Diferencia entre revisiones de «Leandro Fernández de Moratín»

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En 1816 su prima Mariquita se casa con su amigo, el erudito [[José Antonio Conde]], y en 1817 los temores a la [[Inquisición]] lo llevaron de nuevo a Francia con el pretexto de tomar las aguas en [[Aix-en-Provence]]; luego marcha a [[Montpellier]], [[París]] y a [[Bolonia]] (Italia); en 1817 había empezado a preparar una edición de las ''Obras póstumas'' de su padre muy corregida por él.
 
[[Archivo: Francisco de Goya - Portrait of the Poet Moratín - Google Art Project.jpg|thumb|Retrato de Leandro Fernández de Moratín (1824) por [[Francisco de Goya]] ([[Museo de Bellas Artes de Bilbao]]).]]
 
El éxito del pronunciamiento del liberal [[Rafael del Riego]] en enero de 1820 vuelve a instaurar la [[Constitución de Cádiz]] y retorna esperanzado a Barcelona a fines de 1820, donde sus amistades le consiguen el puesto de juez de imprentas. Pero se declara la peste en la ciudad y Moratín huye a [[Bayona]] en 1821; ya no volverá jamás a España; en Barcelona se imprime, sin embargo, su edición de las ''Obras póstumas'' de su padre en ese mismo año, en que además la [[Real Academia Española]] lo nombra miembro de número. Se establece por fin en [[Burdeos]] con la familia de [[Manuel Silvela y García de Aragón|Manuel Silvela]], su fiel amigo; allí se reencuentra con Goya, quien le pinta un segundo magnífico retrato. Sus cartas de esta época reflejan más amargura que nostalgia: es muy revelador un soneto que escribe con el título de ''La despedida'':
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== Obra dramática ==
[[Archivo: Francisco de Goya - Portrait of the Poet Moratín - Google Art Project.jpg|thumb|Retrato de Leandro Fernández de Moratín (1824) por [[Francisco de Goya]] ([[Museo de Bellas Artes de Bilbao]]).]]
Es el más importante autor comediógrafo de la escuela neoclásica española: toda la [[alta comedia]] burguesa posterior del siglo XIX ([[Francisco Martínez de la Rosa]], [[Manuel Eduardo Gorostiza]], [[Ventura de la Vega]], [[Manuel Bretón de los Herreros]]...), incluso en el siglo XX [[Jacinto Benavente]], le deben algo. Sus máximas son: el teatro como ''deleite e instrucción moral'' (escuela de buenas costumbres) y una ''acción que imite de modo verosímil'' la realidad. De ahí nace el apego a las reglas dramáticas en todas sus facetas, especialmente la [[regla de las tres unidades]]: la de acción (contar una sola historia), de lugar (en una sola ubicación) y tiempo (en no más de 24 horas).