Diferencia entre revisiones de «Ejército de Cartago»

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}}</ref> Por otro lado, su composición implicaba una serie de ventajas e inconvenientes: ofrecía al general un ejército muy versátil, formado por tropas muy diversas con un alto grado de profesionalidad, y que a su vez podían reclutarse con mucha rapidez. Sin embargo, este tipo de hueste planteaba al general una gran dificultad para relacionar y combinar adecuadamente todos los contingentes, hasta el punto de que un ejército formado por la unión de diversos y experimentados cuerpos (por ejemplo, el ejército cartaginés de la [[batalla de Zama]]) podía tener problemas para actuar como una única entidad.<ref>{{cita libro|apellidos= Goldsworthy|nombre= Adrian|coautores= |editorial= Ed. Ariel|editor= |otros= |título= La caída de Cartago |edición= marzo de 2008|fecha= |año= |mes= |ubicación= Barcelona|id= |isbn= 78-4-344-5243-5|páginas= 37-38|capítulo= | urlcapítulo = |cita=}}</ref>
 
== Evolución ==
los seres humanos somos una evolucion de los monos
 
=== Magón y la consolidación del poder militar de Cartago ===
 
Hacia el año [[siglo VI a. C.|550&nbsp;a.&nbsp;C.]], [[Magón I de Cartago|Magón]], general en jefe del ejército púnico, gobernó en Cartago. Éste inició una serie de reformas que consolidaron el poder y la reglamentación militar de la ciudad.<ref name="justino">[[Juniano Justino|Justino]] 19, 1.1.</ref> El núcleo militar durante el [[siglo&nbsp;IV&nbsp;a.&nbsp;C.]] era la falange, formada por los ciudadanos de Cartago, que tenían la obligación de servir en el ejército.
 
Según las escasas menciones que nos han llegado desde fuentes clásicas sobre la forma de combatir de los púnicos, los ejércitos cartagineses arcaicos debían combatir en formaciones cerradas de lanceros, similares al ejército que se enfrentó a [[Timoleón]] en Sicilia.
 
{{cita|Conjeturóse que éstos eran cartagineses por la brillantez de sus arreos y por el apiñamiento y orden de su marcha.|Plutarco<ref>Plutarco, ''Timoleón'' xxvii</ref>}}
 
El máximo de tropas reclutadas puede estimarse a partir de la capacidad de los cuarteles situados en los tres anillos de murallas que protegían la ciudad, que ofrecían alojamiento a 24&nbsp;000&nbsp;infantes, 4000&nbsp;jinetes y unos 300&nbsp;[[elefante de guerra|elefantes]]. Probablemente entre estas cifras deba también contarse un amplio contingente de mercenarios y tropas auxiliares. Por otro lado, Apiano menciona unas cifras de 1000&nbsp;jinetes, 40&nbsp;000&nbsp;soldados de infantería pesada y 2000&nbsp;carros de guerra reclutados para oponerse a la invasión de [[Agatocles]].<ref>[[Apiano]], ''Las Guerras Extranjeras: Las Guerras Púnicas'' 80.</ref>
 
==== Utilización masiva de mercenarios ====
 
El [[Senado de los Cien|senado de Cartago]], después de los desastres de las [[guerras sicilianas]] de los siglos [[siglo V a. C.|V]] y [[siglo IV a. C.|IV&nbsp;a.&nbsp;C.]], en los que perecieron un gran número de ciudadanos púnicos, optó por potenciar la composición de sus ejércitos terrestres sobre la base del empleo masivo de mercenarios, un sistema ya iniciado en menor medida a finales del [[siglo&nbsp;VI&nbsp;a.&nbsp;C.]] con la reforma militar de Magón.<ref name="justino" /> A partir del 480&nbsp;a.&nbsp;C., mercenarios iberos y honderos baleares lucharon en las filas cartaginesas en Sicilia: en la [[Batalla de Hímera (480 a. C.)|Batalla de Hímera]], en el [[asedio]] y destrucción de [[Selinunte]] ([[años 400 a. C.|409&nbsp;a.&nbsp;C.]]), en las conquistas de las ciudades de [[Hímera]] ([[años 400 a. C.|408&nbsp;a.&nbsp;C.]]), [[Agrigento]] ([[años 400 a. C.|406&nbsp;a.&nbsp;C.]]), [[Gela]] y [[Camarina]] ([[años 400 a. C.|405&nbsp;a.&nbsp;C.]]), en el [[Sitio de Siracusa (397 a. C.)|Sitio de Siracusa]] ([[años 390 a. C.|397]]-395&nbsp;a.&nbsp;C.) y en la Primera Guerra Púnica. La mayoría de las fuentes clásicas enfatizan la multinacionalidad del ejército de Cartago, que asemejan por este motivo al persa.
 
La utilización de mercenarios está documentada al menos durante la [[Guerras Sicilianas#Segunda Guerra Siciliana|Segunda Guerra Siciliana]] por Diodoro,<ref>[[Diodoro Sículo]], ''Biblioteca Histórica'' XIV, 54.5</ref> que menciona grandes contingentes de tropas mercenarias durante la invasión de [[Himilcón II de Cartago|Himilcón]] a Sicilia. Los mercenarios componían la mayor parte del ejército cartaginés, en el que también se encontraban carros de guerra e infantería libio-fenicia. Por los datos que menciona Diodoro, esta última representaba solo una pequeña parte del ejército, pues fue capaz de retirarla al completo utilizando solo cuarenta [[trirreme]]s. Su flota completa ascendía a "más de seiscientas naves". Aunque esta cifra probablemente sea exagerada, el contraste en número de las naves implica una diferencia de tropas importante, sin olvidar que las tropas púnicas fueron diezmadas por la peste durante el asedio a Siracusa.
 
{{cita|(Himilcón) aparejó cuarenta trirremes durante la noche, en las que embarcó a los ciudadanos de Cartago, y navegó de regreso, abandonando al resto de su ejército|[[Diodoro Sículo]], ''Biblioteca Histórica'' XIV, 75.4}}
 
Diodoro menciona la existencia de mercenarios iberos en el ejército cartaginés que invadió Sicilia al mando de Himilcón, los únicos que no fueron tomados prisioneros y entraron al servicio del tirano [[Dionisio I de Siracusa]].
 
{{cita|Los iberos se reagruparon con sus armas, y enviaron a un emisario para que negociara con el tirano para entrar a su servicio. Dionisio hizo la paz con ellos y les tomó a su servicio como mercenarios|[[Diodoro Sículo]], ''Biblioteca Histórica'' XIV, 75.8-9}}
 
Los reclutadores púnicos recorrieron todos los confines del [[Mar Mediterráneo|Mediterráneo]] atrayendo a los dominios cartagineses una pléyade de hombres de armas, aventureros y [[esclavo]]s fugitivos que formaron, junto con los pueblos aliados, un ejército plural que consiguió su mayor efectividad cuando un mando decidido y con ascendiente sobre la tropa fue capaz de conjugar grupos tan heterogéneos para combatir siguiendo los parámetros de la guerra compleja de grandes formaciones que requerían, por ejemplo, las campañas contra Roma.
 
Las referencias a mercenarios utilizados en la Primera Guerra Púnica son múltiples:
 
{{cita|Los cartagineses movilizaron tropas a sueldo en las regiones ultramarinas, la mayoría hispanas y muchas de ellas ligures y celtas, enviándolas todas a Sicilia.|[[Polibio]] [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html T.I L.I Cap.IV]}}
 
Esta entrada de Polibio recoge fielmente la naturaleza mercenaria del ejército de Cartago. Tropas «a sueldo» de «regiones ultramarinas». Sin embargo, no hace referencia a fuerzas libias.
 
Tito Livio menciona la captura de reclutadores púnicos cerca de [[Sagunto]] el año [[años 200 a. C.|203&nbsp;a.&nbsp;C.]]:
{{cita|«Por esos mismos días vinieron legados de Sagunto conduciendo unos cartagineses apresados con una cantidad de dinero que habían pasado a [[Hispania]] para reclutar tropas auxiliares. Depositaron en el vestíbulo de la [[Curia]] doscientas cincuenta libras de oro y ochenta de plata».<ref>Tito Livio, ''Historia de Roma desde su fundación'' xxx.21.3.</ref>}}
[[Archivo:El bardo-museum05.JPG|thumb|left|Busto de africano en el [[Museo del Bardo]], en la ciudad de [[Susa (Túnez)|Susa]] ([[Túnez]]).]]
[[Celta]]s, [[galos (pueblo)|galos]], [[ligures]], númidas, africanos, [[Antigua Grecia|griegos]] y, sobre todo, [[ibero]]s fueron reclutados ampliamente por Cartago.
 
Los mercenarios ibéricos al servicio de Cartago empiezan a citarse en las fuentes clásicas a finales del siglo&nbsp;VI&nbsp;a.&nbsp;C., en relación a las tropas estacionadas en [[Cerdeña]]. Al parecer, los iberos formaban parte de las tropas auxiliares cartaginesas que sometieron casi toda la isla, y que como resultado de una disputa con los libios por el botín se separaron del ejército y se asentaron en las partes elevadas de Cerdeña.<ref>[[Pausanias (geógrafo)|Pausanias]], ''[[Descripción de Grecia]]'' x.17.5-9</ref>
 
No será hasta el [[años 390 a. C.|396&nbsp;a.&nbsp;C.]] y como consecuencia de la huida de [[Himilcón (general)|Himilcón]], que algunos contingentes entraran al servicio de Siracusa, participando incluso en las guerras sostenidas en Grecia durante el siglo&nbsp;IV&nbsp;a.&nbsp;C.
 
Pueden establecerse dos fases en el reclutamiento de mercenarios iberos:
* La primera, entre el siglo&nbsp;VI&nbsp;a.&nbsp;C. y la conquista [[Bárcidas|bárcida]] (siglo&nbsp;III&nbsp;a.&nbsp;C.), se circunscribe en sentido estricto a la práctica del mercenariado.
* A partir de esa fecha, las alianzas establecidas mediante pactos de amistad o dependencia sirvieron para engrosar las filas cartaginesas con un gran número de contingentes, aunque se siguió manteniendo la contratación de mercenarios, especialmente entre las tribus del interior de la [[península ibérica]].
 
==== Causas del alistamiento ====
 
La historiografía ha debatido ampliamente sobre las causas de alistamiento de los guerreros ibéricos como mercenarios, citándose en primer lugar y como motivo principal las dificultades económicas de estos pueblos. Esta tesis está sustentada en un texto de Diodoro Sículo en el que se alude al [[bandolerismo]] como una de las prácticas más frecuentes de los iberos.<ref>Diodoro Sículo, ''Biblioteca histórica'' v.34.6.</ref>
 
=== Las reformas de Jantipo ===
{{AP|Jantipo (general)}}
{{cita|En esta época regresó a Cartago cierto conductor, de los que habían sido enviados a Grecia, conduciendo un gran reemplazo de tropas, entre las que venía un general llamado Jantipo, lacedemonio, educado en el arte de la guerra al estilo de su país.|[[Polibio]] [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html T.I L.I Cap.IX]}}
 
En el año [[años 250 a. C.|255&nbsp;a.&nbsp;C.]] llega a Cartago un general [[esparta]]no llamado [[Jantipo (general)|Jantipo]], al que se respetaba por su amplia experiencia militar. Parece que los cartagineses enviaron a Grecia emisarios destinados a reclutar mercenarios, y en el párrafo anterior - escrito por Polibio, un griego -, se halla la prueba de que varios contingentes helenos lucharon a sueldo en el bando cartaginés. Jantipo se ganará el favor del [[Consejo de los Cien|senado púnico]] en poco tiempo. Le será entonces concedido el mando del ejército, al que entrena al estilo [[falange macedonia|macedónico]].
 
{{cita|(Jantipo) sacó el ejército fuera de la ciudad, lo dispuso en formación y comenzó, dividiéndolo en secciones, a hacer evoluciones y a instruirlo según las reglas del arte.|[[Polibio]] [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html T.I L.I Cap.IX]}}
 
==== Las armas combinadas ====
 
Tanto [[Sexto Julio Frontino]] como Polibio nos dan pistas sobre la disposición del ejército cartaginés bajo el mando de Jantipo, en la [[batalla de los llanos del Bagradas]].
 
{{cita|(Jantipo) posicionó los elefantes en línea, delante de la infantería. Tras ellos dispuso, a cierta distancia, a la falange cartaginesa. Las tropas extranjeras las divide, colocando a las pesadas en el flanco derecho, y a las más ágiles junto con la caballería, al frente de una y otra ala.|[[Polibio]] [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html T.I L.I Cap.IX]}}
 
La aplastante victoria cartaginesa, que prolongó la guerra una década, se trató en profundidad en Roma, como desvela el siguiente texto de Frontino, general y escritor latino:
 
{{cita|''Xanthippus Lacedaemonius in Africa adversus Atilium Regulum levem armaturam in prima acie conlocavit, in subsidio autem robur exercitus praecepitque auxiliaribus, ut emissis telis cederent hosti et, cum se intra suorum ordines recepissent, confestim in latera discurrerent et a cornibus rursus erumperent; exceptumque iam hostem a robustioribus et ipsi circumierunt.''|col2=Jantipo el lacedemonio, en África contra Marco Atilio Régulo, dispuso al frente a sus tropas ligeras, manteniendo en reserva a la flor de su ejército. Entonces instruyó a sus tropas auxiliares para que, tras lanzar sus jabalinas, cedieran terreno al enemigo y se retiraran entre las filas de sus soldados, corrieran hacia los laterales y volvieran a atacar desde esa posición. De ese modo cuando el enemigo chocaba contra las tropas pesadas, era al mismo tiempo rodeado.|[[Sexto Julio Frontino|Frontino]], ''Estratagemas'', [http://penelope.uchicago.edu/Thayer/L/Roman/Texts/Frontinus/Strategemata/2*.html#2 3, 10]}}
 
La disposición adoptada recuerda a la típica formación de armas combinadas del [[ejército macedonio]] de los tiempos de [[Alejandro Magno|Alejandro]], con algunas variantes. La utilización de [[elefante de guerra|elefantes]] es quizá la principal de ellas. En esta ocasión los dispone al frente del ejército, al contrario que los generales cartagineses de la época, como Hannón, que colocaban a los paquidermos en segunda línea de combate. Las ''tropas extranjeras'' son los mercenarios, a los más ligeros les otorga la función clásica de los [[peltasta]]s griegos, apoyar a la caballería entre líneas mientras avanza la infantería pesada. En este párrafo se produce la primera referencia a la falange cartaginesa, que es explícitamente diferenciada de las «tropas extranjeras». Por otro lado, tanto Polibio como Jantipo son griegos; luego dicha falange podría estar compuesta de [[mercenarios de la Antigua Grecia|mercenarios griegos]], extranjeros a Cartago pero no al general. Lo más probable es que se compusiera en esencia de lanceros africanos apoyados por destacamentos mercenarios griegos.
 
==== Aprovechamiento del terreno ====
 
En la descripción que de la batalla hace Polibio, se relata que Jantipo basa su empuje en la carga de los elefantes (pasan a desempeñar, pues, una tarea más activa) seguida del sólido frente de la falange cartaginesa, situada en llano. El llano permite la maniobrabilidad de la falange, que de otro modo puede sufrir rupturas entre líneas, algo fatal para una formación totalmente compacta y rígida, basada en su imparable potencia frontal. Las tropas mercenarias, de hecho, son derrotadas y expulsadas del combate. Mientras, la caballería cartaginesa bate a su contraria y apoya posteriormente a la infantería desde los flancos. Jantipo exprime al máximo la utilidad de las armas combinadas (caballería, elefantes, tropas ligeras y falange), tornando la batalla en una victoria púnica sin paliativos.
 
De ese modo, Jantipo, únicamente cambiando el terreno, cambió el signo de la Primera Guerra Púnica. Observó que los africanos, superiores en caballería y elefantes, se mantenían en las colinas, mientras que los romanos, superiores en infantería, se mantenían en el llano. Desplazó el campo de operaciones a la llanura, donde rompía las formaciones romanas con sus elefantes y posteriormente acosaba a las tropas dispersas con la caballería [[Numidia|númida]]. Así destrozó al [[ejército romano]], que hasta entonces siempre había salido victorioso en sus enfrentamientos en tierra.
<ref>[[Sexto Julio Frontino|Frontino]], ''Estratagemas'', [http://penelope.uchicago.edu/Thayer/L/Roman/Texts/Frontinus/Strategemata/2*.html#2 2, 11]</ref>
 
=== Las tácticas de Amílcar ===
{{AP|Amílcar Barca}}
El año [[años 240 a. C.|247&nbsp;a.&nbsp;C.]], tras dieciocho años de guerra, Amílcar fue nombrado líder del ejército y la armada de Cartago.<ref name="polibio11xvi">[[Polibio]], [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html Vol. I, Lib. I, Cap. XVI]</ref> Pronto se ganó una reputación de gran comandante y hábil general. [[Cornelio Nepote]] exalta la figura de Amílcar, llegando a afirmar que durante su estancia en Sicilia, jamás fue derrotado por los romanos.
 
{{cita|''Cum ante eius adventum et mari et terra male res gererentur Carthaginiensium, ipse, ubi adfuit, numquam hosti cessit neque locum nocendi dedit saepeque e contrario occasione data lacessivit semperque superior discessit. Quo facto, cum paene omnia in Sicilia Poeni amisissent, ille Erycem sic defendit, ut bellum eo loco gestum non videretur.''|col2=A pesar de que los esfuerzos cartagineses habían sido infructuosos por tierra y mar, tras su llegada nunca cedieron terreno al enemigo, ni dieron opción a que les atacara, por el contrario, a menudo atacaba a sus enemigos cuando la ocasión se presentaba propicia, y siempre con ventaja. Más tarde, defendió Erice de una forma tan capaz, que no parecía existir ninguna guerra allí.|[[Cornelio Nepote|Nepote, Cornelio]], ''De los Grandes Comandantes Extranjeros'', ''Amílcar'' [http://www.tertullian.org/fathers/nepos.htm#228 II]}}
 
La obra de Nepote no desvela gran cosa sobre la táctica del ejército púnico bajo Amílcar. Sin embargo, de sus palabras es posible extraer que el general evitaba los enfrentamientos a gran escala, lo que hace pensar que reorganizó al ejército, adiestrándolo para el combate en terreno difícil y utilizando tácticas de guerrilla. La primera noticia que tenemos de Amílcar en el frente siciliano, narra su desembarco relámpago en la pequeña cala del [[monte Ericté]], el año [[años 240 a. C.|246&nbsp;a.&nbsp;C.]], al regreso de una incursión naval a [[Brucia]].
 
==== Guerra de guerrillas ====
 
Siguiendo los textos de Polibio, se extrae que Amílcar utilizó posteriormente el monte Ericté como base de operaciones. Desde allí, hostigaba a las tropas romanas en la Sicilia central y occidental, y lanzaba incursiones navales al resto de la isla y al sur de Italia. El griego describe la base de Amílcar como:
 
{{cita|Ericté se situaba junto al mar, entre Erice y Palermo (...) Se trata de una montaña escarpada por todos sus lados (...) Su cumbre no tiene menos de cien estadios de circunferencia, en cuyo espacio se encuentra un terreno muy apto para pastos y semillas, defendido de los vientos del mar (...) Está rodeado de eminencias inaccesibles, tanto por el lado del mar como por el que se une con la tierra, entre las cuales el espacio intermedio necesita de pocos reparos para su defensa. En este llano se eleva un promontorio, que al mismo tiempo que representa un alcázar, sirve de cómoda atalaya para registrar lo que pasa en la región cercana. Tiene un profundo puerto, muy conveniente para los que viajan a Italia desde Drépano y Lilibea. Para subir solo hay tres caminos, y éstos muy difíciles, de los cuales dos están por el lado de tierra y uno por el del mar.|[[Polibio]], [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html Vol. I, Lib. I, Cap. XVI]}}
 
Amílcar permaneció tres años en el campamento fortificado de Ericté, durante los cuales ''eran frecuentes las escaramuzas, aunque no se produjo ningún combate a gran escala''.<ref name="polibio11xvi" /> Las gestiones diplomáticas no debieron faltar, pues tres años más tarde ([[años 240 a. C.|244&nbsp;a.&nbsp;C.]]), lanzó un ataque sobre la ciudad de [[Erice]], sitiando a los romanos - que aún ocupaban la ciudad - dentro de la [[acrópolis]].<ref>{{cita libro
| apellidos = Niebuhr
| nombre = Barthold Georg
| título = Lectures on the History of Rome: From the Earliest Times to the Fall of the Western Empire
| año = 1849
| editorial = Londres: Taylor, Walton and Maberly
| id =
}}</ref> Su objetivo era distraer la atención romana de los dos últimos [[Bastión|bastiones]] púnicos en la isla: [[Lilibea]] y [[Drépano]], al mismo tiempo que agotaba sus fuerzas. Sus tácticas tuvieron éxito, y Roma finalmente abandonó la tentativa terrestre en favor de la construcción de una nueva [[flota de guerra]].
 
La caballería númida y los elefantes, de nuevo, jugaron un papel relevante en la [[guerra de los Mercenarios]]. Sitiadas las dos principales ciudades aliadas de Cartago, Amílcar recurre a tropas ligeras para sabotear los [[convoy]]es y cortar las líneas de comunicación de los rebeldes.
 
{{cita|Amílcar, digo, llevando consigo a éste y a Naravas, batía la campaña y cortaba los convoyes a Mathô y Spendios. Naravas el númida le fue de suma utilidad, tanto en esta como en otras expediciones.|[[Polibio]], [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html Vol. I, Lib. I, Cap. XXI]}}
 
==== Doctrina de la movilidad ====
[[Archivo:Battle of Bagradas.gif|thumb|Movimientos tácticos durante la Batalla del Bagradas (239&nbsp;a.&nbsp;C.).]]
 
A lo largo de su vida, Amílcar destacó en la dirección de ejércitos de pequeño y mediano tamaño. Nombrado de nuevo [[comandante en jefe]] durante la [[Guerra de los Mercenarios]] ([[años 240 a. C.|241]]-[[años 230 a. C.|238&nbsp;a.&nbsp;C.]]), cargo que compartió durante un tiempo con otro general, [[Hannón el Grande]], se asignó a su cargo a un reducido y rápidamente reclutado ejército.
 
La doctrina de la movilidad de Amílcar se puso de manifiesto especialmente en combates como la [[batalla del Bagradas]], quizá la obra maestra de táctica militar del cartaginés, pues aunó durante la misma varios factores de singular relevancia:
 
* Estudio y aprovechamiento del terreno.
* Factor sorpresa.
* Movilidad.
* Maniobrabilidad.
 
;Estudio del terreno
 
Amílcar había observado que en verano, al soplar el viento del desierto, la arena arrastrada por el mismo formaba un depósito de lodo que creaba una ruta vadeable en la desembocadura del río.
 
;Factor sorpresa
 
Dispuso al ejército para la marcha, esperando que esto sucediera, sin mencionar a nadie sus planes. De este modo, al movilizar el ejército, nadie esperaba lo que iba a ocurrir. Cruzó el vado de noche y atacó al amanecer.
 
;Movilidad
 
El ejército completo se encontraba preparado para la marcha a la caída de la noche, durante la cual todas las tropas cruzaron a la otra orilla. Al amanecer, no quedaba ni un soldado en la otra orilla.
 
;Maniobrabilidad
 
Atacado desde el norte y oeste, Amílcar reorganizó su ejército rápidamente. La caballería y los elefantes, que formaban la vanguardia, se retiraron por los extremos de la formación, mientras la falange, situada en retaguardia, comenzaba a desplegar una línea compacta frente al enemigo.
 
Esta doctrina de la movilidad volvió a ponerse de manifiesto durante la [[batalla de "La Sierra"]]. Según nos cuenta Polibio, en muchos combates a media escala, Amílcar separaba el ejército enemigo, embolsando gran número de tropas a las que destruía atacando por todos los flancos. En batallas más generales, disponía emboscadas insospechadas para los rebeldes, o aparecía de la nada cuando sus enemigos menos lo esperaban, ya fuera de día o de noche. La culminación de esta estrategia se produjo cuando el general, con un ejército menos numeroso, hostigó a las tropas rebeldes que quedaron sitiadas en un desfiladero.<ref>[[Polibio]], [[Historias de Polibio|''Historias'']] [http://www.imperivm.org/cont/textos/txt/polibio_hublrr_ti_li.html Vol. I, Lib. I, Cap. XXIII]</ref>
 
=== El ejército de Aníbal ===
{{AP|Aníbal|l1=Tácticas militares de Aníbal}}
[[Archivo:Annibale.png|thumb|Reconstrucción por ordenador del busto de Aníbal realizado por [[Horacio]].]]
 
Considerado uno de los mejores estrategas de la Historia, Aníbal recibió el legado de otro gran estratega, su padre Amílcar. Tras casi dos décadas en [[Hispania]], Cartago controlaba la práctica totalidad de la [[península ibérica]], tenía acceso a algunos de los mejores soldados y armas de la época - los mercenarios celtas e iberos eran respetados a lo largo del mundo antiguo, y mucho se ha hablado de sus armas y del hierro ibero - y a un extenso territorio que cultivar para alimentar a sus tropas.
 
Las hazañas militares de Aníbal se pueden dividir en cuatro fases: La conquista de Hispania, incluyendo el [[Sitio de Sagunto|asedio de Sagunto]]; el cruce de los [[Alpes]]; las grandes batallas en Italia y la guerra de desgaste posterior, hasta su regreso a África.
 
==== Carisma y simpatía con las tropas ====
 
Aníbal acompañó a su padre, Amílcar, en la conquista de la península ibérica. Allí, además de aprender de su progenitor las que serían las bases de su doctrina táctica, convivió con los soldados, que le proclamaron general por aclamación.<ref>[[Zonaras]] VIII, 21<br />*{{cita|"(Amílcar) llevó con él a Aníbal, que poco después sería conocido por sus hazañas bélicas, era éste hijo de Almícar y hermano de su esposa, un joven armígero que era muy grato a los guerreros.|Apiano, ''Iberia'', 6}}</ref>
 
{{cita|''multi saepe militari sagulo opertum humi iacentem inter custodias stationesque militum conspexerunt. Vestitus nihil inter aequales excellens: arma atque equi conspiciebantur. Equitum peditumque idem longe primus erat; princeps in proelium ibat, ultimus conserto proelio excedebat.''|col2=Muchos le vieron envuelto en sayo militar, durmiendo en el suelo entre los puestos de guardia de los soldados. Su vestimenta no era en ningún modo superior a la de sus iguales: sus caballos y armas eran llamativos. Siempre era el primero en lanzarse al combate, y el último en abandonarlo.|[[Tito Livio]], ''[[Ab Urbe condita libri]]'' XXI, 4}}
 
Según la estela de Lacinio, Aníbal envió 200&nbsp;jinetes hispanos, 13&nbsp;850&nbsp;infantes y 870&nbsp;honderos baleares a defender África. Del mismo modo, trasladó 450&nbsp;guerreros de caballería africanos y libio-fenicios a Hispania. De esta manera pretendía asegurarse su fidelidad.<ref>Polibio, ''Historias'' III, 23.7<br />[[Tito Livio]], ''Ab Urbe condita libri'' XXI 5-12 y XXIII 4</ref>
 
Tras tomar Sagunto, Aníbal arengó a las tropas íberas, concediéndoles permiso para que pasaran el invierno en sus hogares. De este modo los hispanos "reposaron y recuperaron el vigor de sus cuerpos y mentes para las hazañas que estaban por venir".<ref>[[Tito Livio]], ''[[Ab Urbe condita libri]]'' XXI, 21</ref>
 
Al inicio de su expedición a los Alpes, dejó como guarnición a 11&nbsp;000&nbsp;soldados íberos que se mostraron reticentes a abandonar su territorio.<ref>[[Tito Livio]], ''Ab Urbe Condita libri'' XXI, 23</ref>
 
Todas estas muestras de comportamiento favorecían el efecto positivo de las arengas de Aníbal, de las cuales nos han dejado testimonio Tito Livio y Polibio, como la que dio a sus soldados tras cruzar los Alpes, previamente a la [[batalla del Tesino]]:
 
{{Cita|Solo hay una alternativa: vencer, morir o vivir bajo el yugo romano. La victoria no nos concederá caballos y vestidos, sino todas las riquezas de Roma, lo que os convertirá en los más felices de los hombres. Si luchando hasta el último aliento fracasáis, daréis vuestra vida por un glorioso cometido. Pero si abandonáis el amor a la vida y huis para intentar salvaros, os perseguirán las desdichas. No creo que haya nadie tan insensato que, tras recordar lo que ha sufrido durante el viaje, los arduos combates que han sobrevenido en el camino y los anchos ríos que ha cruzado, confíe en poder regresar a su casa solo. (...) debéis entrar en combate con ánimo de vencer, y cuando esto no sea posible, de morir, pues una vez derrotados no queda esperanza alguna de vida. Si esto hacéis y estáis convencidos de ello, lograréis vencer y sobrevivir.|<ref>[[Polibio]], ''Historias'' III, 11</ref>}}
 
==== Posicionamiento y emboscada ====
 
Aníbal mostró una capacidad estratégica enorme durante su invasión a Italia. Dominaba principalmente el arte de la colocación, posicionamiento y emboscada. La brillantez de sus tácticas estribaba en la facilidad con que atraía a los romanos a luchar bajo sus condiciones, en su terreno y en el momento que él decidía.
 
Las tropas celtíberas formaban la columna vertebral de su ejército, al que rearmó casi por completo tras la debacle romana en el [[lago Trasimeno]] con el equipo de los legionarios caídos. Sin embargo, su ejército sufrió numerosas transformaciones a lo largo de los quince años que pasó en Italia, de modo que hacia el final de su estancia la mayor parte del mismo la formaban galos y latinos (ligures, brucios y campanios).
 
Las hazañas de Aníbal, y particularmente su victoria en [[Batalla de Cannas|Cannas]], han sido estudiadas y analizadas por las [[Academia militar|academias militares]] del mundo entero. En la ''[[Encyclopædia Britannica]]'' de [[1911]], el autor del artículo dedicado a Aníbal elogia al general en estos términos:
 
{{cita|Sobre la trascendencia del genio militar de Aníbal no pueden existir dos opiniones. El hombre que fue capaz de mantener sus conquistas en un país hostil frente a varios ejércitos poderosos y una sucesión de comandantes capaces, debe necesariamente de haber sido un táctico y estratega sin igual. Ciertamente, sobrepasó a todos los generales de la Antigüedad en la utilización de estratagemas y emboscadas. Tan increíbles como fueron sus logros, debemos admirarnos aún más si tenemos en cuenta el escaso apoyo que recibió desde Cartago. A medida que caían sus veteranos, se veía obligado a organizar levas de refresco en el lugar donde se hallara. Nunca se menciona un solo motín en su ejército, compuesto como estaba de africanos, hispanos y galos. Más aún, todo lo que sabemos de él nos ha llegado en su mayor parte de fuentes hostiles. Los romanos le temían y odiaban tanto que eran incapaces de hacerle justicia. Livio habla de sus grandes cualidades, pero añade que sus vicios eran igualmente grandes, de entre los cuales destaca su «perfidia más que púnica» y su «inhumana crueldad». Para el primero no parece existir mayor justificación que su consumada habilidad en tender emboscadas. En lo concerniente al segundo, creemos que no es posible otra razón que, en ciertas crisis, actuara según el espíritu de la guerra antigua. A veces contrasta de modo más favorable con su enemigo. Ninguna brutalidad mancha su nombre tanto como la perpetrada por Claudio Nerón sobre el derrotado Asdrúbal. Polibio únicamente menciona que era acusado de crueldad por parte de los romanos y de avaricia por parte de los cartagineses. Tenía, ciertamente, enemigos implacables, y su vida representó una constante lucha contra el destino. Por su firmeza de propósito, por su capacidad organizativa y maestría en la ciencia militar, es posible que jamás haya tenido igual.<ref name="Britannica">(en [[idioma inglés|inglés]]) [http://encyclopedia.jrank.org/HAN_HEG/HANNIBAL_mercy_or_favour_of_Baa.html Biografía de Aníbal (undécima edición de la ''[[Encyclopædia Britannica]]'')]</ref>}}
 
[[Archivo:Second Punic War Battles -es.svg|thumb|300px|Mapa que muestra las diferentes batallas que libró Aníbal en [[Italia]].]]
 
Incluso los cronistas romanos le consideran un maestro militar supremo y escriben acerca de él que «no exigió jamás a otros algo que no hubiera hecho él mismo».<ref name="Carpe Noctem">(en [[idioma inglés|inglés]]) [http://www.carpenoctem.tv/military/hannibal.html Biografía de Aníbal (Carpe Noctem)]</ref> Según Polibio, «como un sabio gobernador, supo contentar y someter a su gente, que jamás se rebeló contra él ni se planteó ningún intento de sedición, dándoles lo que necesitaban. Aunque su ejército estuviera compuesto por soldados de diversos países: africanos, españoles, ligures, galos, cartagineses, italianos y griegos, que no tenían en común entre ellos ni leyes, ni costumbres, ni idioma, Aníbal logró reunir, gracias a su capacidad, a todas esas diferentes naciones y someterlas a la subordinación de su liderazgo, imponiéndolas sus mismas opiniones».<ref>[http://remacle.org/bloodwolf/historiens/polybe/onze.htm#III Polibio, ''Historia General'', Libro XI, 3] (en [[idioma francés|francés]]).</ref>
 
El documento del conde [[Alfred von Schlieffen]] (titulado el [[Plan Schlieffen]]), elaborado a partir de sus estudios militares, insiste en gran medida en las técnicas militares que emplearon los cartagineses para rodear y destruir al ejército romano en la [[batalla de Cannas]]<ref>[http://books.google.com/books?vid=ISBN0415261473&id=qayiX4SFonkC&pg=PR10&lpg=PR10&ots=Iczcaizt2B&dq=Schlieffen+plan,+hannibal,+cannae,+envelopment&sig=vssz27ayI9aQ-u7bOalfg6samQE Gregory Daly, ''op. cit.'', p. x] (en inglés).</ref><ref>Leonard Cottrell, Hannibal. Enemy of Rome, ed. Da Capo Press, New York, 1992, pág. 134.</ref>
[[George Patton]] pensaba que él mismo era la reencarnación de Aníbal (entre otras reencarnaciones, Patton creía que había sido un [[legión romana|legionario romano]] y un soldado de [[Napoleón I]]).<ref>Stanley Hirshson: ''General Patton. A soldier's life''. Nueva York: HarperCollins, 2002, pág.&nbsp;163.</ref> No obstante, los principios bélicos que se aplicaban en tiempos de Aníbal, se siguen aplicando hoy en día».<ref>James Carlton: ''The military quotation book''. Nueva York: Thomas Dunne Books, 2002.</ref>
 
Por último, según el historiador militar Theodore Ayrault Dodge:
 
{{cita|Aníbal sobresalió como táctico militar. A lo largo de la historia, ninguna batalla ha ofrecido un ejemplo mejor de utilización de la táctica que la [[batalla de Cannas]]. Pero sobresalía aún más como logístico y como estratega. Ningún capitán marchó, como él, alguna vez, con y contra tantos ejércitos que le excedieran en número y equipamiento. Ningún hombre resistió nunca por sí mismo durante tanto tiempo o tan hábilmente en condiciones tan adversas de una forma tan ingeniosa y llena de coraje. Enfrentado constantemente a los mejores soldados, liderados por respetables generales, a menudo de gran habilidad, desafió todos los esfuerzos que hicieron por expulsarle de Italia, durante media generación. Exceptuando el caso de Alejandro, y algunos conflictos bélicos aislados, todas las contiendas anteriores a la Segunda Guerra Púnica se habían decidido en su mayor parte, si no por completo, gracias a las tácticas de batalla. La habilidad estratégica influía solo hasta cierto punto. Los ejércitos marchaban uno contra otro, luchaban en orden paralelo, y el conquistador imponía los términos sobre su adversario. Cualquier variación en esta regla conducía a una emboscada u otras estratagemas. Una guerra como aquélla, que se llevaba a cabo esquivando la necesidad de entrar en batalla, donde la victoria podía conseguirse mediante ataques contra las comunicaciones enemigas, maniobras de flanqueo, consecución de posiciones desde las que poder retirarse rápidamente en caso de ser atacados, no se comprendía... [sin embargo] Por primera vez en la historia de la guerra, vemos dos generales esquivándose mutuamente, ocupando las tierras altas, marchando sobre los flancos de su rival para capturar ciudades o suministros en retaguardia, acosándose mutuamente con tácticas de guerrilla, y raramente aventurándose a presentar batalla, batalla que podía convertirse en un completo desastre; todo ello con el propósito preconcebido de colocar al oponente en desventaja estratégica... que todo aquello se produjera fue debido a las enseñanzas de Aníbal.<ref>Theodore Ayrault Dodge: ''Hannibal: a History of the art of war among the carthagonians and romans down to the Battle of Pydna, 168&nbsp;BC''. Da Capo Press, 1995.</ref>}}
 
==== Guerra de desgaste ====
 
Hacia [[años 200 a. C.|204&nbsp;a.&nbsp;C.]], el signo de la guerra se había inclinado claramente hacia el lado romano. Tres años antes, habían destruido al ejército de [[Asdrúbal Barca|Asdrúbal]] que marchaba desde [[Iberia]] hasta Italia a través de los [[Alpes]], con la intención de reforzar a su hermano. [[Publio Cornelio Escipión el Africano|Publio Cornelio Escipión]] había aprovechado la partida de Asdrúbal para acabar con el dominio cartaginés en la península ibérica, como resultado de la [[batalla de Ilipa]]. Ante el acoso continuo de los romanos, Aníbal había pasado a la defensiva.
 
Tras la [[batalla del Metauro]], [[Aníbal]] decidió concentrar sus tropas y aliados en [[Brucia]], “el rincón más remoto de Italia”.<ref>[[Tito Livio]], "Historia de Roma desde su fundación" L. [http://etext.virginia.edu/etcbin/toccer-new2?id=Liv4His.sgm&images=images/modeng&data=/texts/english/modeng/parsed&tag=public&part=102&division=div2 XXVII, 51]; [[Dion Casio]], ''Historia Romana'', [http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Cassius_Dio/16*.html Libro XVI]; Apiano, "La Guerra de Aníbal", [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_hannibal_11.html#%A754 Libro VIII, 54]</ref> Renunció al resto de sus posesiones en [[Basilicata|Lucania]] y la [[Magna Grecia]], aparentemente porque habían perdido su importancia estratégica, y las consideraba indefensibles ante la superioridad romana. Más aún, habiendo perdido muchas tropas en ciudades conquistadas por los romanos en años anteriores, intentaba minimizar sus bajas. [[Bruttium]] era una región eminentemente montañosa, casi completamente rodeada por el mar, la base perfecta para que Aníbal vigilara el avance romano y forzaba al senado a mantener un poderoso ejército movilizado contra él.
 
Curiosamente, Aníbal imitó las mismas tácticas que su padre, [[Amílcar Barca]], había empleado durante siete años en [[Ericté]] ([[Sicilia]]), durante la [[Primera Guerra Púnica]]. De acuerdo al historiador militar [[Hans Delbrück]], el objetivo de esta táctica era inducir a Roma a firmar un tratado de paz, a cambio de renunciar a la base púnica que tenía en Italia.<ref>[[Hans Delbrück|Delbrück, Hans]], Geschichte der Kriegskunst im Rahmen der politischen Geschichte, I Teil: Das Altertum, Walter de Gruyter & Co., Berlin 1964, S. 403.</ref>
 
Livio describe las características de estos combates del siguiente modo:
{{cita|La pugna por Bruttium había asumido el carácter de bandidaje más que de guerra regular. Los [[caballería númida|númidas]]<ref>Su número se había reducido drásticamente tras catorce años de guerra.</ref> habían comenzado esta práctica, y los brutios siguieron su ejemplo, no tanto por su alianza con Cartago, sino porque era su forma tradicional y natural de hacer la guerra. Finalmente, incluso los romanos se vieron infectados de la pasión por el saqueo y, en la medida que les permitían sus generales, acostumbraban a efectuar incursiones depredadoras a los campos de cultivo enemigos.|<ref>[[Tito Livio]], [http://etext.virginia.edu/etcbin/toccer-new2?id=Liv4His.sgm&images=images/modeng&data=/texts/english/modeng/parsed&tag=public&part=154&division=div2 XXIX, 6]</ref>}}
 
Aníbal tuvo que elevar los impuestos y conseguir nuevos recursos mediante confiscaciones. Estas medidas minaron su popularidad entre la población local, lo que causó numerosas defecciones.<ref name=autogenerated1>[[Apiano]], ''La Guerra de Aníbal'', [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_hannibal_12.html#%A757 IX, 57]</ref> La deportación de ciudadanos sospechosos de escasa lealtad desde fuertes estratégicos, hecho éste referido por Apiano, reportó una mayor seguridad a Aníbal, excepto en el caso de [[Locri]].
 
Presionado por la pérdida de tan estratégico puerto, [[Aníbal]] fijó su base «en Crotona, que encontró bien situada para sus operaciones, y donde estableció su cuartel general contra el resto de las ciudades.»<ref name=autogenerated1 /> Como en el año anterior, se vio obligado a enfrentarse a dos ejércitos de dos legiones cada uno, uno dirigido por el cónsul [[Publio Licinio Craso (cónsul 205 a. C.)|Publio Licinio Craso]], y el otro por el [[procónsul]] [[Quinto Cecilio Metelo (cónsul en 206 a. C.)|Quinto Cecilio Metelo]].<ref>Livio, [http://etext.virginia.edu/etcbin/toccer-new2?id=Liv4His.sgm&images=images/modeng&data=/texts/english/modeng/parsed&tag=public&part=147&division=div2 XXVIII, 45]</ref>
 
A pesar de sus constantes ataques sobre [[Crotona]], el cónsul [[Cneo Servilio Cepión]] no pudo evitar que Aníbal partiera sin contratiempos a África. Apiano informa que para transportar a sus veteranos Aníbal incluso construyó más barcos, adicionalmente a una flota que había llegado desde Cartago,<ref>[[Apiano]], ''La Guerra de Aníbal'', [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_hannibal_12.html#%A758 IX, 58]</ref> sin que los romanos pudieran impedirlo.<ref>Caven, Punic Wars, p. 247</ref>
 
=== Asdrúbal el Beotarca y el rearme de Cartago ===
{{AP|Tercera Guerra Púnica}}
El ejército de Cartago quedó muy debilitado tras la Segunda Guerra Púnica. Las condiciones de Escipión fueron duras: la armada cartaginesa, a excepción de diez naves, debía ser entregada a Roma. También debían ser entregados todos sus elefantes, prisioneros de guerra, desertores y el ejército que Aníbal había traído de Italia. Se les prohibía reclutar mercenarios celtas o ligures, además de otras condiciones de índole puramente económica.<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_11.html#%A754 11.54]</ref>
 
En la guerra contra [[Masinisa]] del [[años 150 a. C.|150&nbsp;a.&nbsp;C.]], [[Asdrúbal el Beotarca]] reunió un ejército de 25&nbsp;000&nbsp;infantes y 400&nbsp;jinetes, al que posteriormente se unieron 6000 jinetes númidas, desertores de las filas de [[Masinisa]]. Antes de la batalla, los refuerzos púnicos casi doblaban dicho número.
 
{{Cita|Cuando Masinisa formó sus tropas, Asdrúbal dispuso enfrente a su ejército. Era muy grande, pues los reclutas habían acudido en masa desde los alrededores. Tiempo después, Escipión a menudo comentaba que había presenciado varios combates, pero nunca había disfrutado tanto de ninguno, pues en ningún otro había visto tan fácilmente cómo hasta 110&nbsp;000 soldados se incorporaban a la batalla.<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_14.html#%A770 14.70]</ref><br />(...) De este modo, de los 58&nbsp;000 hombres que componían el ejército, solo unos pocos regresaron ilesos a Cartago. Entre ellos se encontraban Asdrúbal (el Beotarca) y otros nobles.<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_15.html#%A772 15.72]</ref>|Apiano, ''Guerras Extranjeras'': "Las Guerras Púnicas"}}
 
A petición púnica, Roma envió mediadores para arbitrar entre Cartago y Numidia, con las órdenes de favorecer a Masinisa en todo lo posible. Viendo cómo había prosperado la ciudad en apenas 50 años, los romanos comenzaron a meditar sobre su destrucción. A Cartago se le exigió paulatinamente: rehenes, barcos, armas y maquinaria militar. Cuando esto se hubo llevado a cabo, y los púnicos se hallaban desarmados, Roma exigió que abandonaran la ciudad, que sería destruida, y levantaran una nueva tierra adentro.
 
{{Cita|Cuando finalizaron sus lamentaciones, hubo otro intervalo de silencio, tras el cual reflejaron que su ciudad se hallaba desarmada, vacía de defensores, no poseía una sola nave, ni una catapulta, ni una espada, ni el suficiente número de guerreros, habiendo perdido 50&nbsp;000 no mucho tiempo atrás. Tampoco tenían mercenarios, ni amigos, ni aliados, ni tiempo para procurarse algunos. Sus enemigos se encontraban en posesión de sus niños, sus armas y sus territorios. Su ciudad se hallaba sitiada por enemigos que disponían de flota, infantería, caballería y máquinas de guerra. Mientras Masinisa, otro de sus rivales, acechaba su flanco.|Apiano<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_17.html#%A782 17.82]</ref>}}
 
La guerra se antojó inevitable, y el [[Consejo de los Cien|senado de Cartago]] liberó a todos los esclavos, eligió nuevos generales y nombró a Asdrúbal, a quien había condenado a muerte, comandante en jefe. Asdrúbal disponía de un ejército de 30&nbsp;000&nbsp;hombres.
 
Dentro de las murallas eligieron como capitán a otro [[Asdrúbal (nieto de Masinisa)|Asdrúbal, nieto de Masinisa]]. Todos los templos, capillas y cualquier otro espacio desocupado se convirtió en una fábrica, donde hombres y mujeres trabajaban día y noche sin descanso, recibiendo comida regularmente y en raciones. Cada día fabricaron 100&nbsp;escudos, 300&nbsp;espadas, 1000&nbsp;proyectiles de catapulta, 500&nbsp;dardos y jabalinas, y tantas catapultas como pudieron producir. Como cuerdas para tensarlas utilizaron los cabellos de sus mujeres.<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_19.html#%A793 19.93]<br />[[Dión Casio]], ''Historia Romana'' [http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Cassius_Dio/21*.html#26 XXI, 26]</ref>
 
Durante el fallido asalto de [[Mancino]] a Cartago, se menciona a [[Bitias]], desertor del ejército de [[Gulussa]], como general de caballería, bajo cuyo mando se encontraban 6000&nbsp;infantes y 1000&nbsp;jinetes «veteranos y bien entrenados». Mientras que Asdrúbal el Beotarca disponía, en ese momento, de 30&nbsp;000&nbsp;soldados.<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_23.html#%A7114 23.114]</ref>
 
En el momento de la toma y destrucción de Cartago (invierno del [[años 140 a. C.|146&nbsp;a.&nbsp;C.]]), dos ejércitos cartagineses seguían en campaña: en el interior, el ejército de [[Diógenes (Cartago)|Diógenes]], que había asumido el mando como sucesor de Asdrúbal, contaba con unos 84&nbsp;000&nbsp;hombres en el momento de ser derrotado por Escipión en [[Segunda batalla de Neferis|Neferis]], cifra en la cual seguramente se incluían las tropas de Bitias.<ref>Apiano, ''Las Guerras Púnicas'' [http://www.livius.org/ap-ark/appian/appian_punic_26.html#%A7126 26.126]</ref>
 
Durante la conquista de la ciudad, los cartagineses actuaron utilizando tácticas de guerrilla urbana, combatiendo calle por calle, casa por casa y barrio por barrio. En el interior de la ciudad, Asdrúbal disponía de 36&nbsp;000&nbsp;hombres, aunque esta cifra es probablemente exagerada.<ref>[[Lucio Anneo Floro|Floro]], ''Epítome de la historia de Tito Livio'' II [http://penelope.uchicago.edu/Thayer/E/Roman/Texts/Florus/Epitome/1I*.html#XXXI 15.31] menciona esta cifra, aunque él mismo asegura que es "apenas creíble".</ref>
 
== Estructura ==