Diferencia entre revisiones de «Baibars»

Baibars era bajo y fornido y apenas pestañeaba.{{harvnp|Irwin|1986|p=42}}{{#tag:ref|Al contrario que Irwin, que afirma que Baibars era de escasa estatura, tanto Runciman como Maalouf y Glubb indican que era muy alto, casi un gigante.{{harvnp|Runciman|1994|p=263}}{{harvnp|Glubb|1973|p=101}}{{harvnp|Maalouf|1991|p=272}}|group=nota}} Moreno y de ojos azules,{{harvnp|Runciman|1994|p=263}}<ref>{{cite book |last1=Thorau |first1=Peter |title=Sultan Baibars der Erste von Ägypten |date=1992 |publisher=Longman |isbn=978-0-582-06823-0 |page=28 |language=en}}</ref> tenía una catarata en el ojo derecho.{{harvnp|Maalouf|1991|p=272}} Lleno de vitalidad, fue un gobernante marcial, inmisericorde con cualquier oposición y en ocasiones brutal, pero no sádico, como algunos de sus sucesores.{{harvnp|Irwin|1986|p=42}} Habilísimo estadista, se le considera también falto de honor, escrúpulos y misericordia.{{harvnp|Runciman|1994|p=263}} Al haberse adueñado del poder mediante intrigas, vivía en continua tensión, que le hacía dormir mal y tener continuos problemas estomacales.{{harvnp|Irwin|1986|p=42}} Desconfiado, implantó un extenso servicio de espionaje para desbaratar cualquier conjura y era dado a las inspecciones sorpresa y a recorrer disfrazado las calles de la capital para averiguar lo que de él se decía.{{harvnp|Irwin|1986|p=42}}