Diferencia entre revisiones de «Hermann Fegelein»

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Línea 66:
Tan pronto como nos sentamos, el acusado comenzó a actuar de una manera tan escandalosa que el juicio ni siquiera podía empezar. Borracho, loco, con los ojos desorbitados, Fegelein ponía en tela de juicio la potestad y autoridad de nuestro Tribunal. Siguió balbuceando que él era responsable ante Himmler y únicamente ante Himmler, y no ante Hitler... Se negó a defenderse. El hombre estaba en un estado miserable: chillando, gimiendo, vomitando, temblando como una hoja de álamo movida por el viento.
Me encontré de pronto contra una situación imposible. Por un lado, sobre la base de todas las pruebas disponibles, incluidas sus declaraciones anteriores, aquel oficial era culpable de deserción de una forma clara y flagrante.
Sin embargo, el manual del ejército establecía claramente que ningún soldado alemán podía ser juzgado a menos que tuviera pleno control sobre sus capacidades mentales y físicas y que estuviera en condiciones de escuchar las pruebas en su contra. [...] En mi opinión y en la de mis compañeros, Hermann Fegelein no estaba en condiciones para enfrentarse a un juicio, ni para tenerse en pie. Cerré el procedimiento. Devolví a Fegelein al General Rattenhuber y a su equipo de seguridad. Nunca más volví a ver a aquel hombre.}}<ref>Márquez Periano, José A. ''El Bunker de Hitler''. QualityEbooks (Edición 2001) ; ISBN 978-84-96789-40-1</ref>}}
 
Una vez desposeído de su rango, fue ejecutado sumariamente por ametrallamiento en el subterráneo de la cancillería, en la mañana del [[29 de abril]] de [[1945]] por orden directa de [[Adolf Hitler|Hitler]] bajo la acusación de estar involucrado en las gestiones no autorizadas para negociar un acuerdo de paz, llevadas a cabo por Heinrich Himmler a través del conde [[Folke Bernardotte]].