Diferencia entre revisiones de «Felipe IV (1653-1655)»
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== Descripción ==
Se trata de un pequeño e inacabado estudio tomado del natural de la cabeza del rey, con el pecho y los hombros sólo indicados. Aunque la preparación del lienzo es similar a la empleada por Velázquez en ''[[Las meninas]]'', el rostro del rey está más modelado que en algunas otras pinturas de esta época, evidenciando su carácter de estudio del natural destinado a
El aspecto del monarca, que en el momento de ser retratado rondaba los cincuenta años, ha sido objeto de abundante literatura e interpretaciones psicológicas en las que pueden haber pesado más los datos externos al cuadro que la propia obra y las intenciones del pintor. Para [[Jonathan Brown]] la idea de que el retrato pueda tomarse como un documento de la decadencia, reflejándose el sentimiento de derrota en el rostro del monarca, entra en contradicción con el elevado número de copias que se hicieron de este retrato, «lo que sugiere que se pintaron [éste y el retrato de Londres] como imágenes oficiales, y no como impresiones subjetivas del artista sobre el estado anímico y corporal del monarca». La misma cabeza, copiada por el taller e integrada en un retrato de cuerpo entero con el rey vestido de armadura, en el
== Historia ==
La fecha de ejecución del retrato ha de quedar comprendida entre el 8 de julio de 1653, cuando el propio rey escribía a la monja sor Luisa Magdalena de Jesús: «no fue mi Retrato porque a nueve años que no se a hecho ninguno, y no me inclino a passar por la flema de Velázquez assí por ella, como por no verme ir embejeciendo»,<ref>Joaquín Pérez Villanueva, ''Felipe IV, escritor de cartas. Un epistolario inédito con Velázquez al fondo'', Salamanca, 1986, pág. 204. Corpus velazqueño, pág. 286.</ref> y el año 1655 cuando el dibujo de la cabeza sirvió de modelo a [[Pedro de Villafranca]]
José López-Rey apunta que pudiera tratarse de alguno de los bustos de miembros de la casa de Austria inventariados por [[Juan Bautista Martínez del Mazo|Mazo]] en el Alcázar de Madrid en 1666 a nombre de Velázquez
== Copias ==
[[Archivo:Felipe IV con un león, by studio of Diego Velázquez.jpg|thumb|175px|Velázquez, taller
El retrato del Prado sirvió de prototipo para un elevado número de copias, algunas de las cuales con el añadido de un collar del que a menudo cuelga la insignia del [[Toisón de Oro]]. Entre estas copias pueden citarse el retrato que siendo también propiedad del Museo del Prado está depositado en la embajada de España en [[Buenos Aires]] o los conservados en el Museo de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, [[Museo del Hermitage]] y [[Kunsthistorisches Museum]] de Viena, posiblemente enviado por Felipe IV al archiduque [[Leopoldo Guillermo de Habsburgo|Leopoldo Guillermo]]. La misma cabeza se tomó de modelo para retratos de mayor aparato, como el ya citado ''Felipe IV con un león a los pies'', rectificando conforme a este modelo una cabeza anterior visible en la radiogarfía.<ref>Garrido, pág. 542-549.</ref>
[[Archivo:Philip IV of Spain.jpg|thumb|175px|[[Diego Velázquez]], con posible participación del taller, ''Felipe IV'', [[National Gallery de Londres]].]]
Una versión de este retrato, conservada en la [[National Gallery de Londres]], con diferencias en la indumentaria -paño de terciopelo sin brillos, botones dorados y collar- y un rostro menos trabajado, descartado por López-Rey, que lo considera copia de un discípulo, podría ser, según Jonathan Brown, original e independiente del modelo del Prado, pintado algunos años más tarde que éste
[[Alfonso Emilio Pérez Sánchez|Alfonso E. Pérez Sánchez]] presentó con algunas vacilaciones como autógrafo otro retrato procedente de la colección reunida en su palacio de [[Boadilla del Monte|Boadilla]] por el infante don Luis, hermano de [[Carlos III de España|Carlos III]]. Con la cadena recortada, el lienzo sería algo anterior al del Prado y reflejaría mejor que ningún otro la humanidad del rey, en su deje melancólico y tierno, conforme al comentario que [[Lázaro Díaz del Valle]] hizo ante un retrato del rey recién acabado por Velázquez y que juzgaba superior a todos los de Palacio, pues tenía «mucha alma en carne viva».<ref>Pérez Sánchez, «Novedades Velazqueñas», ''Archivo Español de Arte'', 288 (1999), págs. 371-390.</ref>
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