Diferencia entre revisiones de «Progreso (Santa Fe)»

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Desde el punto de vista etimológico, el nombre cobra su verdadera dimensión. La palabra “progreso” es relativamente moderna: no se registra en la literatura española sino hacia 1570. Fue tomada del latín “progressus”, derivada a su vez de “progredi”: caminar adelante, y éstas de “pro”: delante y de “gradi”: andar. Jugando con las palabras y su significado original, los progresinos o “progradientes” son los que andan hacia adelante.
 
Es, sin embargo, en el sentido que la palabra “progreso”“[[progreso]]” tenía en el [[siglo XIX]] donde hay que ahondar. La opinión del político santafesino [[Jonás Larguía]], dada en 1871, resume mejor que nadie el concepto que se tenía en la época: “El trabajo es la ley del progreso. El progreso es la ley de la humanidad…”. Reforzando la idea, el título de un artículo del periódico esperancino “La Unión” hacia fines del siglo XIX decía: “Progreso: la palabra del siglo”. El progreso era entonces símbolo de un valor humano, con el que se identificaba la sociedad que marchaba a la vanguardia, que identificara totalmente el ideal del europeo colonizador, convencido de la superioridad de su cultura.
 
Tanto el fundador Crespo o el colonizador Claus pudieron haber propuesto ese nombre, los dos estuvieron de acuerdo en que la colonia se denominara así, y se convencieron de que era el mejor nombre que podía tener.
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== Historia general<ref>{{cita libro|apellidos1=Hülsberg|nombre1=Hugo|título=Historia de Progreso, nuestro pueblo santafesino|fecha=2003|isbn=987-43-5991-9}}</ref> ==
=== Hasta 1800 - Indígenas, españoles y criollos ===
Antes de la llegada de los españoles a [[América]], la zona del Cululú (un conjunto de distritos a ambas márgenes del curso medio del arroyo Cululú, donde se ubica Progreso), presentaba un aspecto virgen: una planicie de pastos salpicada por cañadas, y algunos montecillos a la vera del río y arroyos, en la ecorregión llamada [[Ecorregión terrestre espinal|espinal]]. Sin embargo, la zona estaba apenas ocupada: no era tan apta para la caza y la pesca, tenía poca agua y carecía de ríos utilizables como vías de comunicación. Siendo una zona de transición, entre el [[Ecorregión Chaco Húmedo|Chaco]], la [[Ecorregión terrestre pampas húmedas|Pampa]] y la [[Ecorregión terrestre delta e islas del río Paraná|Costa Paranaense]], constituía una especie de frontera natural entre distintos grupos indígenas, que la tenían más de tránsito que de habitación.
 
La relativa paz que reinó desde la fundación de la ciudad de [[Santa Fe (Argentina)|Santa Fe]] en 1573, hasta los primeros años del siglo siguiente, permitió la distribución de tierras entre los vecinos a ambas márgenes del río [[Río Salado (norte de Argentina)|Salado]], donde surgieron las primeras estancias, que concentraban las tropas de hacienda o de carretas antes de emprender la travesía hacia el Tucumán, Cuyo, Buenos Aires o el Alto Perú. También se las dedicaba a la cría de ganado, con la consiguiente construcción de corrales de “palo a pique” y de ranchos, y fueron escenario de arreos y de vaquerías de los primeros gauchos santafesinos.
Hacia 1630 la situación cambió. Un grupo originario de los denominados Valles Calchaquíes de la zona precordilerana (Salta, Tucumán y Catamarca), los indios calchaquíes, desplazados de sus lugares ancestrales por la conquista española que se había impuesto, hicieron irrupción en el centro y norte santafesinos. La población blanca se retiró hasta la ciudad de Santa Fe, quedando el territorio ocupado para los recién llegados, adaptándose al nuevo medio de vida que se les ofrecía.