Diferencia entre revisiones de «Guerra finlandesa»

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Bajo un nuevo comandante, Carl Johan Adlercreutz, el ejército sueco contraatacó, deteniendo la ofensiva rusa en la [[Batalla de Siikajoki]]. Aunque los suecos lograron su objetivo durante algún tiempo, no recibían refuerzos. El comandante sueco tomó una táctica defensiva en la [[Batalla de Oravais]], pero perdió y se vio forzado a retirarse. El día anterior, Georg Carl von Döbeln ganó la legendaria [[Batalla de Jutas]]. Las fuerzas sueco-finlandesas no estaban tan preparadas como los rusos, que habían librado batallas en las guerras napoleónicas, y eso se tradujo en una clara desventaja en el [[campo de batalla]].
 
El [[19 de noviembre]] se firmaba la [[Convención de Olkijoki]], y el ejército sueco era obligado a abandonar Finlandia. La guerra finlandesa finalizaba con el [[Tratado de FreidrikshamnFredrikshamn]], La guerra terminó oficialmente el [[17 de septiembre]] de [[1809]]. Finlandia retuvo la constitución Gustaviana de [[1772]] con sólo leves retoques hasta [[1919]]. En Suecia, el rey era destronado, y la constitución reescrita inmediatamente tras la pérdida de la guerra. El zar [[Alejandro I de Rusia|Alejandro I]] había ya convocado la Dieta de [[Porvoo]], es decir, los representantes de los estados noble, clerical, burgués y campesino, para asegurarles que, a pesar de la anexión de Finlandia a Rusia, el nuevo mandatario respetaría la religión, las costumbres y la relativa autonomía de las que Finlandia había gozado siendo parte de Suecia. Así, el zar se tomó la dignidad de [[Gran Ducado de Finlandia|Gran Duque de Finlandia]].
 
Finlandia permaneció bajo el dominio ruso hasta la independencia del país el [[6 de diciembre]] de [[1917]]. Los finlandeses, por su parte, desilusionados por el escaso esfuerzo que Suecia parecía haber puesto en la defensa del país, vieron con optimismo moderado el destino de su país como [[Gran Ducado de Finlandia]] con cierto grado de autonomía. No obstante, a lo largo del siglo XIX, se averiguó que el bienestar del país no dependía tanto de la forma de gobierno, sino de la benevolencia de los zares y, más concretamente, de la política que éstos ejercían.