Diferencia entre revisiones de «Arte hispanomusulmán»

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Desde el punto de vista artístico, el emirato andalusí emplea un estilo que no difiere en demasía del resto del [[Califato Omeya]]. Es decir, la adecuación de fórmulas y elementos de las culturas que les habían precedido, en este caso del mundo [[Antigua Roma|romano]] y [[visigodo]]. En ningún momento se produce una repetición literal de motivos y formas; al contrario, su inteligente incorporación y asimilación se traduce en una verdadera eclosión creadora, originándose el momento cúspide del arte califal. En él se funden elementos de la tradición local hispano-romano-visigótica con los elementos orientales, tanto [[Imperio bizantino|bizantinos]], como omeyas o abasíes.
 
Los edificios artísticos se centran, desde el primer momento, en torno a su capital, Córdoba, en la que se construyó una [[mezquita]] congregacional destinada a convertirse en el monumento más importante del occidente islámico. Destacan, entre otras, las obras llevadas a cabo durante el reinado de [[Abd al-Rahmán II]], corte que acogió a numerosos artistas, modas y costumbres orientales; impulsó, entre otras, las construcciones del [[Alcázar de Mérida]] así como la del [[alminar]] de la iglesia de San Juan en Córdoba e hizo mejorar sus murallas y las de [[Sevilla]]. El califa Abderramán III, siguiendo la tradición oriental, (según la cual cada monarca, como signo de prestigio, debía poseer su propia residencia palaciega), decidió fundar la ciudad áulica de [[Medina Azahara]] (Medina al-Zahra).
 
desde el primer momento, en torno a su capital, Córdoba, en la que se construyó una [[mezquita]] congregacional destinada a convertirse en el monumento más importante del occidente islámico. Destacan, entre otras, las obras llevadas a cabo durante el reinado de [[Abd al-Rahmán II]], corte que acogió a numerosos artistas, modas y costumbres orientales; impulsó, entre otras, las construcciones del [[Alcázar de Mérida]] así como la del [[alminar]] de la iglesia de San Juan en Córdoba e hizo mejorar sus murallas y las de [[Sevilla]]. El califa Abderramán III, siguiendo la tradición oriental, (según la cual cada monarca, como signo de prestigio, debía poseer su propia residencia palaciega), decidió fundar la ciudad áulica de [[Medina Azahara]] (Medina al-Zahra).
 
En el resto del territorio peninsular también es patente el florecimiento artístico impulsado por el califato. Entre los de carácter religioso figuran las mezquitas, [[medersa]]s o madrazas y mausoleos. En la ciudad de [[Toledo]] todavía se perciben restos de su fortificación, así como algunos vestigios que definen su alcazaba, medina, arrabales y entorno. De entre ellas destaca la pequeña mezquita del ''Cristo de la Luz'' o de ''Bab al-Mardum''. Y obras tan significativas como la rábida de [[Guardamar del Segura]] ([[Alicante]]), el [[Castillo de Gormaz]] ([[Soria]]) o la [[Ciudad de Vascos]] (Toledo).