Diferencia entre revisiones de «Guillermo IV del Reino Unido»

Contenido eliminado Contenido añadido
→‎Reinado: pongo imagen
→‎Reinado: orientacion imagen
Línea 59:
 
Al principio del reinado de Guillermo IV, Arthur Wellesley, el [[Duque de Wellington]] era el Primer Ministro. Durante la elección general de 1830 (la muerte del monarca requirió nuevas elecciones), sin embargo, los Tories de Wellington perdieron ante los Whigs de [[Charles Grey, 2º Earl Grey|Charles Grey]]. Al convertirse en Primer Ministro, [[Charles Grey, 2º Earl Grey|Lord Grey]] anunció inmediatamente que procuraría reformar el sistema electoral, que había sufrido pocos cambios desde el siglo XV. Las inconsistencias del sistema eran enormes; por ejemplo, las ciudades grandes, tales como [[Mánchester]] y [[Birmingham]], no elegían miembros, mientras que las ciudades pequeñas, tales como [[Old Sarum]] (con siete votantes), elegían a dos miembros del Parlamento cada uno. A menudo, las ciudades aún más pequeñas -conocidas como ''burgos podridos'' y ''ciudades bolsillo''- eran "compradas" por aristócratas, cuyos "candidatos" eran invariablemente nominados al Parlamento por sus pobladores.
[[Archivo:WilliamIV-monument.jpg|thumb|left|Monumento en el Museo Marítimo Naval de Greenwich, Reino Unido]]
Como monarca, Guillermo IV desempeñó un papel importante en la Crisis de la Reforma. Cuando la Cámara de los Comunes desestimó la [[Primera Ley de la Reforma]] en [[1831]], el ministerio de [[Charles Grey, 2º Earl Grey|Lord Grey]] pidió la disolución inmediata del Parlamento y nuevas elecciones generales. Al principio, Guillermo IV vaciló en usar sus poderes para disolver el Parlamento, pues las elecciones apenas si habían sido celebradas un año antes. Sin embargo, le irritó la conducta de la oposición, que solicitó formalmente la aprobación de una directiva, o una resolución, en la Cámara de los Lores en contra de la disolución. Considerando el movimiento de la oposición como un ataque personal a su poder, Guillermo IV entró en persona en la Cámara de los Lores, donde se discutía sobre si aprobar o no la directiva, y clausuró el Parlamento. El rey había enviado comisionados como era (y sigue siendo) acostumbrado, que habrían tenido que aguardar el final de la discusión, pero la llegada del monarca alteró la situación. Guillermo IV procedió a disolver el Parlamento, forzando las nuevas elecciones para la Cámara de los Comunes, que dieron una gran victoria para los reformadores. Sin embargo, aunque la Cámara de los Comunes estaba claramente a favor de la reforma parlamentaria, la Cámara de los Lores seguía oponiéndose de manera implacable a ella. Tras el rechazo de la [[Segunda Ley de la Reforma]] (1831) por la Cámara Alta, mucha gente empezó a agitarse en favor de la reforma; algunos partidarios de la misma fueron más drásticos, participando en varios "complots reformadores". La nación se encontró entonces en su mayor crisis política desde la [[Revolución Gloriosa]] de [[1688]].