Diferencia entre revisiones de «Felipe IV (1623-1628)»

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[[Archivo:Velazquez-FelipIVdrMNY.jpg|thumb|150px|[[Velázquez]] (?), ''Felipe IV'', 1624, (200 x 102,9 cm), [[Nueva York]], [[Metropolitan Museum of Art]], copia para doña Antonia de Ipeñarrieta del retrato de ''Felipe IV'' del Museo del Prado en su primer estado, antes de la remodelación de 1628.]]
[[Archivo:Velazquez-FelipIVdrBoston.jpg|thumb|150px|Taller de Velázquez. Copia conservada en el Museo Isabella Stewart Gardner de Boston del retrato oficial de ''Felipe IV'' en su último estado.]]
Las radiografías revelan un retrato enteramente remodelado, pintado sobre el subyacente al que modifica no sólo en la posición de las piernas, en su primer estado abiertas en compás, cargando el peso sobre la izquierda, o en la extensión de la capa, más larga y ajustada al cuerpo en la versión última, cambios que pueden observarse a simple vista, sino también en la posición de las manos y en la elevación de la mesa, el contorno del rostro, menos grueso y más afilado en su versión definitiva, o la completa remodelación del traje, lo que significa que prácticamente ninguna parte del lienzo primitivo quedó sin tocar.<ref>Garrido, 1992, p. 125.</ref> Con tales variaciones, que no parecen exigidas por cambios en el aspecto físico del monarca, Velázquez parece haber tratado de crear una figura más esbelta, insatisfecho quizá con la apariencia del primer retrato. Leves cambios en el rostro —fundamentalmente el cabello, más recogido a la derecha y el mentón algo más levantado—, con la reducción del cuello almidonado, hacen que la cabeza parezca ahora más erguida. La modificación de la posición del brazo que apoya sobre la espada eleva sutilmente el hombro y rompe la frontalidad, lo que junto con la mayor elevación de la mesa y la nueva posición de las piernas, unidas y firmes, contribuye al mismo efecto de enaltecer la figura del monarca. El resultado es una obra elegante y sobria, en la que, con pincelada apretada y una paleta cromática reducida, se manifiesta la majestad real gracias a la propia dignidad y apostura del retratado antes que enpor los disimulados atributos del poder y de la administración de justicia que lo rodean discretamente: el [[Toisón de Oro]], que cuelga de una cinta negra y no de un collar de oro, como ocurría en la primera versión, reforzando así la imagen de austeridad sin pérdida de su significado, la espada de la justicia, sobre la que descansa la mano derecha, el memorial o billete que lleva en la izquierda y el bufete sobre el que reposa el sombrero de copa alta, con los que se alude a sus funciones de gobierno.
 
El retrato del Prado, en el estado en que se encontraba antes de la remodelación, puede conocerse por las copias que de él se hicieron en el taller del pintor, de las que al menos dos se conservan, una en el [[Museo de Bellas Artes (Boston)|Museo de Bellas Artes]] de [[Boston]] y otra, la pintada para doña Antonia Ipeñarrieta, en el [[Museo Metropolitano de Arte]] de [[Nueva York]], copia que ha sido considerada autógrafa por José López-Rey y buena parte de la crítica,<ref>López-Rey, pp. 66-69.</ref> pero que [[Enriqueta Harris]] y [[Jonathan Brown]] tienen por obra del taller.<ref>Morán y Sánchez Quevedo, p. 68.</ref> <ref>[http://www.metmuseum.org/works_of_art/collection_database/european_paintings/philip_iv_1605_1665_king_of_spain_velazquez_diego_rodriguez_de_silva_y_velazquez/objectview.aspx?page=1&sort=6&sortdir=asc&keyword=Velazquez&fp=1&dd1=11&dd2=0&vw=0&collID=11&OID=110002326&vT=1&hi=0&ov=0 Ficha en el Metmuseum]. El cuadro ha sido restaurado en 2010 y el museo sostiene tras esa operación de limpieza la segura autoría de Velázquez.</ref> De su versión última existen también varias copias, algunas salidas del taller de Velázquez, entre ellas la conservada en el [[Museo Isabella Stewart Gardner]] de [[Boston]], posiblemente procedente de la colección del [[Diego Mexía Felípez de Guzmán|marqués de Leganés]].
 
==Referencias==