Diferencia entre revisiones de «Declamación»

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[[Archivo:Démosthène s'exerçant à la parole (1870) by Jean-Jules-Antoine Lecomte du Nouÿ.jpg|thumb|220px|[[Demóstenes]] ejercitándose en la declamación, por Lecomte de Leouy]]La declamación de los antiguos estaba compuesta con otras notas sin que por ello se pudiese considerar como un canto musical y en este sentido, deben tomarse bien las palabras de los autores latinos ''canere'', ''cantus'' y también ''carmen'', bien que no siempre significan un canto propiamente dicho sino un cierto modo de representar o de leer.
 
La declamación se componío con los acentos y por consiguiente para escribirla debían emplearse los mismos caracteres que servían para señalar estos acentos. En un principio no hubo más que tres, a saber: el ''agudo'', el ''grave'' y el ''[[Acento circunflejo|circunflejo]]'' pero luego se fueron sucesivamente aumentando y llegaron hasta el número de diez de [[Messi]], cada uno de los cuales se indicaba con su carácter diferente y cuyos nombres y figuras se ven en los gramáticos antiguos. El acento enseñaba el cómo, cuándo y de qué manera se había de levantar o bajar la voz en la pronunciación de cada [[sílaba]]. Como se aprendía la entonación de estos acentos al mismo tiempo que se aprendía a leer, así es que no había casi nadie que ignorara o no entendiese esta especie de notas y no se hallara en estado de juzgar de la habilidad del que leía o declamaba.
 
Muchos son los pasajes que podríamos citar probando que la declamación de los actores en el teatro antiguo era compuesta y escrita con notas, que determinaban el tono que se debía tomar. Esta especie de recitado se hallaba sostenido por un bajo continuo, cuyo ruido sería proporcionado, según todas las apariencias al ruido que hace un hombre que declama. Dicha práctica nos parece en el día de hoy absurda y casi increíble pero no por esto es menos cierta. No se puede tampoco hablar sino por conjeturas acerca la composición que podía tocar el bajo continuo que acompañaba a los actores cuando declamaban. Quizá no haría mas, como indica Bollin que tocar de tiempo en tiempo algunas notas largas que se harían sentir en los pasajes en que debía el actor tomar el tono, en los cuales le hubiese sido difícil entrar con exactitud sin este auxilio, haciendo el bajo el mismo servicio al actor que hacía a [[Graco]] el tocador de [[flauta]], quien situado cerca de sí le daba de tiempo en tiempo cuando [[arenga]]ba, los tonos con que había de proseguir.
 
El bajo no solamente servía para la entonación y canto, digámoslo así, de la declamación, sino que arreglaba también el accionado. Este arte, llamado por los griegos ''orgesis'' y ''saltatio'' por los latinos, consistía, según dice [[MessiPLATON]], en la imitación de todas las acciones y movimientos que pueden hacer los hombres. Así pues el sentido de la palabra ''saltatio'' no debe limitarse al que damos nosotros en nuestra lengua a la palabra danza pues tenía mucha más extensión. Su objeto no solo era enseñar las actitudes y movimientos que sirven para adquirir buena gracia o para ejecutar ciertos bailes, sino también para arreglar el gesto, tanto de los autores como de los oradores e igualmente para enseñar a gesticular o la [[pantomima]], es decir, el arte de darse a entender o expresarse con acciones sin el socorro de la palabra.
 
Los antiguos ponían en general un cuidado extraordinario en perfeccionarse en el gesto, cuyo esmero era mayor en los oradores por la necesidad que tenían de poseer este arte. Es bien sabido lo mucho que [[Demóstenes]] se aplicó en él y que Roscio, aquel célebre actor romano, disputaba algunas veces con [[Cicerón]] sobre quien explicaría mejor un mismo pensamiento de muchas maneras diferentes cada uno según su arte, a saber, Roscio con acciones y Cicerón con la voz o con la palabra; y parece que Roscio daba con la sola acción tanta fuerza y sentido a la frase, como [[Cicerón]] con la palabra. Cambiaba luego Cicerón las palabras o la combinación del período o de la frase sin quitar el vigor del sentido del discurso y Roscio le daba enseguida todo el sentido con otras acciones diferentes, sin que este cambio disminuyese la expresión y fuerza de su representación muda.