Diferencia entre revisiones de «Fiesta del obispillo»

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== Historia ==
El historiador español [[Miguel Ángel Ladero Quesada]], en ''Tópicos y realidades de la Edad Media'', dice que las saturnales romanas incluían diversas irreverencias que tomaban la forma de ritos de igualación o inversión de jerarquías, las llamadas ''libertates decembricae'' que, por la vía del contraste, consolidaban el orden establecido. Durante la Edad Media, en consonancia con las nuevas estructuras sociales y eclesiásticas, se introdujeron muchas transformaciones en dichas celebraciones. En el [[siglo XIII]] se procuró que dichas manifestaciones irreverentes quedaran al margen del clero; el Papa [[Inocencio III]], en 1207, condenaba ya ciertas representaciones que ocurrían en los templos entre el 26 y el 28 de diciembre; también recoge una prohibición a dichos «escarnios» [[Alfonso X de Castilla]] en las ''[[Siete Partidas]]''. Señala Ladero Quesada que, no obstante, la llamada «fiesta del obispillo» (también llamada «obispo de los locos», ''«bisbetó»'' en [[Cataluña]] y [[Valencia]]; ''«episcopus puerorum»'' y ''«abbas stultorum»'' en [[Francia]]) no sólo no cesó, sino que se consolidó.<ref name="LaderoQuesada">{{cita libro |apellidos= Ladero Quesada |nombre= Miguel Ángel |autor= |enlaceautor= |Otros= Coordinador: [[Eloy Benito Ruano]] |título= Tópicos y realidades de la Edad Media, Volumen 3 |url= http://books.google.es/books?id=hTBS9EUx1t8C&lpg=PP1&pg=PA86#v=onepage&q&f=false |año= 2004 |editorial= Real Academia de la Historia |ubicación= |idioma= |isbn= 9788495983510 |páginas= 86- |cita= }}</ref>
[[Julio Caro Baroja]], en su libro ''El Carnaval'', dice que de todas las fiestas de [[España]] relacionadas con las [[Saturnales]], la más conocida es la del «Obispillo». Tradicionalmente se empezaba a celebrar, entre los estudiantes y los muchachos cantores, el 6 de diciembre, festividad de San Nicolás de Bari.<ref name="CaroBaroja">{{cita libro |apellidos= Caro Baroja |nombre= Julio |autor= |enlaceautor= Julio Caro Baroja |título= El Carnaval |url= |año= 1983 |editorial= Taurus Ediciones |ubicación= Madrid |idioma= |isbn= |páginas= 305-311 |cita= }}</ref>
 
[[Julio Caro Baroja]], en su libro ''El Carnaval'', dice que de todas las fiestas de [[España]] relacionadas con las [[Saturnalessaturnales]], la más conocida es la del «Obispilloobispillo». Tradicionalmente se empezaba a celebrar, entre los estudiantes y los muchachos cantores, el 6 de diciembre, festividad de San Nicolás de Bari.<ref name="CaroBaroja">{{cita libro |apellidos= Caro Baroja |nombre= Julio |autor= |enlaceautor= Julio Caro Baroja |título= El Carnaval |url= |año= 1983 |editorial= Taurus Ediciones |ubicación= Madrid |idioma= |isbn= |páginas= 305-311 |cita= }}</ref>
Uno de los jóvenes clerizones<ref>[[drae:clerizón|Clerizón]]: (Del [[idioma francés|francés]] ''clergeon''). En algunas catedrales, mozo de coro o monaguillo.</ref> o estudiantes era elegido obispo, revestido y acatado como tal en tono burlesco, generalmente hasta el 28 de diciembre, día de los Inocentes, momento culminante de la fiesta en el que incluso se organizaba una procesión bufa fuera del templo. A pesar del sentido crítico hacia la propia Iglesia, la fiesta era tolerada, tal vez porque la jerarquía sabía que al final el orden volvía a establecerse y cada cual ocupaba el lugar que le correspondía de acuerdo a su rango.<ref>{{cita libro |apellidos= Izquierdo Benito |nombre= Ricardo |autor= |otros= Coordinadores: Palama Martínez-Burgos García y Alfredo Rodríguez González |enlaceautor= |título= La Fiesta en el mundo hispánico |url= |año= 2004 |editorial= Univ de Castilla La Mancha |ubicación= |idioma= |isbn= 9788484272939 |páginas= |capítulo= Fiesta y ocio en las ciudades castellanas durante la Edad Media |cita= }}</ref>
 
Parecen ser muy numerosos los ejemplos de dicha celebración durante la Edad Media, desde [[París]] (donde ya existía en 1212) hasta [[Venecia]], donde era conocida como obispo ''«dei pazzi»'' o de los inocentes. Se celebraba también en [[Murcia]], [[León (España)|León]] y [[Palencia]]; en Valencia se celebraban fiestas de escolares del mismo tipo hacia 1340, vinculadas a instituciones eclesiásticas, como la de [[Catalina de Alejandría|Santa Catalina]] el 25 de noviembre. La celebración se estableció también en las catedrales de nueva creación, como sucedió en [[Granada]] después de 1492 por orden de [[Hernando de Talavera]], su primer arzobispo, que consideraba que era «un medio de aficionar a los pequeños infantes al oficio sacro». También pasó a [[Gran Canaria]], junto con la festividad de los Inocentes, como consta en las prohibiciones que el cabildo hizo en 1515 de «atar cuernos, traer almohadones y decir palabras deshonestas».<ref name="LaderoQuesada"/>
 
=== Prohibiciones ===
Por el carácter propio de los muchachos y la índole festiva del tiempo en que se daba, las travesuras que se cometían fueron adquiriendo mucha popularidad, y la fiesta fue objeto de muchas prohibiciones y restricciones desde la [[Edad Media]].<ref name="CaroBaroja"/>
Durante las últimas sesiones del [[Concilio de Basilea]] (1445) se dictaron prohibiciones o limitaciones al respecto, y la fiesta se prohibió durante la primera mitad del siglo XVI en diversas diócesis, como las de Sevilla, Lérida, Gerona, Perpiñán o Mallorca, antes incluso de que en 1566 el [[Concilio de Trento]] generalizara la prohibición.<ref name="LaderoQuesada"/>
 
El padre La Canal, en un estudio sobre la iglesia de Gerona, dice que en 1475 Don Andrés Alfonsuelo propuso la abolición de la fiesta, sin que tuviera efecto la proposición.
Según Don Pedro de Madrazo, el obispo de Sevilla la reformó en 1512, porque la caída del [[cimborrio]] de la catedral sucedió el día de los Inocentes, y hubo quien pensó que era una señal de disgusto divino ante las profanaciones que el «Obispilloobispillo» y sus compinches cometían en los templos.
Don Juan Margarit II restringió la fiesta a los niños en 1541, advirtiendo también que no tirasen «harina, ni tierra, ni ceniza, ni otras inmundicias, ni se hagan caer los unos a los otros, ni traigan al obispito danzando por la iglesia».
Durante el concilio provincial de Toledo (1565-1566) se redactó un canon en el que se mandaba que «no haya "obispillos" en las iglesias, ni regocijo profano el día de los Inocentes, sobre todo, pero tampoco en ninguna otra ocasión».