Diferencia entre revisiones de «Rebelión árabe»

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== Los árabes bajo la administración otomana ==
[[Archivo:Flag_of_Hejaz_1917.svg|thumb|[[Bandera de la Rebelión Árabe]].]]
A principios del [[siglo XX]], el [[Imperio otomano]] había perdido la mayor parte de sus posesiones europeas en los [[Balcanes]], restando apenas [[Albania]] y la región de [[Tracia]], con la nueva frontera apenas a 200 kilómetros de Estambul. El gobierno otomano decidió reforzar entonces las posesiones asiáticas desde [[1908]] y bajo la influencia de la élite nacionalista de los [[Jóvenes Turcos]] se planteaba establecer alianzas más sólidas con el grupo étnico más numeroso del imperio, luego del turco: los [[pueblo árabe|árabes]], tendiendo paulatinamente hacia un modelo ''bicéfalo'' similar al [[Imperioimperio Austrohúngaro|austrohúngaro]].
 
Los pueblos árabes, sin embargo, vivían desde hacía unas décadas su [[Nahda]] o ''renacimiento cultural'' que llevaba aparejada la formación de una conciencia nacional propia que oponían a la difusa "identidad oficial" otomana e incluso a la pertenencia a la fe [[Islam|islámica]] oficial del Imperio y común a la mayor parte de sus súbditos. Asimismo, la [[aristocracia]] árabe, que por largo tiempo había disfrutado de cierta autonomía en cuestiones culturales y de administración interna, empezaba a resentir el programa de los [[Jóvenes Turcos]] que deseaban ''resaltar el carácter turco'' de las instituciones gubernamentales.
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Este [[nacionalismo árabe]] incipiente fue en un primer momento cultural y con el tiempo se concretó en reivindicaciones de autogobierno. En todas las capitales árabes del Imperio surgieron foros y organizaciones nacionalistas cuyas actividades fueron reprimidas por las autoridades otomanas, aunque su fuerza era tal que en ocasiones tuvieron que transigir ante ellas. Fue especialmente importante en este sentido el ''Congreso Panárabe'' celebrado en [[París]] en [[1913]]. Un elemento de no poca importancia en los enfrentamientos políticos de la región era la construcción de una [[ferrocarril|vía férrea]] que, con la excusa de facilitar la peregrinación a [[La Meca]], iba a servir en realidad para la movilización rápida de tropas otomanas así como ejercer un control más directo de la burocracia de [[Estambul]] sobre los territorios árabes. Se trataba del [[Ferrocarril del Hiyaz]], que conectaba [[Damasco]] y [[Medina]] y era visto por los nacionalistas árabes como una amenazadora herramienta de penetración y control imperiales.
 
Al estallar la [[Primera Guerra Mundial]], el [[sultán]] otomano [[Mehmed V]], en su calidad de [[califa]] o cabeza del [[Islam]], llamó a sus súbditos musulmanes al [[yihad]] contra los aliados ([[Tercera República Francesa|Francia]], [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]] y [[Imperio ruso|Rusia]]). Este intento, habitual por otra parte, de manipular los sentimientos religiosos de los musulmanes en favor de los intereses de las [[Potencias Centrales]], encontró resistencia en muchos árabes, que, por el contrario, vieron en el estallido del conflicto mundial una oportunidad de deshacerse de la tutela otomana.
 
== La rebelión ==
[[Archivo:Sharif Husayn cropped.JPG|300px|thumb|Hussein ibn Ali, jerife de La Meca]]
El [[jerife]] [[Husayn ibn Ali, jerife de La Meca|Husayn ibn Ali]] (o Husein) de [[La Meca]], [[guardián de los santos lugares]] del [[Islam]] y figura de prestigio en la aristocracia árabe, era padre de dos representantes árabes en las instituciones de [[Estambul]] —[[Abd Allah ibn Husayn|Abd Allah]], vicepresidente del parlamento, y [[Faysal ibn Husayn|Faysal]], diputado por [[YedaJedda]]. Hussein ibn Ali mantenía fuertes recelos ante las intenciones del gobierno otomano de "asimilar" a los pueblos árabes y aumentar su control sobre éstos, y había sido ya tanteado por el [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]] a través de su hijo Abdallah como posible aliado contra los otomanos en caso de guerra. Así, cuando el [[Imperio Otomano]] entró en la [[Primera Guerra Mundial]] al lado de las [[Potencias Centrales]] en diciembre de [[1914]], el general británico [[Horatio Kitchener]] intentó provocar el levantamiento de las tropas del jerife con un mensaje enviado a través del [[alto comisario]] británico en [[El Cairo]] en el que se decía que «si la nación árabe se coloca a su lado en esta guerra, [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]] [...] dará a los árabes toda la ayuda necesaria contra una agresión extranjera».
 
Era la oportunidad, para el [[jerife]] y los nacionalistas árabes, de crear un Estado propio, liberado de la tutela otomana y con el beneplácito aliado, que agrupara a los árabes del [[Imperio Otomano]]. Este primer contacto derivó en la [[correspondencia Husayn-McMahon]] entre Husayn y [[Henry McMahon]], [[alto comisario]] británico en [[El Cairo]], entre [[1915]] y [[1916]]. El jerife quiso concretar el ofrecimiento británico en la constitución de un reino árabe que comprendiera [[Península Arábiga|Arabia]] y los actuales [[Siria]], [[Líbano]], [[Israel]], los [[Territorios Palestinos]], [[Jordania]] e [[Irak]]. Tras ciertas reticencias, la parte británica acepta la idea aunque imponiendo ciertos recortes territoriales, al margen de los cuales «El [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|Reino Unido]] está preparado para reconocer y apoyar la independencia de los árabes en todas las regiones comprendidas dentro de las fronteras propuestas por el jerife de La Meca» (Carta del [[24 de octubre]] de [[1915]]). Los territorios excluidos eran los considerados estratégicos para los aliados: el litoral [[mediterráneo]] de la actual [[Siria]], el [[Líbano]] y el sur de [[Irak]].
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En la rebelión participa el oficial británico [[Thomas Edward Lawrence]], llamado ''Lawrence de Arabia'', cuya misión es coordinar los avances árabes con los objetivos aliados. Lawrence afirma, en sus memorias de la revuelta, tituladas ''Los siete pilares de la sabiduría'', creer sinceramente en la promesa británica de apoyar la creación de un Estado árabe, que, sin embargo, era falsa como se desvelaría pronto. En efecto, los secretos [[Acuerdos Sykes-Picot]] de [[1916]] dividen toda la región entre [[Tercera República Francesa|Francia]] y el [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda]], y a ellos se añade la [[Declaración Balfour]] de [[1917]], que muestra el apoyo británico a la creación de un «hogar nacional [[Pueblo judío|judío]]» en [[Estado de Palestina|Palestina]].
 
Los acuerdos permanecen en secreto hasta que la [[Revolución rusa de 1917|revolución en Rusia]] lleva al poder a los [[bolchevique]]s en noviembre de [[1917]], quienes los hacen públicos. El gobierno otomano denuncia entonces la maniobra aliada y a inicios de [[1918]] proponen a los árabes un estatuto de autonomía, pero para esas fechas los triunfos bélicos de las tropas árabes hacen imposible que éstas se sometan a las condiciones ofrecidas por Turquía. De hecho, el ejército otomano ha perdido el control sobre vastas áreas de territorio árabe y la iniciativa ha pasado claramente a los rebeldes y sus aliados [[Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda|británicos]]. El apoyo franco-británico a la revuelta árabe aumenta, mientras que a inicios de octubre de 1918 las derrotas de los [[Imperios centrales]] en el frente europeo reducen las posibilidades de seguir prestando apoyo al [[Imperio Otomano]]. Finalmente, el [[30 de octubre]] de [[1918]] se firma el [[armisticio de Mudros]] con los aliados, donde las tropas otomanas acuerdan un cese de hostilidades.
 
Para salir de la situación creada por la publicación de los acuerdos Sykes-Picot, británicos y franceses hacen una declaración conjunta el [[9 de noviembre]] en la que afirman que el objetivo que persiguen es «la liberación completa y definitiva de los pueblos tan largo tiempo oprimidos por los turcos», «animando y ayudando» al establecimiento de «gobiernos y administraciones indígenas en Siria y Mesopotamia» en los territorios liberados. Insisten en que no pretenden «imponer» a los pueblos locales «tales o cuales instituciones», sino «asegurar, mediante su apoyo y una asistencia eficaz, el funcionamiento normal de los gobiernos y administraciones que ellos se den libremente». El texto parece apoyar las pretensiones de autodeterminación que animan la rebelión árabe, pero al mismo tiempo habla de ''gobiernos'' y ''administraciones'', en plural, de Siria y de Mesopotamia por separado y de ''asistencia'', lo que remite a la intención de dividir el territorio en zonas de influencia y de establecer tutelas y mandatos sobre los gobiernos locales.
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Sin embargo, los sucesivos tratados de [[Conferencia de San Remo|San Remo]] y [[Tratado de Sèvres|Sèvres]] ([[1920]]) hacen de respaldo ''legal'' de los intereses colonialistas y establecen a pesar de todo el reparto definitivo de la región entre las dos grandes potencias, reparto que será sellado por una resolución de la [[Sociedad de Naciones]] aprobando el texto de los mandatos en [[1922]]. Ochenta mil soldados franceses desplegados en Siria forzarán a Faysal a exiliarse, estableciéndose el [[Mandato Francés de Siria|mandato francés sobre el país]] y la que fuera una región del mismo, el [[Líbano]], ahora segregado y convertido en el ''Estado de [[Gran Líbano]]'' bajo control francés. De hecho Francia planifica y fragmenta aún más el territorio sirio en Estados ''independientes'' y regiones ''autónomas'', aunque más tarde se vea forzada a abandonar estos proyectos debido a la gran hostilidad local, debiendo mantener a Siria unificada.
 
En la zona británica, las ''[[vilayet]]s'' (provincias) otomanas de [[Mosul]], [[Bagdad]] y [[Basora]] se unen para formar una entidad nueva llamada [[Irak]], bajo mandato británico, en cuyo trono se coloca al príncipe Faysal. Bajo mandato británico queda también [[Mandato Británico de Palestina|Palestina]], que se comunicará con Iraq a través de un pasillo en el desierto al que llamarán ''[[Transjordania]]'' (más adelante [[Jordania]]) poniendo al príncipe Abd Allah como rey. Se conforma de este modo en gran medida lo que será el mapa de [[Oriente Medio]] en las décadas siguientes.
 
En la actualidad, los [[hachemí]]es descendientes del emir Abd Allah siguen gobernando en [[Jordania]], país que a pesar de haber sido creado de la nada ha mostrado una sorprendente estabilidad. Es la monarquía jordana quizá la institución que más se reclama como heredera de la rebelión árabe.