Diferencia entre revisiones de «Tratado de Nérchinsk»

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Por medio de este tratado, Rusia renunciaba a cualquier reclamación sobre la región del [[Amur]], que hasta entonces había sido su vía de salida hacia el [[Mar de Ojotsk]], y reconocía los límites de su imperio en la cordillera de [[Montes Stanovoy|Stanovoy]] y el [[río Argun]]. En consecuencia, Albazin, que quedaba en territorio chino, fue destruida y abandonada. [[Pedro I de Rusia|Pedro el Grande]] conseguía como contrapartida una paz duradera con el [[Emperador Kangxi]] y sus descendientes, además de privilegiadas relaciones comerciales con el [[Dinastía Qing|Imperio Qing]].
 
Rusos y chinos se encontraron en Nerchinsk e hicieron gala del desarrollo de sus respectivos imperios y sus riquezas, a fin de intimidar a su rival. Sin embargo, a la hora de comenzar a negociar se toparon con la barrera idiomática: ni los rusos hablaban chino, ni los chinos entendían el ruso.
La misma redacción del acuerdo fue laboriosa debido a la barrera idiomática. Por ello, en la firma del tratado fueron de vital importancia dos [[misionero]]s [[jesuita]]s de la Corte de Kangxi, llamados Pereira (portugués) y Gerbillon (francés). Ambos desarrollaban su misión en Pequín, pero fueron requeridos por los embajadores chinos, que les respetaban enormemente por sus conocimientos y lejana procedencia, confiando en que su experiencia podría ser muy útil para tratar con el extraño pueblo del norte.
 
Para solucionar este problema, los embajadores chinos solicitaros la presencia en Nerchinsk de dos [[misionero]]s [[jesuita]]s llamados Pereira y Gerbillon, originarios respectivamente de Portugal y Francia. Ambos jesuitas desarrollaban su misión en Pequín, en la corte de Kangxi, pero embajadores chinos supusieron, con buen criterio, que estos occidentales, a quienes el propio Emperador respetaba por sus conocimientos y lejana procedencia, podrían ser útiles a la hora de negociar con el extraño pueblo del norte.
Esta previsión no pudo ser más acertada: ni los embajadores chinos sabían ruso, ni los rusos sabían chino. Pereira y Gerbillon ejercieron de auténticos mediadiores y allanaron todas las dificultades para firmar un tratado de paz. Ello se debió a q que entre los diplomáticos rusos viajaba un alemán que hablaba ruso y latín, mientras que los jesuítas hablaban latín y chino. Así fue posible que el embajador enviado por el zar y el enviado por el "Hijo del Cielo" pudiesen entenderse y negociar. Gracias a su interpretación, el Tratado de Nerchinsk fue redactado en [[idioma manchú|manchú]], [[idioma ruso|ruso]] y [[idioma latino|latín]].
 
Esta previsión no pudo ser más acertada: ni los embajadores chinos sabían ruso, ni los rusos sabían chino. Pereira y Gerbillon ejercieron de auténticos mediadiores y allanaron todas las dificultades para firmar un tratado de paz. Ello se debió a q queComo entre los diplomáticos rusos viajaba un alemán que hablaba ruso y latín, mientras que los jesuítas hablaban latín y chino. Así, fue posible que el embajador enviado por el zar y el enviado por el "Hijo del Cielo" pudiesen entenderse y negociar. Gracias a su interpretación, el Tratado de Nerchinsk fue redactado en [[idioma manchú|manchú]], [[idioma ruso|ruso]] y [[idioma latino|latín]].
 
Las condiciones de Nerchinsk se mantuvieron hasta la firma de los tratados de [[Tratado de Aigun|Aigun]] ([[1858]]) y [[Tratado de Pekín (1860)|Pekín]] ([[1860]]), cuando Rusia forzó a la debilitada Dinastía Qing a cederle importantes territorios en la zona del río Amur y [[Asia Central]] a cambio de prácticamente nada. Estos últimos tratados establecieron la mayoría de las actuales fronteras de China y [[Mongolia]], con [[Rusia]].