Diferencia entre revisiones de «Movimiento autónomo»

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El movimiento estudiantil autónomo apareció con fuerza desde 1966 y realizaba varias acciones directas como revueltas, ocupaciones de edificios universitarios y otras medidas, como el rehusarse a pagar por servicios públicos como transporte, la electricidad, gas, renta y comida. Muchos enfrentamientos ocurrieron entre los estudiantes y la policía durante las ocupaciones de universidades en el invierno de 1967-1968, durante las ocupaciones obreras de Fiat en marzo de 1968, y en Roma durante la "Batalla de Valle Giulia". El contenido básico de estas acciones era desafiar abiertamente las formas del capitalismo así como la [[propaganda por el hecho]]. Las organizaciones como ''Potere operaio'' y ''Lotta continua'' desaparecieron a comienzos y mediados de los setenta. El periódico ''Lotta continua'' siguió existiendo hasta 1982.
 
A mediados de los setenta comenzó a gestarse un importante movimiento de [[Radio libre]] emprendido por los nuevos militantes autónomos. Entre las más importantes radios estuvieron Radio Onda Rossa de Roma, Radio Alice de Bolonia, Controradio de Florencia, Radio Sherwood de Padua y otras menores, alrededoren de toda la geografía italianaItalia. Las nuevas formas que impulsaban los movimientos autónomos desafiaban las viejas estructuras y formas de la izquierda tradicional. Así describe un participante en esos movimientos, el filósofo-militante conocido como Bifo:
 
{{cita|"Pensemos en las radios libres italianas de los años '70. En aquellos años en Italia existía un monopolio estatal de la telecomunicación y estaba prohibida la emisión privada. La izquierda política, en especial el PCI, denunciaba a los activistas mediáticos de Radio Alice a los que acusaba de romper el sistema público de comunicación y de abrir así el camino a los medios privados. ¿Hay que pensar que tenía razón la izquierda estatista que se oponía a al proliferación comunicativa en nombre de la defensa del sistema público? No lo creo así. Creo que la izquierda tradicional se equivocaba por varias razones. Ante todo, porque el fin del monopolio público estaba ya inscrito en la evolución de la tecnología de la comunicación. En segundo lugar, porque la libertad de expresión es mejor que la centralización estatal de los medios. En ese momento la izquierda representaba una fuerza de conservación estatista, tanto en Italia como en los países del Este de Europa.".
 
[[Bifo]], [http://www.republicart.net/disc/realpublicspaces/berardi01_es.htm ¿Qué significa hoy autonomía?]}}
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{{en desarrollo}}
 
Michael Hardt ha afirmado que en el movimiento autónomo italiano de los sesenta y setenta "la diferencia del pensamiento italiano respecto al de otros países, sin embargo, no puede comprenderse sin haber entendido, de alguna manera, la diferencia señalada de los movimientos sociales y políticos italianos. La teorización, de hecho, en los últimos treinta años, ha cabalgado en la onda de los movimientos, emergiendo como parte de una práctica colectiva. Los escritos siempre han tenido una inmediatez política real: daban la impresión de haber sido realizados en momentos robados, semejantes a una noche profunda, a fin de interpretar la lucha política del día previo y preparar las luchas sucesivas. Durante mucho tiempo, muchos de estos autores eran por un lado teóricos, por otro continuaban diariamente con su militancia política activa.".[http://usuarios.lycos.es/pete_baumann/autonomial.html] Así pues se elaboró una serie de posicionamientos y elaboraciones teórico-estratégicas sobre la lucha [[anticapitalista]] desde la práctica misma.
 
En tanto pues emergen algunos conceptos importantes y una línea argumentativa que habría que considerar (las cursivas no están en el texto original):
 
{{cita|"La teorización política radical más significativa de este periodo tuvo que ver con la ''autonomía'' emergente de la clase trabajadora respecto al capital, el poder de esta clase para generar y sostener formas sociales y estructuras de valoración independientes de las relaciones de producción capitalista y, análogamente, la autonomía potencial de la fuerza social del dominio del Estado. Uno de los eslóganes principales del movimiento fue "el ''rechazo del trabajo''", que no significaba un rechazo de la actividad creativa o productiva, sino más bien un rechazo del trabajo dentro de las relaciones de producción determinadas del capital. El anticapitalismo de los grupos de trabajadores y estudiantes se traduce directamente en una oposición generalizada al Estado, a los partidos tradicionales y a los sindicatos institucionales.".
 
[[Michael Hardt]], [http://usuarios.lycos.es/pete_baumann/autonomial.html El laboratorio Italiano]}}
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{{cita|"...que la vida social no depende sólo de la regulación disciplinar impuesta por el poder económico, sino también de los desplazamientos, los deslizamientos y las disoluciones que constituyen el proceso de autocomposición de la sociedad viva. Lucha, retirada, alienación, sabotaje, líneas de fuga del sistema de dominio capitalista.
Ese es el significado de la expresión "''rechazo del trabajo''". Rechazo del trabajo significa muy sencillamente: "no quiero ir a trabajar porque prefiero dormir.". Esta pereza es la fuente de la inteligencia, de la tecnología y del progreso. ''Autonomía'' es la autorregulación del cuerpo social, en su independencia y en sus interacciones con la norma disciplinar.
 
 
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{{cita|"El '94 es el año fundamental en el que alcanzamos el espíritu de lo que ya éramos, conseguimos ver un sueño nuevamente. Hasta entonces había habido un gran trabajo de automotivación, de construcción de resistencia, de pequeñas hipótesis de perspectiva, pero faltaba algo, faltaba un sueño común, un empujón de imaginario, alguien que nos dijera que tenemos hermanos y hermanas en otras partes del mundo, que nos indicara algo. El 94 ha sido para nosotros la salvación: el levantamiento zapatista. Empezamos a aprender de los hermanos zapatistas todo aquello que nos servía para poder movernos en este nuevo mundo, aprender a producir experiencias innovadoras, nuevos lenguajes, nuevos lugares, nueva política. El levantamiento zapatista rompe todos los paradigmas, y nos da también una extraordinaria fuerza de imaginario y de sueño, y rompe también los paradigmas de toda la izquierda, incluso la extraparlamentaria; el paradigma de la toma del poder, del enfrentamiento militar, de la dictadura del proletariado, de la configuración unívoca de la clase. El zapatismo se dirige a los gays, a las lesbianas, a los jóvenes, precarios y parados, no usa el término "proletariado", que podía convertirse en un fetiche que no explicara las modificaciones de la sociedad postfordista en la que la figura social productiva se da como atomización y multiplicación de las figuras sociales productivas, que ya no tenían como centro la gran fábrica, sino la transmigración de la gran fábrica a la fábrica social. Hablamos de una dimensión biopolítica, que llevaba al capital neoliberal a traspasar la frontera de la vida, y a ocuparse del ADN, a producir logos y comportamientos sociales, no sólo como dinámicas de control y disciplina, sino como dinámica de producción. Era necesario aprender lo que significaba construir movimiento, estar dentro de los movimientos, el significado de la acción política de parte pero no autosuficiente. Todo esto los zapatistas empiezan a introducirlo y para nosotros es algo extraordinario, es un respiro increíble de alivio. Nos ayuda también a no tener miedo de equivocarnos, nos ayuda a tener un gran estimulo para decir que lo único que podemos perder son las cadenas, que nadie tiene la verdad en el bolsillo, que los "templarios" y los que custodian la memoria son nuestros peores enemigos, porque la historia está todavía por construir, que no hay una línea política, sino experimentaciones, experiencias, ejemplos. Nos ayuda a decir que la comunicación es un terreno no sólo de producción, no sólo de control y disciplina, sino un terreno de lucha política y también un terreno de organización. Se consigue una alternativa, que tiene una perspectiva diversa de las clásicas formas de organización, como el partido y el sindicato, a las cuales no sabíamos dar respuesta. Nos habla de comunidad, que no es una comunidad biológica, sino una comunidad de destino. Nos habla de ciudadanía, de derechos de ciudadanía. El zapatismo nos ayuda a decir que local y global son dos esferas que se deben cruzar, que deben vivir en la actividad política que hacemos sin determinar la superioridad de ninguna de ellas. El conflicto y el consenso, todo lo referido, en las sociedades modernas, a la producción de opinión, a la fuerza de convencer, cosas que hasta entonces estaban en nuestra cabeza, en nuestro estómago, pero sin organizarse. Se comienza a escribir una nueva historia, una nueva palabra de la liberación. Desde aquí damos un salto, y comienzan las experiencias más Innovadoras; el inicio en el nordeste de los trabajos sobre federalismo, la reapropiación de los medios administrativos como dinámica de radicalidad, de un nuevo mecanismo de la práctica del conflicto, etc.".
 
Pablo Iglesias, [http://usuarios.lycos.es/pete_baumann/lucavt.htm Ciclos del movimiento: entrevista con Luca Casarini]}}
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Así pues se ha manifestado la influencia del zapatismo en el continente en expresiones activistas de nuevos militantes jóvenes en muchos casos inclusive ajenos a la experiencia formativa dentro del marixsmo-leninismo clásico o la social democracia. El caso argentino merece atención así aunque similares casos se dan en otros lados del continente. En este caso pues vale la pena mencionar los aportes recientes a la teoría autonomista que surgieron a calor de la experiencia zapatista mexicana como son los del sociólogo escocés radicado en México [[John Holloway]]. En su famoso tratado ''Cambiar el mundo sin tomar el poder'' se encuentran las reflexiones de [[marxismo libertario]] de la [[Escuela de Frankfurt]] con las prácticas del neozapatismo y las reflexiones autonomistas italianas y de otros lados. Estas reflexiones así pues tuvieron eco en otros lugares:
 
{{cita|"El impacto del “no tomar el poder estatal” en el movimiento piquetero y asambleario, puede verificarse de forma muy directa: Argentina es el país donde tanto las tesis de Holloway como las del EZLN han traspasado las fronteras de la intelectualidad y la militancia para hacerse carne en amplias franjas del movimiento social, contando con una difusión inusitada en otros países latinoamericanos.".|Raul Zibechi, [http://www.nodo50.org/ekintza/article.php3?id_article=103 ''Los impactos del zapatismo en América Latina'']}}
 
Pero era claro que en la cultura de los nuevos militantes jóvenes radicales latinoamericanos también pesaban la influencia de movimientos de masas como el MST brasileño o los movimientos indígenas como la CONAIE en Ecuador y posteriormente los movimientos argentinos que tomaron visibilidad después del [[argentinazo]] o los movimientos indígenas, campesinos y barriales de Bolivia. Estos movimientos en alguna u otra forma mostraban alternativas reales al vanguardismo, burocratismo y dogmatismo de la izquierda marxista-leninista tradicional o al electoralismo y reformismo de la socialdemocracia, en estas épocas tan afincada en posiciones [[neoliberal]]es ''light''.