Diferencia entre revisiones de «Jornadas de Mayo de 1937»

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Desde que fracasase la [[Golpe de Estado de julio de 1936 en Barcelona|rebelión militar en Barcelona en julio de 1936]] la ciudad de [[Barcelona]] y, con ella a la cabeza, toda la región catalana habían quedado bajo control de las milicias obreras, especialmente la sindical anarquista [[Confederación Nacional del Trabajo|CNT]]-[[Federación Anarquista Ibérica|FAI]], pero también de la socialista [[UGT]]. Recién tomados los últimos cuarteles en rebeldía, los líderes anarquistas se reunieron con [[Lluís Companys|Companys]] y resultado de esta reunión fue la constitución del [[Comité Central de Milicias Antifascistas de Cataluña]], el verdadero gobierno de Barcelona y toda Cataluña, donde estaban representados la mayoría de partidos del [[Front d'Esquerres de Catalunya|Front d'Esquerres]] (marca del Frente Popular en Cataluña); la [[Generalidad de Cataluña|Generalidad]] y el gobierno central habían perdido todo margen de actuación y asistieron pasivos ante la [[Revolución social española de 1936|revolución que estaba teniendo lugar]] en Cataluña y que se extendió hasta [[Consejo Regional de Defensa de Aragón|Aragón]]. Las industrias se habían colectivizado, pero siempre se encontraban el mismo problema cuando acudían a los bancos (colectivizados, pero bajo control comunista y la Generalidad) a solicitar créditos y se los negaban por no estar supervisadas por la Generalidad.<ref>Hugh Thomas, p.590</ref> En [[octubre]] el Comité se autodisolvió y sus miembros pasaron a ser los ''consellers'' del gobierno de la Generalidad de Cataluña. Pero las [[Patrullas de Control]] (organismo revolucionario de carácter represor y controlada por la CNT-FAI) continuaron su política de terror con total libertad, vista la imposibilidad del gobierno catalán de poderlas controlar.
 
El clima de desconfianza y enfrentamientos estaba presente no solo entre las instituciones republicanas y las organizaciones obreras, sino inclusive mismo entre estas, especialmente entre los anarquistas, por un lado, y los socialistas, nacionalistas catalanes y comunistas, por otro. Incluso entre los comunistas existía una fuerte división. Por un lado se encontraban los comunistas estalinistas del [[PCE]] y el [[PSUC]], que seguían la doctrina oficial de la [[URSS]], además de ser partidarios de llevar la guerra y la revolución de forma separada, así como la defensa del orden burgués de la [[Segunda República Española|Segunda República]].<ref>Hugh Thomas, p.796</ref> El PCE constituía el partido comunista mayoritario en todo el país mientras el PSUC era la principal organización comunista en Cataluña. En el otro extremo, los comunistas anti-autoritarios del [[POUM]] (semejantes a los trotskistas), radicalmente opuestos a Stalin y partidarios de la [[Revolución]] a la vez que se hacía la guerra (motivo por el que coincidieron con los anarquistas).<ref>Hugh Thomas, p.700</ref>
 
La tensión fue en aumento desde el invierno debido a una serie de sucesos en cadena que calentaron el clima político y prepararon el camino para lo que luego tendría lugar. La campaña del [[PCE]] contra el [[POUM]] ya había empezado durante la celebración de una conferencia en Valencia, durante el mes de [[marzo]]. Durante la misma, se vilipendió a los líderes del POUM y se les acusó de ser agentes nazis encubiertos bajo una falsa propaganda revolucionaria, constituyendo unos agentes enemigos infiltrados en el [[Segunda República Española|país]].<ref Name="Thomas701">Hugh Thomas, p. 701</ref> El POUM había llegado a proponer que se invitara a residir en Cataluña a [[León Trotski|Trotski]], a pesar de sus discrepancias con este.<ref Name="Thomas701" /> Los dirigentes del POUM se mostraban cada vez más recelosos a medida que avanzó la primavera de 1937. La tensión en las calles de Barcelona empezaba a ser palpable a la llegada de aquella caliente primavera: las incontrolables Patrullas de Control bajo dirección de [[Josep Asens Giol]] seguían deteniendo arbitrariamente y cometiendo asesinatos en sus famosos ''paseos''. Otras patrullas anarquistas practicaban las ''expropiaciones'' privadas, que no eran otra cosa que simples robos.<ref>Martínez Bande, ''La invasión'', p. 278</ref> [[Josep Tarradellas|Tarradellas]], como mano derecha de Companys, estaba decidido a unificar las fuerzas de seguridad en Cataluña bajo un solo mando y acabar, de esta manera, con las Patrullas de Control.<ref>Hugh Thomas, p.703</ref> Cuando el 26 de marzo, Tarradellas prohibió que los miembros de la policía tuvieran filiación política y al mismo tiempo dictó la entrega de todas las armas que tuvieran los partidos políticos, los anarquistas se retiraron del Gobierno de la Generalidad de Cataluña.<ref Name="Thomas704">Hugh Thomas, p. 704</ref> La crisis abierta obligó a Companys a ceder ante las exigencias anarquistas y estos siguieron conservando sus armas y continuaron las Patrullas de Control.<ref Name="Thomas704" />