Diferencia entre revisiones de «Baltasar Gracián»

Contenido eliminado Contenido añadido
Vilartatim (discusión · contribs.)
Sin resumen de edición
Línea 1:
[[Archivo:Baltasar Gracián por Carderera pequeña y virada.jpg|thumb|150px|Baltasar Gracián.]]
 
'''Baltasar Gracián y Morales''' ([[Belmonte de Gracián]], [[Comunidad de Calatayud|Calatayud]], [[8 de enero]] de [[1601]]-[[Tarazona]], [[provincia de Zaragoza|Zaragoza]], [[6 de diciembre]] de [[1658]]) fue un [[escritor]] [[España|español]] del [[Siglo de Oro]] que cultivó la prosa didáctica y filosófica. Entre sus obras destaca ''[[El Criticón]]'' [[alegoría]] de la vida humana—humana– que constituye una de las novelas más importantes de la [[literatura española]], comparable por su calidad al ''[[Quijote]]'' o ''[[La Celestina]]''.<ref>«Concepto y forma atrevida unidos hacen de ''El Criticón'', junto con el ''Quijote'', la mejor novela española de todos los tiempos.», Santos Alonso, «Introducción» a su ed. de ''El Criticón'', Madrid, Cátedra, 1980 (1984, 2ªed.), pág. 25. ISBN 8437602572. Para opiniones de críticos extranjeros en esta misma línea, como [[Adolphe Coster]] o [[Michaelis de Vasconcellos]], ''cfr. ibidem'', pág. 23.</ref>
 
Su producción se adscribe a la corriente literaria del [[conceptismo]]. Forjó un estilo construido a partir de sentencias breves muy personal, denso, concentrado y [[polisemia|polisémico]], en el que domina el juego de palabras y las asociaciones ingeniosas entre estas y las ideas. El resultado es un lenguaje [[laconismo|lacónico]], lleno de [[aforismo]]s y capaz de expresar una gran riqueza de significados.
Línea 26:
Fue destinado a [[Zaragoza]] el verano de [[1650]] con el cargo de Maestro de Escritura, y al año siguiente publica la primera parte de su obra cumbre: ''[[El Criticón]]''. A excepción de ''[[El Comulgatorio]]'', Gracián publicó toda su obra sin el preceptivo permiso de la Compañía, lo que provocó protestas formales que fueron elevadas a las instancias rectoras de los jesuitas. Tales quejas no le disuadieron al punto de que apareciera en Huesca la segunda parte de esta obra. Algunos jesuitas valencianos, a consecuencia de viejas enemistades, interpretaron uno de sus pasajes como una ofensa a sus personas, lo que le granjeó nuevos ataques ante los superiores de la Compañía que apuntaban al contenido escasamente doctrinal de sus obras, impropias de un jesuita profeso, ya que, ocupándose todas ellas de la Filosofía Moral, esta se aborda desde una óptica profana. Quizá para contribuir a su descargo publicó, por primera vez con su auténtico nombre, ''El Comulgatorio'' ([[1655]]), un libro acerca de la preparación para la [[Eucaristía]].
 
Pero la aparición en [[1657]] de la tercera parte de ''El Criticón'' determinó su caída en desgracia. El nuevo provincial de Aragón, el catalán [[Jacinto Piquer]], recriminó públicamente a Gracián en el refectorio, le impuso como [[penitencia]] ayuno a pan y agua —prohibiéndole–prohibiéndole incluso disponer de tinta, pluma y papel—papel–, y le privó de su cátedra de Escritura del Colegio Jesuita de Zaragoza. A comienzos de [[1658]] Gracián es enviado a [[Graus]], un pueblo del prepirineo oscense.
 
Al poco tiempo, Gracián escribió al General de la Compañía para solicitar el ingreso en otra orden religiosa. Su demanda no fue atendida, pero se le atenuó la pena: en abril de [[1658]] ya fue enviado a desempeñar varios cargos menores al Colegio de [[Tarazona]]. Los últimos contratiempos debieron acelerar su decadencia física, pues en junio no pudo asistir a la congregación provincial de Calatayud, falleciendo, poco más tarde, en Tarazona, el [[6 de diciembre]] de [[1658]].<ref>[http://www.liceus.com/cgi-bin/aco/lit/01/022601.asp Emilio Blanco, ''Baltasar Gracián'', Nassa N.T. Siglo XXI.S.L., 2001] ISBN 8497140052 y Santos Alonso, «Introducción» a su ed. de ''El Criticón'', Madrid, Cátedra, 1980 (1984, 2ªed.), pp. 11-16. ISBN 8437602572</ref>
Línea 33:
Vista en conjunto la producción de Baltasar Gracián, podemos observar una estrecha relación con su biografía. Desde el juvenil entusiasmo por el triunfo y la gloria del hombre ejemplar, configurado en ''El Héroe'', se llegará al desengaño de la vejez y la muerte en los últimos capítulos de ''El Criticón''. Así se presenta como escritor en 1637 en el prólogo [[s:El héroe:Preliminares|«Al lector» de ''El Héroe'']]:{{Cita|¡Qué singular te deseo! Emprendo formar con un libro enano un varón gigante y, con breves períodos, inmortales hechos. Sacar un varón máximo; esto es milagro en perfección (...)|El Héroe, prólogo «Al lector»}}Dos tratados más continuarían esta línea de delinear el hombre perfecto: ''El Político'', que extrae tales cualidades del rey [[Fernando el Católico]], y ''El Discreto'', un manual de conducta para el hombre en sociedad, sea cual sea su posición en ella.
 
[[Archivo:Gracián, Calatayud.jpg|thumb|left|250px|Primer retrato conocido de Gracián, conservado en el colegio jesuiticojesuítico de Calatayud.]]
 
Por otro lado, Gracián dedicó grandes esfuerzos a elaborar un tratado de estética literaria barroca: la ''Agudeza y arte de ingenio'', que refunde una versión anterior titulada ''Arte de ingenio, tratado de la agudeza''. Allí teoriza sobre el «concepto» y propone una nueva retórica basada en la ''praxis'' barroca que se distancia, en parte, de la tradición aristotélica de la ''[[Poética (Aristóteles)|Poética]]'', pues su análisis está fundamentado en textos, que a su vez ejemplifican una clasificación de los distintos tipos de [[agudeza]] de su propia invención.
 
Toda la obra de Gracián, ocupada siempre de su aplicación práctica a la vida del hombre, tiene por objeto la [[Filosofía Moral]]. Las ideas acumuladas en tratados anteriores sobre el modo de conducirse en el mundo son sintetizadas y reunidas en el libro más lacónico y sentencioso de su producción, el ''Oráculo manual y arte de prudencia''. Con él culmina el proyecto de «manuales del vivir» para la persona cabal, y en él también se subsumen, probablemente, libros proyectados —en–en ''El Discreto'' se habla de los «doce gracianes», que se titularían «El Atento», «El Galante» que no llegaron a ver la luz.
 
Fue admirado por moralistas franceses de los siglos XVII y XVIII, y en el XIX por [[Arthur Schopenhauer|Schopenhauer]],<ref>Schopenhauer, en ''El Mundo como Voluntad y Representación'' (1818), decía de ''El Criticón'' que era «quizá la más grande y la más bella alegoría que había sido escrita jamás» y, catorce años después, en una carta fechada a 16 de abril de 1832, asevera: «Mi escritor preferido es este filósofo Gracián. He leído todas sus obras. Su ''Criticón'' es para mí uno de los mejores libros del mundo», ''apud'' [[Evaristo Correa Calderón]], «Introducción» a su ed. de ''El Criticón'', Madrid, Espasa-Calpe, 1971, pág. LXXIV.</ref> quien recibió la influencia del pensamiento graciano y tradujo al alemán el ''Oráculo manual y arte de prudencia''. Esta versión, muy fiel al espíritu del aragonés,<ref>De esta traducción dice [[Karl Vossler]] en su «Introducción a Gracián», ''Revista de Occidente'', 1935, nº CXLVII, pp. 345 y ss.: «es la más fiel, la más congenial y alocutiva». Hasta tal punto que, según el filólogo alemán, esta versión logra «una suelta fluidez que para los lectores españoles no tuvo el texto español nunca», ''ibidem'', pág. LXXV.</ref> fue conocida por [[Friedrich Nietzsche|Nietzsche]], que dijo en una de sus cartas: «Europa no ha producido nada más fino ni más complicado en materia de sutileza moral».<ref>''ibidem'', pág. LXIII y n. 61.</ref> Gracias a ellos la obra del filósofo español fue objeto de estudio en la universidad alemana.
Línea 43:
Solo le quedaba ensayar la fabulación. Poner todo su trabajo de investigación retórica al servicio de una novela, que fuera a la vez tratado de filosofía moral, bajo el género que él mismo denominó «agudeza compuesta fingida», lo que viene a significar «alegoría novelada». Se concretó en las tres partes de ''El Criticón'', que recorre todo el ciclo de la vida de un hombre, que debe, además, vencer a las circunstancias del mundo en crisis de la sociedad del barroco.
 
El último libro que publicaría, quizá por hacer una concesión a los oficios propios de la orden jesuita, que no veía con buenos ojos su abordar la lucha por la vida siempre al margen de auxilio cristiano, fue ''El Comulgatorio''. Es el único que publicó con su auténtico nombre y cumplió con la preceptiva revisión por parte de los censores de su orden. Sin embargo, tras la aparición en 1657 de la tercera parte de ''El Criticón'' —de–de nuevo sin consentimiento de la Compañía y con su conocido (a estas alturas) seudónimo de Lorenzo Gracián—Gracián–, el aragonés fue confinado a una celda y castigado a ayuno riguroso. Los tintes pesimistas que destila ''El Criticón'' corren parejas con su última peripecia vital.
 
=== ''El Héroe'' (1637) ===
Línea 91:
Pero ahora se renuncia a conseguir la excelsitud heroica, contentándose con ayudar a mejorar al hombre de mundo para que destaque entre sus semejantes. El modelo propuesto ya no es un ser excepcional, un héroe de fama, gobernante o rey, como sucedía en sus dos anteriores tratados de parecida temática. Ahora se trata de adiestrar a un hombre prudente que no solo necesita muchas cualidades para gobernar, sino tan solo para desenvolverse en sociedad. Con el tiempo, el pesimismo de un Gracián que contempla la malicia del mundo se ha hecho más agudo. Su desengaño hace que el objetivo del triunfo del héroe planteado en el primer tratadito sea una utopía. Ahora basta con llegar a ser persona, es decir, ser, en el sentido clásico, un hombre virtuoso.
En los capítulos de este tratado —llamados–llamados ahora «realces» en consonancia con el destacar, y no ya ser el mejor, que revelaba el «primor» se ensayan gran variedad de géneros: [[diálogo]], [[apólogo]], [[emblema]], [[sátira]], [[fábula]], [[epístola]], [[discurso académico]], o [[panegírico]], entre otros. En ellos utiliza por vez primera la fábula o la alegoría, creando ya un módulo de ficción que servirá a los propósitos de la «agudeza compuesta fingida», o novela alegórica, que será su empeño final. El último de sus «realces», que no lleva indicación de género, titulado [[s:El Discreto:Realce 25|«Culta repartición de la vida de un discreto»]], muestra un esquema de división de la vida del hombre en edades que preludia el de su novela ''El Criticón''.
 
==== Ediciones ====
Línea 128:
Esta obra supone el comentario definitivo acerca del [[conceptismo|concepto]] y también una teorización de su propia producción literaria anterior y posterior, y de la de sus contemporáneos. No es una retórica más, pues su análisis del hecho literario parte de los ejemplos extraídos de los textos, que en esta versión se amplían considerablemente, y no de una [[preceptiva]] previa.
 
En esta revisión de su trabajado ''Arte de ingenio'', en gran medida una reedición muy ampliada, incluyó más traducciones castellanas de textos latinos —sobre–sobre todo de [[Marcial]], debidas a [[Manuel de Salinas]]. Pero también reorganiza los materiales de 1642 y revisa, corrige y pule el estilo.
 
Es en este tratado donde aparece la definición que del concepto da Gracián :