reconquista (''véase [[cristianismo en España]], [[monasterio en España]], [[monasterio hispano]] y [[liturgia hispánica]]''). Los [[ostrogodos]], en cambio, no dispusieron de tiempo suficiente para realizar la misma evolución en Italia. No obstante, del grado de convivencia con el papado y los intelectuales católicos fue muestra que los reyes ostrogodos los elevaban a los cargos de mayor confianza ([[Boecio]] y [[Casiodoro]], ambos ''[[magister officiorum]]'' con [[Teodorico el Grande]]), aunque también de lo vulnerable de su situación (ejecutado el primero -523- y apartado por los bizantinos el segundo -538-). Sus sucesores en el dominio de Italia, los también arrianos [[lombardos]], tampoco llegaron a experimentar la integración con la población católica sometida, y su divisiones internas hicieron que la conversión al catolicismo del rey [[Agilulfo]] (603) no llegara a tener mayores consecuencias.
 
El cristianismo fue llevado a [[Irlanda]] por [[Patricio de Irlanda|San Patricio]] a principios del siglo V, y desde allí se extendió a [[Escocia]], desde donde un siglo más tarde regresó por la zona norte a una Inglaterra abandonada por los cristianos [[britones]] a los paganos pictos y escotos (procedentes del norte de Gran Bretaña) y a los también paganos germanos procedentes del continente (anglos, sajones y jutos). A finales del [[siglo VI]], con el Papa [[Gregorio Magno]], también Roma envió misioneros a Inglaterra desde el sur, con lo que se consiguió que en el transcurso de un siglo Inglaterra volviera a ser cristiana.