Diferencia entre revisiones de «Adriano VI»

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En una solemne declaración el 8 de marzo de 1522 Adriano VI aceptó la elección. En ella proclama su confianza en Cristo, «que le dará fuerza, aun siendo indigno, para defender a la cristiandad contra los ataques del mal, y para reducir, al ejemplo del Buen Pastor, a la unidad de la Iglesia a los que yerran y están engañados».<ref>PASTOR, Papstgesch. IV, 2 p. 35</ref> Enseguida emprende el viaje, acompañado de su inseparable secretario y biógrafo, el doctor [[Blas Ortiz]], siguiendo el curso del Ebro hasta [[Tarragona]], ciudad en la que embarcó para Roma para tomar posesión de la silla apostólica. La ceremonia de coronación fue el [[31 de agosto]].
 
A la llegada del Papa, reinaba la peste en la Ciudad Eterna. Al día siguiente de su coronación Adriano pidió ayuda a los cardenales para su doble proyecto: la unión de los príncipes cristianos para combatir al turco y la reforma de la curia, entre esas reformas destaca la eliminación de la figura del "sexador" de papas, vigente desde el siglo IX. Sin embargo, tuvo dificultades entre los cardenales, no habituados a su estilo de vida sobrio y austero. Su costumbre de celebrar misa a diario, algo insólito entonces, producía rechazo. En el consistorio de 26 de marzo de 1523 el Cardenal de Santa Croce quiso pedir la confirmación de los indultos y privilegios concedidos por León X. Cuando el cardenal le recordó la inaudita amabilidad con que los cardenales lo habrían elegido Sumo Pontífice, Adriano contestó que lo habían llamado al martirio y a la cárcel. Allí tenía una Iglesia agotada y pobre, por lo que les debía muy poco; ellos habían sido más bien sus verdugos.
 
Curtido en los avatares políticos antes de acceder a la [[Santa Sede]], su breve paso por ella (poco más de un año) no le ofreció oportunidad de utilizar la experiencia adquirida en las tareas de estado. Pudiera pensarse que, en todo caso y por amor del débito de la suma dignidad eclesiástica a su patrocinador Carlos V, iba a ser un pontífice dócil y sumiso al emperador, pero no fue así o no, al menos, de forma incondicional.