Diferencia entre revisiones de «Mercenarios de la Antigua Grecia»

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Las armas de los nuevos guerreros, los llamados ''hombres de bronce'', eran esencialmente el escudo redondo ([[hoplon]]), la coraza anatómica, el casco y las grebas, empleando una larga lanza como principal arma ofensiva y una espada para el combate a corta distancia, armas que ya se encuentran, en mayor o menor medida, en la [[iconografía]] [[civilización micénica|micénica]], especialmente en el ''Vaso de los Guerreros'' de [[Micenas]], en el que ya se incluyen las piezas de armamento indicadas, difundiéndose el modelo de [[panoplia]] prehoplítica en otras áreas del mediterráneo oriental a través de las migraciones de finales del [[II milenio a. C.|segundo milenio a. C.]], en las que pudieron tomar parte los ''[[Ahhiyawa]]'' identificados como griegos micénicos, siendo el relato de la lucha entre [[David]] y Goliat un claro ejemplo de la difusión de este tipo de armamento.
{{cita|''Salió al centro, de entre las filas de los [[filisteo]]s, un hombre llamado [[Goliat]], de [[Gath]] que medía seis [[Codo (unidad de longitud)|codos]] y un [[palmo]] de altura. Se cubría la cabeza con un casco de bronce y llevaba una coraza de escamas también de bronce, de 5.000 [[Shekel|siclos]] de peso. En los pies llevaba botas de bronce, y en la izquierda un escudo, también de bronce. El asta de su lanza era como el plegador de un telar, y la punta, de hierro, pesaba seiscientos siclos. Delante de él caminaba su escudero.'' [[I Samuel|Samuel]] I, 17, 3-7.}}
[[ImagenArchivo:Hoplites.jpg|thumb|350px|Recreación moderna de una fila de hoplitas. Los mercenarios formaron parte de las falanges hoplíticas.]]
 
== El sistema hoplítico ==
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== Auge del mercenariado ==
El éxito motivó la participación constante de mercenarios griegos en los ejércitos persas en diversas zonas del imperio, desde Egipto a [[Chipre]] y las [[satrapía]]s occidentales, a lo largo del siglo IV&nbsp;a.&nbsp;C., hasta finalizar con el apoyo que [[Artajerjes III Oco]] prestó a la ciudad de [[Perinto]] [[asedio en la Antigua Grecia|asediada]] por [[Filipo II de Macedonia]], enviando un ejército mercenario al mando del [[stratego|estratego]] ateniense Apolodoro que obligó a la retirada a los ejército [[macedonio|macedonios]]s.<br />
Esta derrota, unida a la del cuerpo macedonio de [[Parmenio]] en la [[Tróade]], en [[335 a. C.|335]]-[[334 a. C.|334&nbsp;a.&nbsp;C.]] ante los mercenario de [[Memnón de Rodas]], pesó en el recuerdo y condicionó sin duda la actuación de Alejandro Magno en la [[Batalla del Gránico|batalla del río Granico]] el mismo año cuando masacró a los mercenarios griegos.
 
[[Creta]], [[Etolia]] y [[Arcadia]], alguna de las regiones más desfavorecidas de Grecia y que por ello contaban con menos recursos, fueron el origen de una gran parte de los mercenarios, uniéndose a la razón económica la política en muchos casos.
 
Los cambios en los gobiernos de las ciudades, el surgimiento de las [[tiranía (Antigua Grecia)|tiraníatiranías]]s, la inestabilidad en general, serán causa y efecto de la disponibilidad y contratación de mercenarios, soldados que, superado el concepto de la lucha por la patria que alumbraba el sistema del ciudadano en armas establecido por las poleis, combatirán esencialmente por su supervivencia.
 
Los ''mistophoros'' (los que cobran la paga, ''misthos''), llamados también ''xenoi'' (extraños) por su origen, o ''apachar'' (auxiliares), caracterizarán con su presencia las grandes guerras mediterráneas hasta la caída definitiva de [[Cartago]].
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El ''misthos'' consistía en una soldada establecida en el momento del contrato cuyo montante variaba según las circunstancias.
 
Los hombres dirigidos por Jenofonte tenían establecida una retribución de un [[dárico]] mensual, equivalente a cinco [[obolus|óbolos]] diarios, o 25 [[dracma griego|dracmadracmas]]s al mes, paga que no varió en exceso a lo largo del siglo IV&nbsp;a.&nbsp;C.
 
La paga se completaba, como es lógico, con las rapiñas producto del botín que incluía el saqueo de ciudades, campamentos, prisioneros y muertos. Pero también en ocasiones, la manutención (''sitos'') cuyo abono convertiría en neta la ganancia de la soldada.
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{{cita|''Ante todo, apartaron para los dioses, entre otros presentes, tres [[trirreme]]s [[fenicia]]s, para dedicar una en el [[Corinto|Istmo]], otra en [[Sunión]] y otra en Ayante, en la misma [[Salamina (isla)|Salamina]]. Después d esto dividieron el botín, enviaron las primicias a Delfos y con ellas hicieron una figura de un hombre que tenía en la mano un espolón de nave, de un tamaño de doce codos''|Heródoto ''[[op. cit.]]'' VIII, 121-122}}.
 
Otros ejemplos corresponden a las ofrendas de [[Pausanias (general)|Pausanias]] tras la victoria de [[batalla de Platea|Platea]]: Después de reunir todas las riquezas, apartaron el diezmo para el [[Apolo|dios de Delfos]] , y con él se ofrendó el trípode de oro colocado sobre la serpiente de bronce de tres cabezas, muy cerca del altar. También separaron una parte para el dios de [[Olimpia]], con la cual ofrendaron un [[Zeus]] de bronce de diez codos de alto, y otra para el dios del Istmo, con la que se hizo un [[Poseidón]] de bronce de siete codos. <ref>Heródoto, VIII, 81</ref>
 
La misma práctica, integrante del ''[[agon]]'' griego, se llevará también a cabo en las guerras entre siracusanos y cartagineses, puesto que, por ejemplo, el tirano [[Gelón]] de [[Siracusa]], después de su victoria, en 480&nbsp;a.&nbsp;C., en la [[Batalla de Hímera (480 a. C.)|batalla de Hímera]] entregó en el [[Templo de Apolo (Delfos)|santuario de Apolo en Delfos]] un trípode de oro por valor de 16 [[talento (moneda)|talentos]].
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Otras partes del botín correspondían al general del ejército y al propio Estado para sufragar los gastos de la guerra y,<ref>Pausanias recibió la décima parte del botín conseguido a los persas en la [[Batalla de Platea]].</ref> por último el resto se repartía de forma proporcional o igualitaria entre los mercenarios, ya que en los ejércitos formados por ciudadanos era el Estado el que obtenía el producto de la venta del botín.
 
Cuando la situación lo requería, ante un combate decisivo, la defensa o el asedio de una ciudad, los generales solían prometer complementos específicos por actos de valor o aumentos generales de la paga para incentivar a los hombres. Ciro II prometió a cada soldado cinco [[mina (unidad)|minas]] de plata (500 dracmas) y el sueldo completo hasta el regreso a [[Jonia]] cuando los mercenarios se rebelaron al descubrir que marchaban contra [[Babilonia]]. Posteriormente prometerá nuevos pagos indicando que «lo que temo no es que me falte qué dar a cada uno de los amigos si las cosas salen bien, sino que no tenga suficientes manos a quienes dar. Por otra parte, a cada uno de vosotros, los griegos, os daré una corona de oro». <ref>Jenofonte, ''Anábasis'' I, 4;I, 7</ref>
 
[[Dionisio I]] de Siracusa entregó la ciudad de [[Motia]] al saqueo de sus hombres con el fin de que estuvieran más predispuestos a combatir en futuros encuentros sabiendo que su general les permitiría hacerse con un buen botín.<ref>[[Diodoro Sículo]], ''[[Biblioteca histórica]]'', xiv, 53, 3.</ref>