Diferencia entre revisiones de «Hermann Fegelein»

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Por su parte, el [[26 de abril]] de 1945, Fegelein tomó dinero, ropa civil y se ausentó del búnker dirigiéndose a un apartamento privado en los suburbios de la capital berlinesa. La idea de Fegelein era fugarse con su amante a [[Suecia]].
 
El 28 de abril enpor la tarde, al, conocerse la traición de Himmler, Fegelein es llamado a presencia de Hitler y alcuando se descubrirdescubrió que no se encontraba en su puesto, se ordenaordenó a la [[Gestapo]] que lo detengadetuviera en calidadacusado de [[desertordeserción]].
Esa misma noche es ubicadodetenido, gracias a los datos proporcionados por el SS-Obersturmbannführer [[Erich Kempka]], sin uniforme, en completo estado de ebriedad, en suun apartamento berlinés en compañía de una mujer extranjera, la cual fue igualmente detenida bajo la sospecha de espionaje.
Eva Braun, según algunas versiones, intentó intercederintercedió por Fegelein ante Hitler intentando convencerle de que su hermana estaba embarazada y que la muerte de su cuñado no aportaba nada; pero no hubo casomanera.<ref>[http://www.waffen-ss.no/SS-Kavallerie-Division-Florian-Geyer.htm Biografía de Hermann Fegelein]</ref>
 
Fegelein fue llevado detenido a los estacionamientos del búnker, donde esfue interrogado por los SS-Gruppenführer [[Heinrich Müller]] (jefe de la [[Gestapo]]) y [[Johann Rattenhuber|Rattenhuber]] y el SS-Brigadeführer [[Wilhelm Mohnke]].
Se le intentó formar un consejo de guerra, pero su avanzado estado etílico frustró estala posibilidad de poder defenderseautodefenderse de las graves acusaciones.
El SS-Brigadeführer [[Wilhelm Mohnke|Mohnke]] declaró acerca de este suceso:
{{cita|Decidí que el hombre acusado [Fegelein] merecía un juicio por oficiales de alto rango. Preparé el consejo de guerra en una habitación al lado de mi puesto de mando. Los jueces militares teníamos en nuestra mesa el manual del Ejército alemán para los Tribunales de Guerra, que era el Código que íbamos a utilizar. Tan pronto como nos sentamos, el acusado comenzó a actuar de una manera tan escandalosa que el juicio ni siquiera podía empezar. Borracho, loco, con los ojos desorbitados, Fegelein ponía en tela de juicio la potestad y autoridad de nuestro Tribunal. Siguió balbuceando que él era responsable ante Himmler y únicamente ante Himmler, y no ante Hitler... Se negó a defenderse. El hombre estaba en un estado miserable: chillando, gimiendo, vomitando, temblando como una hoja de álamo movida por el viento. Me encontré de pronto contra una situación imposible. Por un lado, sobre la base de todas las pruebas disponibles, incluidas sus declaraciones anteriores, aquel oficial era culpable de deserción de una forma clara y flagrante. Sin embargo, el manual del ejército establecía claramente que ningún soldado alemán podía ser juzgado a menos que tuviera pleno control sobre sus capacidades mentales y físicas y que estuviera en condiciones de escuchar las pruebas en su contra. [...] En mi opinión y en la de mis compañeros, Hermann Fegelein no estaba en condiciones para enfrentarse a un juicio, ni para tenerse en pie. Cerré el procedimiento. Devolví a Fegelein al SS-Gruppenführer Rattenhuber y a su equipo de seguridad. Nunca más volví a ver a aquel hombre.<ref>Márquez Periano, José A. ''El Bunker de Hitler''. QualityEbooks (Edición 2001) ; ISBN 978-84-96789-40-1</ref>}}
{{cita|Decidí que el hombre acusado [Fegelein] merecía un juicio por oficiales de alto rango. Preparé el consejo de guerra en una habitación al lado de mi puesto de mando. Los jueces militares teníamos en nuestra mesa el manual del Ejército alemán para los Tribunales de Guerra, que era el Código que íbamos a utilizar.
Tan pronto como nos sentamos, el acusado comenzó a actuar de una manera tan escandalosa que el juicio ni siquiera podía empezar. Borracho, loco, con los ojos desorbitados, Fegelein ponía en tela de juicio la potestad y autoridad de nuestro Tribunal. Siguió balbuceando que él era responsable ante Himmler y únicamente ante Himmler, y no ante Hitler... Se negó a defenderse. El hombre estaba en un estado miserable: chillando, gimiendo, vomitando, temblando como una hoja de álamo movida por el viento.
Me encontré de pronto contra una situación imposible. Por un lado, sobre la base de todas las pruebas disponibles, incluidas sus declaraciones anteriores, aquel oficial era culpable de deserción de una forma clara y flagrante.
Sin embargo, el manual del ejército establecía claramente que ningún soldado alemán podía ser juzgado a menos que tuviera pleno control sobre sus capacidades mentales y físicas y que estuviera en condiciones de escuchar las pruebas en su contra. [...] En mi opinión y en la de mis compañeros, Hermann Fegelein no estaba en condiciones para enfrentarse a un juicio, ni para tenerse en pie. Cerré el procedimiento. Devolví a Fegelein al SS-Gruppenführer Rattenhuber y a su equipo de seguridad. Nunca más volví a ver a aquel hombre.<ref>Márquez Periano, José A. ''El Bunker de Hitler''. QualityEbooks (Edición 2001) ; ISBN 978-84-96789-40-1</ref>}}
 
Una vez desposeído de su rango militar, fue ejecutado sumariamente por ametrallamiento en el subterráneo de la cancillería, en la mañana del [[29 de abril]] de [[1945]] por orden directa de [[Adolf Hitler|Hitler]] bajo la acusación de estar involucrado en las gestiones no autorizadas para negociar un acuerdo de paz, llevadas a cabo por Heinrich Himmler a través del conde [[Folke Bernardotte]].
 
Su cuerpo probablemente aún se encuentre bajo metros de tierra en una de las fosas comunes que se establecieron alrededor de la derruida Cancillería.