Un heredium (plural en latín: heredia), en la Antigua Roma, era una medida de superficie, cuya extensión correspondía a dos veces una yugada (lat. iūgerum), actualmente 5039,8 m2 (alrededor de media hectárea). Por tanto, 100 heredias constituyen una centuria,[1]​ que fue la unidad básica para la centuriación del ager publicus.[2]

En la Roma primitiva, según la tradición, las tierras fueron distribuidas a las familias que contribuyeron a la fundación de Roma por el propio Rómulo, quien las entregó en la cantidad de un heredium a cada grupo gentilicio.[3]​ En los orígenes romanos era la única tierra que pertenecía a la propiedad privada del pater familias, que la transmitía a su heredero.

Este patrimonio, que pasaba de padres a hijos, es el origen de la herencia.

Parece que se componía de una casa con su jardín, un cercado para el ganado, las tumbas de los antepasados y cierta extensión para el cultivo.

Véase también editar

Referencias editar

Bibliografía editar

  • Simon Hornblower y Antony Spawforth (1999). The Oxford Classical Dictionary (en inglés). Oxford: Oxford University Press. ISBN 0-19-866172-X.