Diferencia entre revisiones de «Rafael Calvo Revilla»

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Nacido en Sevilla por casualidad, ya que su padre era también actor ([[José Ramón Calvo]], [[Murcia]], [[1805]] - [[Madrid]], [[1873]]) y estaba en gira junto a su madre, Lorenza Revilla, fue, con [[Isidoro Máiquez]] y [[Carlos Latorre]], uno de los tres mejores actores españoles del siglo XIX. Debutó a los diecisiete años en el [[Teatro Español]] de Madrid, contra su voluntad, por indicación de su padre, en la compañía de [[Pedro Delgado]].
 
Representó a los grandes clásicos del teatro español el [[Segismundo]] de [[Pedro Calderón de la Barca]] (''[[La vida es sueño]]'') y otros personajes de obras de Calderón (''[[El mágico prodigioso]]'' y ''[[El Alcalde de Zalamea]]'') y, de [[Tirso de Molina]] (''[[El vergonzoso en palacio]]''), de [[Francisco de Rojas Zorrilla]] (''[[Entre bobos anda el juego]]'') y de [[Lope de Vega]] (''[[El castigo sin venganza]]''), y destacó también como intérprete de obras del teatro [[Romanticismo|romántico]], como el [[Don Juan]] de [[José Zorrilla]] (''[[Don Juan Tenorio]]'', 1872) o también en su pieza ''[[El zapatero y el rey]]''; el don Álvaro del [[Duque de Rivas]] (''[[Don Álvaro o la fuerza del sino]]'') y el teatro de la primera época de [[Echegaray]], especialmente el don Carlos de Quirós de ''La esposa del vengador''.
 
Su estilo era declamatorio y brillaba especialmente como recitador del teatro en verso, porque amaba el teatro clásico español, que estudió con profundidad, y destestaba las insulsas traducciones y adaptaciones dramáticas de los autores europeos de entonces. Trabajó con los principales intérpretes de su época y realizó numerosas giras por América. Con [[Antonio Vico y Pintos|Antonio Vico]] llenó toda una época teatral, que describió [[Leopoldo Alas]] "Clarín" en su opúsculo ''Rafael Calvo y el teatro español'' (Madrid: Librería de Fernando Fe, 1890). De hecho, ambos dieron pie a una gran polémica entre sus respectivos partidarios, ya que Vico era más intuitivo e improvisador que Calvo, quien se caracterizaba por el equlibrio y la seguridad. Vico se dirigía más a la psicología del personaje, pero Calvo era mejor en la declamación y la espectacularidad.