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La segunda apareció en Cuenca, 1609, y narra la rebelión de los moriscos de las Alpujarras, en la cual participó el autor a las órdenes del Marqués de los Vélez. Ginés intercala romances en el texto, de los cuales algunos son del propio autor. Se nota en esta parte el influjo de ''La Austriada'' de [[Juan Rufo]]. Al fin de este hermoso libro, Pérez de Hita lamenta la expulsión total de los moriscos valientemente. La obra de Pérez de Hita fue muy influyente en la literatura nacional ([[Calderón]], [[Francisco Martínez de la Rosa]], [[Manuel Fernández y González]], [[Pedro Antonio de Alarcón]]...) sino también a escala europea (fue traducida al inglés, 1801, al francés, 1809 y al alemán, 1821), marcando el gusto por lo árabe de los hombres del XVIII y XIX ([[Lafayette]], [[Chateaubriand]], [[Washington Irving]] etc.)
 
Su mundo fue el de los artesanos de la región murciana. FelDel taller de «Ginés Pérez, zapatero» salían carros e invenciones para las fiestas que celebraba la villa. También hacía versos y componía piezas dramáticas que en tales ocasiones se representaban. Muchos años después, habiendo publicado con éxito notable la ''Historia de los bandos de Ahencerrajes y Zegries'', colaboró con ingenios de más alto rango en las exequias a la muerte de [[Felipe II de España|Felipe II]] celebradas en la ciudad de Murcia, donde se hallaba avecindado. Representante, pues, de la cultura popular, no logró superar como poeta —aunque compuso dos largos poemas— la falta de una formación humanística o cortesana, aunque sí adquirió a través de sus lecturas una educación literaria fragmentaria: conocía bien, por ejemplo, el ''Orlando Furioso'', influencia fundamental cuyo alcance y matices han sido perfectamente precisados por [[Máxime Chevalier]]; estaba familiarizado con los [[libros de caballerías]] y con crónicas y relaciones sobre los últimos tiempos del reino de Granada y, por supuesto, con el ''[[Romancero]]'' —el viejo y el nuevo—, otorgando a casi todo lo que hallaba impreso carácter de veracidad. Tales lecturas, asimiladas con más sensibilidad que conocimiento, estimularon su fantasía sin poner trabas a la manera intuitiva en que su ingenio combinaba la verdad histórica y la verdad poética, borrando los linderos entre realidad y ficción y logrando con ello la creación de un mundo poético coherente.
 
==Referencias==