Diferencia entre revisiones de «Gumersindo Laverde»
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==Biografía==
Hijo de Toribio Laverde González y Asunción Ruiz Puertas, a los cuatro años sus padres trasladaron al pueblo de Nueva; allí estudió las primeras letras y latín con Antonio González. Esta etapa ha sido estudiada por Fernando Carrera en su ''Laverde Ruiz en la niñez'', 1956. Marchó a Oviedo en 1847, apenas cumplidos doce años, y allí cursó cinco años de filosofia y ampliación. Desde 1853, en la misma universidad y en las de Madrid, Valladolid y Salamanca, hizo sus estudios en ambos derechos hasta licenciarse en 1859, y de Filosofía y Letras en Oviedo. Mas tarde se doctoró en ambas materias. Sus estudios en Valladolid y Salamanca los hizo sirviendo empleos debidos a la protección del poeta [[José Heriberto Garcia de Quevedo]] y [[Lorenzo Nicolás Quintana]]. Durante toda su vida padeció una quebrantada salud. En 1860, después de un año de descanso en Nueva al lado de su familia, se trasladó a Madrid, donde fue empleado en la Secretaría de la
Más que a los estudios jurídicos se dedicó a los literarios y filosóficos y se dio a conocer como prosista y poeta. Fue uno de los grandes amigos y consejeros de otro gran asturiano, [[Marcelino Menéndez Pelayo]], con quien mantuvo una larga y fecunda relación epistolar, hasta el punto de que un año antes de morir el gran erudito confesó que muchos de sus trabajos no se hubiesen realizado sin el estímulo de Laverde. También se escribía con otros grandes intelectuales de su tiempo, como [[Juan Valera]]. En 1865 publicó el ''Gran almanaque de las dos Asturias'', y defendió el proyecto del ferrocarril cantábrico en cartas y artículos publicados en ''El Trabajo'', ''Revista Ovetense'' y ''La Abeja Montañesa'' de Santander, en lo cual fue contrariado por casi toda la prensa Asturiana. Defendió también con ahínco la unión de las Asturias de Oviedo y de Santander, esto es, la unión del Principado y de la Montaña en lo eclesiástico y universitario creando un solo distrito; la administración de Justicia con una audiencia territorial; en lo militar con la creación de una capitanía general para los dos territorios; la unión agrícola, industrial y artística, celebrándose congresos, exposiciones y certámenes; el culto a las glorias y tradiciones erigiéndose en Covadonga un panteón donde reposen las cenizas de sus varones ilustres y la unión, en fin, en "todo y para todo lo honesto, bello y útil", proponiendo se crearan infraestructuras para fomentar un mutuo comercio. Así entendía Laverde la unión de las dos Asturias: "Trabajar solidariamente en la obra de su común civilización, a la vez que en la de la civilización general de la península, como parte principal que son de la nacionalidad ibérica".
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