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* '''[[Semana Santa]]''': De la Semana Santa sobresalen los pregones que tienen lugar en las primeras horas del Viernes Santo dentro del "Sermón de las Siete Palabras", antiguamente llamado "Sermón de Madrugada" por las horas en las que se celebra, y donde se canta la "Confortación del Ángel", "La Sentencia de Pilato" y la "Voz del Ángel". Emotivo es igualmente el desenclavamiento de la imagen de Cristo muerto que llevan a cabo los hermanos de la cofradía de "Jesús de la Humildad".
* '''Fiesta de [[Cristóbal de Licia|San Cristóbal]]''': Celebrada en el mes de julio. En ella se bendicen los vehículos tras desfilar ante la imagen
 
== Edificios significativos ==
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=== Antiguo Ayuntamiento ===
Conocida como "Casa del juzgado", en su origen fue la casa del cabildo municipal, o Ayuntamiento, del que tan solo se conserva la fachada que da a la Glorieta Pío XII.
 
Desde finales del siglo XVI, Los visitadores de la Orden de Calatrava y los regidores del cabildo municipal coincidían en que la portada del Ayuntamiento debía manifestar el poder de sus gobernantes. A imitación de otras casas de cabildos municipales, en 1.616 el cabildo decide que en la nueva fachada se ha de poner el escudo de la Villa, labor que fue encargada al cantero de Andújar Rafael Pérez, quien además realizará los maceros o "sotas de bastos" y el resto de elementos iconográficos, recibiendo por su labor, unos 800 reales. La piedra labrada, fue transportada en 35 cargas, por el carretero de Andújar, Bartolomé de Sevilla, aunque también participaron en el resto de la obra de sillería los canteros Francisco Rodríguez, de Lopera y Martín Alonso de Jándula, de Arjonilla.
 
El primitivo contrato de la fachada establecía la obligación de construir una puerta adintelada y una ventana que más tarde, en 1633 se sustituye por un balcón, ya que este elemento arquitectónico es más tardío, propio del barroco, cuando la calle se convierte en escenario de fiestas y se hace necesario habilitar un lugar en las fachadas para la contemplación de los festejos. En el caso de esta fachada del Ayuntamiento, se justifica también, por la necesidad que los gobernantes municipales tenían de mostrarse al pueblo desde ese lugar privilegiado. El balcón fue realizado por el maestro de herrería de Arjonilla, Asensio Rodríguez, mientras que los balaustres fueron traídos desde Madrid, a través del comerciante de aceite Andrés de Jáuregui.
 
La fachada se ajusta a los modelos derivados de una arquitectura religiosa, trasvasados a un edificio público, de carácter civil. Destaca el frontón triangular, elemento típico de las construcciones religiosas, en cuyo centro se sitúa una cruz en relieve. Los remates piramidales acentúan la verticalidad de la fachada.
 
Entre el balcón central y el frontón, aparecen tres escudos, el del centro, perteneciente a Felipe III, y los laterales, las armas de la Villa de Arjonilla. Sobre el dintel del balcón, aparecen tres inscripciones: En el centro, se puede leer: PLUS ULTRA (más allá), a la derecha, ALTIORA PETIMUS ( Pedimos cosas más elevadas ), y a la izquierda SOLI DEO HONOR ET GLORIA (Sólo a Dios honor y Gloria). A ambos lados del balcón, las conocidas figuras de las Sotas de Bastos, soldados a lo romano, apoyados sobre ménsulas, cuyas figuras describen curvas muy manieristas.
 
Toda la fachada es una representación gráfica de la teoría del poder en la Edad Moderna, es decir entre los siglos XVI y XVIII. El Poder del Monarca, representado por el escudo situado sobre el balcón, está legitimado por el poder de Dios, según el lema de las monedas, "Por la gracia de Dios", por eso se encuentran las armas reales bajo el frontón triangular con la cruz en relieve. En todos los municipios, los alcaldes eran representantes del Rey, verdaderos delegados regios. Por eso, cuando los alcaldes se manifestaban al pueblo, lo hacían desde el balcón, bajo el escudo del Rey. Esta autoridad delegada, se manifestaba además en la potestad de ejercer el poder, lo que representan los maceros laterales. Así, se configura toda la fachada como un retablo que instruye al pueblo sobre el origen del poder de sus gobernantes, sobre la "Autoritas", y la "Potestas".
 
La casa del Cabildo era el escenario sobre el que se realizaba el protocolo del levantamiento del pendón real, cuando un nuevo monarca ascendía al trono. Para tales ocasiones, se exponían los retratos de los monarcas, custodiados por soldados y se instalaban luminarias en determinadas festividades. Con motivo de la fiesta del Corpus, el cabildo colocaba un bufete, adornado para la adoración del Santísimo. Con esta disposición, la fachada cobraría el sentido de verdadero retablo en la calle.
 
=== Fachada en calle García Mazuelo ===
Localiza el profesor Andrés Nicás, los escudos de esta interesante fachada, en la familia Guevara-Torres Piña, si bien otros autores locales determinan que la casa perteneció a la familia Orozco y Muelas, en concreto a D. Manuel Antonio de Orozco y Briseño, caballero de la Orden de Santiago, naturales de la Villa de Portillo en el Obispado de Valladolid. Esto justificaría la presencia de la Cruz de Santiago, en el escudo central de la fachada. El pueblo, conoce este edificio como la "Casa de Martinón".
 
=== Fachada casa de Martín Carmona ===
D. Martín de Carmona Valenzuela, hijo de D. Bernardo Carmona Moreno y Dª Mencía de Rojas y Valenzuela casó a principios del siglo XVIII con Dª Inés de Ortega Vallejo y Serrano, hija de D. Marcos de Ortega Vallejo y Dª Josefa Serrano. El matrimonio, tuvo por hija a Dª Ana Margarita de Carmona Valenzuela y Ortega, casada con D. Roque Jacinto Jiménez Serrano, capitán de caballos del regimiento de Jaén. Don Martín fue regidor del cabildo municipal de Arjonilla, Síndico administrador del Convento de San Francisco, y administrador de la Encomienda de la Peña de Martos, según los poderes otorgados por el Marqués del Valle en 1.737.
 
Como personajes más destacados de la nobleza de Arjonilla en el siglo XVIII, necesitaban de unas casas principales que manifestaran su linaje. Hacia 1720, el matrimonio adquiere una casa lindante a la callejuela que sale a la carrera de los Molinos, con el fin de hacerse con unas casas que ocuparan toda la manzana, con la inclusión de la ermita de la Concepción entre sus dominios, si bien la extensión de estas casas pertenecía a la familia de su mujer, Dª Inés de Ortega Serrano. Para esta ermita de la "Concebida", el matrimonio costeó dos imágenes, una de San Martín, y otra de Santa Inés, realizadas en Granada.
 
A la muerte temprana de su hija, el matrimonio aplica su hacienda en la fundación de obras pías. En 1736, agregan bienes al pósito pío, y por su testamento, costean la fábrica de una escuela de gramática en el Convento de Santa Rosa, además de una lámpara de plata con peso de 400 onzas, y una imagen de San Francisco. Además de las dos mil misas que se encargan por el alma de D. Martín de Carmona Valenzuela, dejó una importante suma para la intención que había en Arjona de fundar un hospicio en el Santuario de los Santos Bonoso y Maximiano, con la obligación de realizar una misión durante 8 días, comenzando en el día de San Martín. A su muerte se inventariaron gran número de alhajas, cuadros, entre ellos el de la Manifestación de la Virgen del Pilar a Santiago, que hoy se conserva en la sacristía, un gran número de libros y varios coches, uno forlón, otro chaparra otro Berlina y un carrocín.
 
=== Fachada casa del Marqués de la Merced ===
A finales del siglo XVIII, la familia de los Jiménez en Arjonilla, se afianza en el consistorio local, presencia que puede ser rastreada hasta el reinado de Isabel II, en el que termina el tránsito del Antiguo Régimen hacia unas instituciones municipales constitucionales, período en el que la historia socio-política de Arjonilla es protagonizada por las distintas bifurcaciones de este linaje.
 
Si en el siglo XVII los Jiménez de Arjonilla se habían unido matrimonialmente con la hidalguía local, lograron emprender en la segunda mitad del XVIII un sistema de alianzas con el fin de ligarse familiarmente con la más destacada nobleza giennense, tal vez por el renombre que el título de marqués de Santa Rosa otorgó al linaje. En primer lugar lo hicieron con los Pérez de Vargas de Andújar, quienes reciben varios títulos, entre ellos el marquesado de la Merced que se unirá a mediados del XIX al de Santa Rosa de los Jiménez de Arjonilla. Posteriormente varios miembros de los Jiménez de Soto emparentan con el apellido Del Río de la ciudad de Jaén. Esto permitirá afianzar su primacía entre la sociedad local de la época al verse beneficiados por el poder regio, que los legitimaba por encima de los hijosdalgo de la Villa, para constituirse en representantes notables de la autoridad real en el cabildo municipal. La manifestación de ese poder en el urbanismo, quedó patente en las principales casas palaciegas situadas en los más importantes enclaves de la población y con singularidad, junto a la fortaleza de la Villa, transformada en el XIX para el solaz de sus nobles moradores.
 
Esta casa conocida popularmente como "Casa del Marqués", o "Cuartel viejo", estuvo habitada a finales del siglo XVIII por el matrimonio formado por D. Bernardo Jiménez Cano y Doña Leonor Pérez de Vargas y Zambrana. Durante este tiempo y buena parte del siglo XIX, la casa palaciega estuvo ricamente amueblada, con interesantes cuadros devocionales e históricos. Asimismo poseían una carta manuscrita de Santa Teresa, una reliquia de la misma Santa y una interesante biblioteca. A principios de este siglo, la casa pertenece a la familia Parras Jiménez, habitando en ella el célebre cura Parras, y con posterioridad, los últimos propietarios la venderán al Ayuntamiento de la localidad.
 
=== Fachada Jiménez-Morales ===
El siglo XVIII será para el linaje de los Jiménez el punto de partida hacia la consolidación en la nobleza local, pues con las concesiones de Felipe V al término de la Guerra de Sucesión, comienzan a otorgarse unos títulos nobiliarios que en el caso de Arjonilla, afianza el poder de la aristocracia. La primera personalidad que recibe los favores del nuevo monarca es D. Diego Jiménez de Morales, hijo de D. Bernardo Félix Jiménez Serrano y Doña Tomasa Francisca de Morales, este último, hermano de D. Roque Jacinto Jiménez Serrano, caballero de Calatrava y capitán de caballos cosacas del regimiento de Jaén.
 
Don Diego Jiménez fue también caballero de la Orden de Calatrava, regidor en el cabildo municipal y alcalde de la Santa Hermandad. Nombrado gobernador de Lima (Perú) y Gentil Hombre por una Real Cédula 1711, por la que marcha "a la provincia de tierra firme".En 1723 recibe los nombramientos de Vizconde de San Roque y Marqués de Santa Rosa de Lima, títulos que permanecerán vinculados a los Jiménez de Arjonilla. Sobre sus posesiones, éstas son bastante reducidas en la localidad, donde tan sólo contaba con una casa en la calle Llana, junto a la que se encontraba el horno " de pan cocer ", propiedad de su hermano D. Roque Jiménez de Morales, administrador de sus bienes. A éste último pertenecen las casas que vemos en las imágenes.
 
D. Roque Jiménez de Morales nació de D. Bernardo Félix Jiménez Serrano y Francisca Morales Velasco. Regidor del cabildo municipal de la Villa de Arjonilla desde 1.712, por el Estado de los Hijosdalgo, y casado con María Cano Muciente y Astorga, natural de Gibraltar, ambos avecindados en la calle del Arco. D. Roque Jiménez, en su labor como regidor, había destacado por la dedicación al culto que el cabildo oficiaba en la festividad de San Roque. Se destacó también en otras devociones de la religiosidad popular de la Villa, como el culto a Nuestro Padre Jesús Nazareno, en cuya ermita poseían los Jiménez- Serrano- Morales una bóveda para sepulturas.
 
Uno de sus hijos, D. Bernardo Benito Jiménez Cano Morales Astorga y Muciente, casó con Dª. Leonor Pérez de Vargas. Fue regidor perpetuo de la Villa, cargo que cede a su hijo D.Eufrasio Jiménez Pérez de Vargas en 1802. Éstos, habitaron la casa conocida del Marqués de la Merced, mientras que otros descendientes mantuvieron el esplendor de esta casa en el Mercado, en cuya coronación, un león sostiene el escudo del Marqúes de la Merced.
 
=== Plaza de la Encarnación ===
En palabras de Juan Muñoz Cobo, Arjonilla ha sido la cuna y solar de ilustres linajes, como son los Acuña y los Lara, los Ayllón, Coello de Portugal, Valenzuela y Jiménez, diferenciados estos últimos en dos ramas: Los Jiménez Navas, a uno de cuyos miembros nacido en esta villa se entregó el condado de Monte Real y los Jiménez Cano, a quienes correspondía el marquesado de la Merced y el Condado de Santa Engracia. También, los Serrano, del Duque de la Torre de Arjona, pertenecen a un linaje establecido en Arjonilla, desde el siglo XVI, estando documentado su origen en los Serrano de Ávila. Al mismo tiempo pertenecen los Jiménez, aunque éstos descienden de los caballeros del Arco de la Ciudad de Baeza, desde los mismos tiempos de la reconquista. La presencia de todos estos linajes en la Villa de Arjonilla, ha quedado significada en los últimos escudos recuperados de las antiguas casas nobiliarias, y que ahora son testigos desde la Plaza de la Encarnación, de la antigua nobleza de esta Villa.
 
=== Cruz calle Comisarios ===
Entre las calles de Arjonilla destacan otros elementos como las hornacinas dedicadas a devociones religiosas. Una de ellas es esta hornacina monumental de la Santa Cruz en la Calle Comisarios, en la que según la tradición oral, se dio muerte al hijo de un alcalde. La realidad de los hechos, se encuentra bien documentada, ya que la persona cuya muerte conmemora esta cruz es el nieto de D. Luis Díaz de Aguilera, fundador del Convento franciscano de Santa Rosa de Viterbo. Precisamente fue la muerte de este personaje y la falta de herederos directos de la Hacienda de D. Luis, la que motivaron la fundación conventual.
 
Según las Crónicas Franciscanas. "Uno de los más principales en calidad y hacienda de la Villa de Arjonilla era Don Luis Díaz de Aguilera, regidor perpetuo de dicha Villa, Alcalde Mayor de Rondas y Familiar del Santo Oficio de la Inquisición. Nació heredero de su lucido caudal un hijo llamado Don Luis de Aguilera y Perales, que casado con Doña Isabel Antonia de Venavides Valenzuela y Carvajal, tuvo por feliz sucesor otro varón a quien en lo florido de sus años, y sin tomar estado mataron de un balazo, sin poderse averiguar el agresor. A esta fatalidad acompañó la del padre, que estando en la Iglesia de Arjonilla, se cayó muerto sin poder hacer diligencia alguna; y de uno y otro sepulcro dispuso Dios nuestro Señor saliese la rosa de ese monasterio, que se funda con el título de Santa Rosa, pues por sus muertes se aplicó para la fundación toda la hacienda"
 
La muerte de D. Luis de Aguilera Valenzuela, acaecida en 1.671, está signada en el basamento que sostiene la cruz. La sabia tradición popular mantenía la opinión que en el lugar se había dado muerte al hijo de un alcalde, y en efecto, el hijo de Don Luis Díaz de Aguilera, y padre del difunto, desempeñó en vida el oficio de regidor del concejo municipal y la vara de alcalde por el estado noble. En la sección de causas criminales del Archivo Diocesano, se encuentra el inicio de procesamiento contra los dos principales inculpados en el asesinato, los presuntos clérigos de menores órdenes D. Jorge de Contreras Torres y Francisco de Torres.
 
Bajo un arco de medio punto realizado en sillería de piedra en la que se alterna el ladrillo, aparece esta cruz. Una reforma del año 1882, añadió a la composición unos pequeños pináculos en los que se grabó equivocadamente la fecha que muestra el pilar. Por error fue interpretada la fecha de 1.611, si bien el año que figura en el basamento es el de 1.671.
 
=== Hornacina calle Cristo ===
En la antigua calle de las Nevadas, conocida actualmente como "Calle Cristo", Doña Petronila de Lara mandó construir esta pequeña hornacina hacia 1740. Se trata de otra hornacina devocional, para la que su propietaria mandó perpétuamente la carga de mantener todos los días del año una lámpara que alumbrase la imagen del Cristo. Cuando en 1.746 realiza el testamento Dª Petronila de Lara, establece que la casa pase a sus herederos, con la obligación de mantener encendida la lámpara, exigencia que debía ser observada por el Prior de la Parroquia de la Encarnación, obligado a amonestar a los propietarios en caso de que la voluntad de Doña Petronila no se cumpliera.
 
No pasan de largo quienes caminan por esta calle ante la hornacina del Cristo. Las calles de Arjonilla están llenas de recuerdos de su noble pasado y de la Historia de quienes vivieron en tiempos pretéritos. Al contemplar a través del cristal esta imagen, podemos recordar los versos del poeta de Arjonilla, bajo la sombra de las cinco cruces, que reciben al caminante, con sus brazos abiertos.
 
== Biodiversidad ==