Diferencia entre revisiones de «Escuela sevillana de escultura»

Contenido eliminado Contenido añadido
Línea 13:
La ciudad del Betis, puerto inicial y terminal de la ruta de las Indias, adquiere enorme auge económico y de ahí sus grandes posibilidades al promocionar movimientos culturales y sociales de todo orden. Por estas y otras razones, llegan artistas italianos, como [[Pietro Torrigiano]], condiscípulo y rival de [[Miguel Ángel]] en el jardín de los Medici, ejecuta magníficas esculturas para el monasterio de San Jerónimo y otros lugares, y también se importan sepulcros y obras varias, que dan a conocer y atraen la atención artística a las conquistas del Renacimiento humanístico italiano. Al propio tiempo, escultores del Norte, franceses y flamencos, trabajan en la región y son portadores de un realismo muy caro a los españoles. Por todos ellos citaremos a [[Roque Balduque]], autor de notables retablos e imágenes, admiradas por artistas.
Ambas corrientes, la clasicista, con sus ideales de belleza, y la norteña, con una estética que busca la expresión, configuran el ambiente artístico hispalense, en los dos primeros tercios del [[siglo XVI]]. Encargado de realizar la labor escultórica del retablo mayor de la [[Cartuja de Sevilla|cartuja de Santa María de las Cuevas]], aparece en Sevilla [[Isidro de Villoldo]], que había sido colaborador de [[Alonso Berruguete]] en la sillería de coral de Toledo y autor de importantes obras en Castilla. Muerto de forma repentina sin llegar a rematar el retablo de la Cartuja, la continúa un insigne escultor salmantino, [[Juan Bautista Vázquez el Viejo]], éste se desplaza a la ciudad, acompañado por sus colaboradores entre los que figuran su hijo [[Juan Bautista Vázquez el Mozo]], su cuñado y entablador Juan de Oviedo el Mayor, [[Jerónimo Hernández]], [[Miguel de Adán]], [[Gaspar del Águila]] y [[Gaspar Núñez Delgado]]. También colabora con otros competentes artistas de varias procedencias, en diversas obras, que se multiplican al calor del potente entorno económico de la región. [[Andrés de Ocampo]]
 
Con todos ellos capitaneados por el viejo Vázquez se inicia la auténtica escuela escultórica sevillana, pues lo anterior son trabajos de interés e indudable valía pero sin la conexión estilística que determina el concepto de escuela. Por otra parte, el joven Vázquez trabaja en el retablo principal del monasterio granadino de San Jerónimo, y en torno a él se agrupan varios escultores nativos, que dan origen también a una escuela. Esta naciente escuela escultórica sevillana, con indudables sedimentos clásicos y otros de sentido vernáculo, acusa cierto [[manierismo]], propio de la época.