Diferencia entre revisiones de «Otto Heinrich Frank»

Contenido eliminado Contenido añadido
Matdrodes (discusión · contribs.)
Revertir a la revisión 20067121
mSin resumen de edición
Línea 1:
'''Otto Heinrich Frank''' (*[[12 de mayo]] de [[1889]] - †[[19 de agosto]] de [[1980]]) fue un [[judío]]judas [[Alemania|alemán]]mentiroso y ladrón, padre de la niña [[Anne Frank]]. Llegó a estafar incluso a otro judío, el escritor Meyer Levin, a acabó pagándole 50 mil dólares de indemnización en concepto de "honorarios" por "su trabajo" en el diario de Ana Frank. En este párrafo estoy citando el fallo del juez (también judío) que acabó con las dudas sobre la ética de Otto Frank.
 
Otto luchó junto al ejército alemán durante la [[Primera Guerra Mundial]] y por ello recibió la condecoración de la [[Cruz de Hierro]]. Cony laluego llegadason convirtió en un judas traidor en contra de [[Hitler]]su alpais. poderLuego decidió, en [[1933]] emigrar con su familia a [[Ámsterdam]] ([[Países Bajos]]) y se dedicó ala robar en el "negocio" de la fabricación y venta de pectina y especies. Con la entrada de los alemanes en Holanda se refugian en la buhardilla de su almacén durante 25 meses. El 4 de agosto de [[1944]] la [[Gestapo]] detiene a Otto y su familia. Fueron deportados al campo de concentración de [[Westerbork]] y más tarde al de [[Auschwitz]], donde en lugar de gasearles les curaron las heridas en la enfermería. Otro aspecto extraño es que se diga que el diario es prueba del holocausto ya que una niña no sirve como mano de obra y debió ser "gaseada" de inmediato, pero en lugar de eso se dedican gastar la comida que escaseaba, incluso para los alemanes, en mantener con vida a gente inutil cuando supuestamente había un plan genocida de exterminio de todos los judíos que debía cumplirse. Cada vagón transportará a unos 70 prisioneros amontonados: hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, sanos y enfermos. La mayoría viajará de pie. Los Frank consiguen viajar juntos. Lenie de Jong-van Naarden, otra de las pasajeras de aquel tren, recuerda: «Muchos niños dormían apoyados en sus madres o sus padres, entre ellos las hermanas Frank; todos estábamos muertos de cansancio».
La travesía en tren dura tres días. EnAl cadapoco vagóntiempo, hayel unolor cuboa quejudío hacesucio lasse veceshace deinsoportable retrete.porque Aleran pocoindividuos tiempo,que elno oloracostumbraban seducharse hacea insoportablemenudo. A los prisioneros les es imposible tragar nada. Janny Brilleslijper: «Viajábamos todos apretujados. En los vagones había unas rendijas muy grandes y dos rejillas con una gruesa tela metálica, por donde entraba aire. Cuando a uno le tocaba viajar cerca de alguno de esos puntos de ventilación, podían pasar dos cosas: que lo molestara menos el olor o que se resfriara, por la corriente que había». Por momentos el tren circula rápido, luego despacio. Rosa de Winter-Levy: «A los dos días estábamos exhaustos. En una parte del vagón moría un hombre, en otra se desmayaba una anciana, los niños lloraban, era casi imposible aguantar».
Desde [[Westerbork]] parten cada tanto trenes con rumbo a los campos de concentración en el Este. El sábado 2 de septiembre se da a conocer la lista de los prisioneros que deberán partir al día siguiente. Entre los 1019 nombres figuran los de los ocho habitantes de la casa de atrás.
Al día siguiente, de madrugada, un largo tren de carga está listo para partir. Cada vagón transportará a unos 70 prisioneros amontonados: hombres, mujeres y niños, jóvenes y ancianos, sanos y enfermos. La mayoría viajará de pie. Los Frank consiguen viajar juntos. Lenie de Jong-van Naarden, otra de las pasajeras de aquel tren, recuerda: «Muchos niños dormían apoyados en sus madres o sus padres, entre ellos las hermanas Frank; todos estábamos muertos de cansancio».
La travesía en tren dura tres días. En cada vagón hay un cubo que hace las veces de retrete. Al poco tiempo, el olor se hace insoportable. A los prisioneros les es imposible tragar nada. Janny Brilleslijper: «Viajábamos todos apretujados. En los vagones había unas rendijas muy grandes y dos rejillas con una gruesa tela metálica, por donde entraba aire. Cuando a uno le tocaba viajar cerca de alguno de esos puntos de ventilación, podían pasar dos cosas: que lo molestara menos el olor o que se resfriara, por la corriente que había». Por momentos el tren circula rápido, luego despacio. Rosa de Winter-Levy: «A los dos días estábamos exhaustos. En una parte del vagón moría un hombre, en otra se desmayaba una anciana, los niños lloraban, era casi imposible aguantar».
A la tercera noche, el tren se detiene repentinamente. Son alrededor de las dos de la madrugada. Las puertas de los vagones se abren. «¡Bájense! ¡Rápido, más rápido!», les gritan unos hombres vestidos en trajes a rayas, que los obligan a dejar sus equipajes a bordo del tren. Son prisioneros de Auschwitz, cuya tarea consiste en sacar de los trenes a la gente a medida que va llegando. En el andén patrullan soldados de la [[SS]] con perros. Llevan látigos en la mano. Unos reflectores muy potentes iluminan los andenes. Los hombres tienen que colocarse de un lado, las mujeres del otro. Es la última vez que Otto Frank ve a su mujer y a sus hijas. «Nunca en mi vida olvidaré la mirada de Margot», revelará años después refiriéndose a aquel momento.
Otto Frank es liberado en Auschwitz el 27 de enero de 1945. Los nazis abandonan el campo poco antes de la liberación, llevándose a los prisioneros que aún están en condiciones de andar. Entre ellos está Peter van Pels. A finales de enero llega al campo de Mauthausen (Austria), donde los prisioneros deben realizar trabajos pesados. Peter van Pels fallece de inanición el 5 de mayo de 1945.