Diferencia entre revisiones de «Justa y Rufina»

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→‎Narración de su vida y martirio según la leyenda cristiana: La redacción era algo confusa, y por eso la he modificado, respetando la fuente.
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Era costumbre celebrar una vez al año una fiesta en honor a [[Venus (mitología)|Venus]], en la que se rememoraba el fallecimiento del admirado [[Adonis]]. Se recorrían las calles de la ciudad pidiendo limosnas para la fiesta. En cierta ocasión, los seguidores de Venus llegaron a casa de Justa y Rufina solicitando el dinero correspondiente, pero las hermanas se negaron a pagarlo por ser el fin de este contrario a su fe, y no solo esto sino que decidieron hacer añicos la figura de la diosa entre ambas, provocando de esta manera el enfado general de las devotas que se lanzaron hacia ellas.<ref>{{cita libro|url=https://books.google.es/books?id=ikXrDwAAQBAJ&pg=PA329&dq=justa+y+rufina+venus&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjIm4fgwenvAhUM1BoKHcW_B2YQ6AEwAnoECAYQAg#v=onepage&q=justa%20y%20rufina%20venus&f=false|título=El siglo de los Laicos|nombre=Roberto|apellido=Grao Gracia|ubicación=Sevilla|editorial=Punto Rojo|isbn=978-84-18221-55-2}}</ref>
 
Según la academia de la historia, esta fiesta era la de las [[Adonia|Adonias]], llamadas así en honor a [[Adonis]], y la imagen que las gentes portaban en andas era el ídolo de la diosa de origen babilónico Salambó<ref>{{cita web|url=http://dbe.rah.es/biografias/11444/santas-justa-y-rufina|título=Santas Justa y Rufina|obra=Real Academian de la Historia}}</ref>, equivalente a Venus.
 
El prefecto de Sevilla, Diogeniano, mandó encarcelarlas, animándolas a abandonar sus creencias cristianas si no querían ser víctimas del martirio.<ref>{{cita Miñano|volumen=9|página=262}}</ref> Las santas se negaron, a pesar de las amenazas. Sufrieron el tormento del [[Potro (instrumento de tortura)|potro]] para a continuación ser torturadas con garfios de hierro. Diogeniano esperaba que el trato que se le daba sería suficiente para que renunciaran a su fe, pero ellas aguantaron todo. Viendo que no surtió efecto el castigo, las encerró en una tenebrosa cárcel donde sufrirían las penalidades del hambre y la sed.