Abierta la Junta General de los Brazos de Cataluña, en el parlamento del brazoBrazo militar se destacará la figura de Manuel de Ferrer y Sitges con un extenso de discurso (''léase el [http://es.wikisource.org/wiki/Discurso_de_Manuel_Ferrer_y_Sitges_(6_de_julio_de_1713) discurso íntegro]'') que será el detonante para una votación favorable a la continuación de la guerra. Ferrer evocó en su discurso la gloriosa historia de [[Cataluña]], quien con la gracia de Dios vencería todas la dificultades, mas en caso de no conseguirse la victoria, mas valdría un glorioso y sangriento final, para que se eternizara en las generaciones venideras. Hay en el discurso de Manuel de Ferrer un acusado sentimiento de odio hacia [[Corona de Castilla|Castilla]] y los ministros castellanos por su monopolio en el comercio americano y los cargos de la monarquía española. Pero para Ferrer, España era mucho mas que la empobrecida y ya decadente Castilla; para Ferrer Barcelona era la mejor ciudad de [[España]], y los catalanes los custodios de la autentica tradición española, siendo su misión evitar el dominio francés al que sometían los castellanos, así como la liberación de toda España del yugo absolutista de los Borbones.
Pero a pesar del discurso de Ferrer, los votos de los partidarios de la continuación de la guerra se dividieron en dos: por un lado la facción mas radical encabezada por Ferrer y partidarios de no entablar ningún tipo de negociación, y los mas moderados partidarios de continuar la guerra pero a la vez, aceptar la posibilidad de negociar si la oportunidad se presentara. Ante esta división de votos, acabó teniendo mayor número de votos la opción mas minoritaria, la de la sumisión incondicional a [[Felipe V]]. Los partidarios de la sumisión ya estaban negociando secretamente con Madrid, y habían organizado varias intrigas para evitar la convocatoria de los Brazos Generales. Ante el paradójico resultado de la votación, Manuel de Ferrer presentó ''disentimiento'':
