Se denomina gastos hormiga a aquellos pequeños consumos no necesarios que realiza una persona o un grupo familiar que en principio no parecen afectar significativamente sus finanzas, pero luego tienen una incidencia económica importante.[1]

Descripción editar

Los gastos hormiga son pequeños gastos superfluos que no atienden necesidades fundamentales de la vida cotidiana. Por lo general se trata de pequeñas sumas de dinero que son desembolsadas a diario y que inciden negativamente en el presupuesto personal o familiar. En definitiva estos gastos se convierten en pérdidas de dinero a las que inicialmente no se les presta atención pero que, acumuladas, dañan el presupuesto y aumentan el endeudamiento.[2][3]

Los gastos hormiga pueden incluir un café a media tarde, unas golosinas, un cigarrillo, pero especialmente, las compras impulsivas, así como las comisiones que se pagan por operaciones con tarjeta bancaria.[4][5]

Los gastos hormiga pueden causar endeudamiento personal o familiar y pérdida de la capacidad de ahorro o de acceso al crédito para atender necesidades humanas fundamentales, como la vivienda o la educación.[6][7][8][9][10][11][12][13][14][15]

Características editar

Entre algunas de las características de los gastos hormiga, sobresalen las siguientes:[16]

  • Son evitables o sustituibles por otros productos o servicios más rentables o económicos.[17]
  • Son gastos cotidianos repetitivos, ya sean diarios, semanales o mensuales.[18]
  • Suelen pasar desapercibidos o no se les da importancia por no ser contabilizados a conciencia.[19]
  • Al ser sumados a fin de mes suelen generar una suma significativa que desequilibra las finanzas personales.[20][21]

Véase también editar

Referencias editar