Diferencia entre revisiones de «Isabel Carlota del Palatinado»

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Fue entregada como esposa a [[Felipe I de Orleans]], hermano menor del Rey [[Luis XIV de Francia]], ya viudo de su primera esposa, [[Enriqueta Ana Estuardo]], de quien tenía dos hijos. La boda fue celebrada el [[21 de noviembre]] del año [[1671]].
 
Felipe era conocido en la corte francesa como ''Monsieur'', razón por la cual desde entonces Liselotte asume el nombre de ''Madame''. Ambos se llevaron una pésima sorpresa al conocerse, Isabel Carlota está muy lejos de los cánones de belleza de la época y Felipe en su modo afectado y afeminado estalla en un susurro escandalizado al verla: «¿no esperarán que me acueste con ''eso''?»<ref name=ref_duplicada_2>Vallejo-Nágera, Alejandra (2006). Locos de la Historia: Rasputín, Luisa Isabel de Orleáns, Mesalina y otros personajes egregios. La Esfera de los Libros. ISBN 978-84-9734-477-7.</ref>
 
Las tendencias homosexuales de ''Monsieur'' eran por todos conocidas, nunca escondió a sus amantes ni sus preferencias, incluso Isabel Carlota reconocía sin pudor en sus cartas, que Felipe se encomandaba a los santos y usaba "rosarios y medallas benditas en las partes apropiadas para poder realizar el ''necesario acto'' con ella".<ref>ib. Fraser, p. 140.</ref>
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=== Vida en la Corte ===
 
Liselotte era la única cuñada del Rey de Francia, y por esto era muy normal que la pareja pasara la mayor parte del año en la corte, donde Felipe tenía el rango de [[Hijos de Francia (Fils de France)|Hijo de Francia]], que los elevaba sobre todos a excepción de la Reina, los hijos y los nietos de su hermano.
 
Su carácter expansivo y abierto se granjeó la confianza y amistad de su cuñado el Rey, quien la consideraba una de sus más cercanas amigas. Luis XIV se divertía con su sinceridad y comentarios ácidos. Luis reconocía que gran parte de esta confianza se debía a que era tan poco agraciada que era la única mujer en la corte con quien jamás se acostaría, y ambos se reían mucho de esta ocurrencia.<ref name=ref_duplicada_2 />
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{{cita|Creo que las historias que se contarán sobre esta corte después de que nos hayamos ido, serán mejores y más entretenidas que cualquier novela. Y mucho me temo que quienes vengan después que nosotros no las creerán más que cuentos de hadas.<ref name=ref_duplicada_1/>}}
 
Liselotte tiene mucho cariño a su nieta, la duquesa de Berry, y está muy precupada por la salud de la princesa como lo escribe en una carta del 2 de abril de 1719 : «Nuestra duquesa de Berry está enferma, tiene fiebre, los vapores y el dolores en la matriz ... De momento me han dicho que está muy mal y estoy preocupada : está tan gruesa, tan gorda, y mucho me temo que tiene una enfermedad muy grave ...». En realidad, la duquesa de Berry ha llegado al término de un embarazo secreto. Refugiada en una pequeña habitación de su palacio la joven viuda sufre un parto sumamente laborioso. Liselotte quiere tapar al escándalo y atribuye la "enfermedad" de su desenfrenada nieta a las consecuencias de su bulimia.<ref>''Lettres de la princesse Palatine (1672-1722)'', Paris, Mercure de France, 1985, p.384</ref>. Mientras la parturienta está entre la vida y la muerte, la Iglesia se niega a darle la extremaunción. Por fin, la princesa alumbra a una niña, pero no logra restablecer su salud y fallece en julio. Liselotte esta muy afligida por esta muerte. La autopsia revela que la duquesa de Berry ya lleva un nuevo feto, concebido al mes siguiente del parto.
 
Isabel Carlota murió a la edad de setenta años el [[8 de diciembre]] de [[1722]] en el [[Palacio de Saint-Cloud]].
 
Es muy ilustrativo el retrato que hace de ella el Duque de Saint-Simon:
« Madame tenía en todo más del hombre que de la mujer. Era fuerte, valiente, alemana a la extremidad, franca, recta, buena y bondadosa, noble y grande en todas sus maneras y mezquina a la extremidad con todo lo que atañía a lo que le era debido. Era agreste, siempre encerrada escribiendo salvo en los breves momentos de corte en sus aposentos; el resto del tiempo sola con sus damas; dura, ruda, proclive a la aversión y temible por las ocurrencias -sobre cualquiera- que tenía a veces; ninguna facilidad, ninguna muestra de ingenio, aunque ingenio no le faltara; ninguna flexibilidad; un celo extremo, como hemos dicho, sobre todo lo que se le debía; la apariencia y la villanía de un suizo; capaz con todo ello de un amistad tierna e inviolable. »
 
== Bibliografía ==