Diferencia entre revisiones de «Guerras carlistas»

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==Antecedentes==
[[Archivo:Infante don Carlos, by Vicente Lopez.JPG|miniaturadeimagen|180px|El Infante [[Carlos María Isidro de Borbón]], ''Carlos V'' según sus partidarios.]]
Los enfrentamientos entre carlistas y liberales tuvieron tres episodios destacados en el siglo XIX: las tres guerras carlistas. Estas contiendas civiles tenían como precedentes la [[Guerra de la Independencia Española|guerra de la Independencia]] (1808-1814) y la [[Guerra Realista|guerra realista]] (1822-1823), en las que se habían ido definiendo ya los bandos en liza. Durante esta última se había alzado contra el nuevo gobierno liberal el llamado [[Ejército de la Fe]], que, en nombre de Fernando VII, logró constituir una [[Regencia de Urgel|regencia en Urgel]] (Cataluña), algunos meses antes de que llegase para liberar al rey el Ejército francés de los [[Cien Mil Hijos de San Luis]], el cual, a diferencia de la invasión francesa de 1808, no solo no encontró resistencia en la población, sino que fue recibido con entusiasmo.{{sfn|La Cierva|1981|p=227}}
 
Pero el [[Trienio Liberal]], con sus medidas secularizadoras, había sentado las bases del enfrentamiento social en España, que se agudizaría con la [[Década Ominosa|segunda restauración de Fernando VII]]. Aquel periodo inmediatamente anterior a la primera guerra carlista sería conocido por la historiografía oficial como «Década Ominosa», por la represión que se llevó a cabo hacia los conspiradores e insurrectos liberales. Los carlistas, herederos del realismo fernandino, recordarían en los años posteriores que los primeros facciosos que se habían rebelado contra el gobierno legítimo habían sido los liberales, y que el [[Revolución de 1820|golpe de Estado de Riego]], que en 1820 dirigió contra Fernando VII un poderoso Ejército destinado a sofocar la [[Guerras de independencia hispanoamericanas|rebelión independentista en América]], había hecho perder a España la mayor parte de sus colonias. Para losLos liberales, en cambio, considerarían a personajes como [[Rafael del Riego]] o [[José María de Torrijos y Uriarte|José María de Torrijos]] serían héroes nacionales, víctimas del ''fanatismo'' absolutista.<ref>{{cita publicación|título=Noticias de España|publicación=Gaceta Oficial|fecha=11 de diciembre de 1835|página=63|url=https://prensahistorica.mcu.es/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=6005848&posicion=5&presentacion=pagina}}</ref>
 
Sin embargo, para los partidarios del Antiguo Régimen, aquella década despótica había supuesto asimismo una serie de concesiones al liberalismo moderado. En 1826 llegó a aparecer un manifiesto firmado por «una Federación de Realistas Puros» que pretendía elevar al trono al infante [[Carlos María Isidro de Borbón|Don Carlos]] y derrocar a Fernando VII, si bien varios historiadores contemporáneos consideran probado que se trataba de una falsificación liberal para perjudicar al infante y enemistarlo con su hermano. En cualquier caso, en 1827 se produjo en Cataluña un alzamiento absolutista contra el gobierno, la [[guerra de los Agraviados|guerra de los agraviados o ''malcontents'']]. Los insurrectos, que creían nuevamente cautivo a Fernando VII, reclamaban, entre otras medidas, el restablecimiento de la [[Inquisición Española|Inquisición]], y protestaban contra la impunidad con que las partidas de liberales estaban asesinando a clérigos y realizando todo tipo de saqueos, violaciones y crímenes contra aquellos que tachaban de «serviles».{{sfn|Wilhelmsen|1995|pp=128-136}}
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Cuando, en otoño de 1832, [[Fernando VII de España|Fernando VII]] cayó gravemente enfermo, los seguidores de su hermano, [[Carlos María Isidro de Borbón]], consiguieron que el rey firmara la derogación de la Pragmática (los llamados ''[[Sucesos de La Granja (1832)|Sucesos de La Granja]]''), lo que supondría que este heredaría el trono. Pero, recuperado de la enfermedad, [[Fernando VII de España|Fernando VII]] tuvo tiempo de restablecer la validez de la [[Pragmática Sanción de 1830|Pragmática Sanción]] antes de su muerte el 29 de septiembre de 1833.{{sfn|García Parody|Lama Romero|Olmedo Cobo|Pros Mani|2009}} A pesar de ello, los partidarios del Infante Don Carlos consideraron que la Pragmática Sanción se había sancionado de forma despótica e ilegal al no haber sido convocadas las [[Cortes (Antiguo Régimen)|Cortes tradicionales]] y que, por tanto, la legislación sálica seguía en vigor.{{sfn|Espasa-Calpe|1928|p=395}}
 
Como [[Isabel II de España|Isabel]] solo contaba en ese momento tres años de edad, su madre, [[María Cristina de Borbón-Dos Sicilias|María Cristina de Borbón]], asumió la regencia, llegando a un acuerdo con los liberales para preservar el trono de su hija frente al alzamiento de los partidarios de [[Don Carlos María Isidro de Borbón]].{{sfn|García Parody|Lama Romero|Olmedo Cobo|Pros Mani|2009}} Estos se denominaron ''[[Carlismo|carlistas]] o ''apostólicos'', y eran favorables a la tradición política española, por lo que sus enemigos les tildaban de [[absolutismoAbsolutismo español|absolutistas]]. Entre ellos se encontraba la mayor parte del pueblo,{{sfn|Bullón de Mendoza|1991|p=688}} especialmente campesinos y artesanos, sobre todo del mundo rural, que recelaban de las reformas y de las ideas ilustradas o «[[Francmasonería|masónicas]]», pero también un tercio de la nobleza española y buena parte del cleroestamento eclesiástico, especialmente el [[bajo clero]] y el [[Clérigos regulares|clero regular]], además de algunos obispos. Los partidarios de los derechos de Isabel fueron conocidos como ''isabelinos'' o ''cristinos'' (por la regente [[María Cristina de Borbón-Dos Sicilias|María Cristina]]). El gobierno apoyado por los [[Liberalismo español|liberales]] encontró defensores en la población urbana, la burguesía y dos terceras partes de la nobleza.{{sfn|Moral Roncal|2000|pp=206-207}}
 
Según [[Alfonso Bullón de Mendoza]], desde octubre de 1832 se había establecido una auténtica dictadura policiaco-militar en España, que desarticuló la mayor parte de las tramas que habían organizado los seguidores de Don Carlos para actuar tan pronto como muriese Fernando VII. Esta intensa represión permitiría el dominio cristino en la mayor parte del país.{{sfn|Bullón de Mendoza|1991|p=688}}
 
==Las guerras carlistas==
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La guerra se inició tras el [[:s:Manifiesto de Abrantes|manifiesto de Abrantes]], publicado por Don Carlos el 1 de octubre, nada más morir su hermano Fernando, en el que declaraba su ascensión al tono como rey. Diferentes puntos de la Península dieron el grito de insurrección a consecuencia de este documento, pero las tropas de la reina sofocaron estos levantamientos y el general [[Manuel Lorenzo Oterino|Lorenzo]] obtuvo varias victorias contra las filas carlistas.{{sfn|Mellado|1847|p=177}}
 
Tras la proclamación de [[Isabel II de España|Isabel II]] como reina el 25 de octubre de 1833, se publicó un decreto de desarme general de los realistas, y esto aumentó las filas de los partidarios de Don Carlos, a pesar de las derrotas que experimentaban. En función de sus ideas y principios, los españoles de la época estaban claramente divididos en dos bandos: el uno absolutista y el otro liberal. Francia, Inglaterra y Portugal, apoyaronapoyarían la causa de la reina, pero las potencias del norte —[[Imperio ruso|Rusia]], [[Imperio austríaco|Austria]] y [[Prusia]]— no quisieron reconocer al gobierno.{{sfn|Mellado|1847|p=177}}
 
[[Archivo:Museo Zumalakarregi Albumsigloxix Zumalakarregi Tomas 001928.jpg|miniaturadeimagen|180px|[[Tomás de Zumalacárregui]] (1788-1835): su muerte supondría un importante revés para los carlistas.]]
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Durante el transcurso de la guerra, asesoraron a Don Carlos [[Tomás de Zumalacárregui|Zumalacárregui]], [[Nazario Eguía|Eguía]], [[Rafael Maroto|Maroto]], el infante [[Sebastián Gabriel de Borbón y Braganza|Don Sebastián]], el [[Joaquín Abarca|obispo de León]], [[Juan Bautista Erro|Erro]], [[José Arias Teijeiro|Tejeiro]], el [[Cirilo de Alameda Brea|padre Cirilo]] y muchos otros.{{sfn|Mellado|1846|p=105}}
 
El último periodo del conflicto estuvo marcado por la iniciativa del ejército liberal al mando de Espartero. La indecisión del pretendiente introdujo la división entre sus partidarios; se suscitaron las intrigas y las ambiciones entre los mismos, lo que resultó en que, cansados unos y otros de la debilidad del pretendiente y de una guerra que se iba haciendo interminable y sin objeto, el general [[Rafael Maroto|Maroto]] mandó [[Rafael_Maroto#Los_fusilamientos_de_Estella|fusilar en Estella]] a los generales carlistas [[Juan Antonio Guergué|Guergué]], [[Francisco García (militar)|García]] y [[Pablo Sanz Baeza|Sanz]] y después firmó con el general [[Baldomero Espartero|Espartero]], en el verano de 1839, el célebre [[Abrazo de Vergara|convenio de Vergara]] que sellaba la paz en España, acordándose mantener los [[Historia de los fueros vascongados y navarros en el siglo XIX|fueros en las Provincias Vascongadas y Navarra]] e integrar a la oficialidad carlista en el ejército liberal. Los carlistas que permanecieron leales a Don Carlos considerarían este convenio como una traición a su causa y la razón de su derrota militar.
 
[[Archivo:Cabrera-Calbo1.jpg|miniaturadeimagen|180px|Retrato de [[Ramón Cabrera]].]]