Hollins contra el Estado de Oklahoma

Es un evento judicial significativo en la historia de la segregación racial en Oklahoma, Estados Unidos de Norteamérica. El Caso Hollins contra el Estado de Oklahoma, involucró a un hombre afroamericano, Jess Hollins. El 30 de diciembre de 1931, solo cuatro días después de ocurrido el presunto ataque, Hollins fue condenado a muerte por haber violado a una mujer blanca. Era analfabeto y en el momento en que confesó el crimen no había visto a un abogado. Al pronunciar la sentencia de muerte, el juez presidente declaró que recordaba el derramamiento de sangre de los Disturbios raciales de Tulsa de 1921. En diciembre de 1932, el Tribunal Penal de Oklahoma concedió a Hollins un nuevo juicio con el argumento de que no había renunciado voluntariamente a su derecho a un abogado y a un juicio con jurado. El juez Will H. Chappel escribió que: "Este negro ignorante e indefenso, con el terror de la mafia en mente, no hizo ni pudo hacer nada voluntariamente y, por lo tanto, no renunció a ninguno de sus derechos constitucionales". En el juicio de 1934, Hollins fue declarado culpable y nuevamente condenado a muerte. Ningún negro sirvió en el jurado que lo condenó; de hecho, los negros habían sido sistemáticamente excluidos del grupo del jurado. Además, el fiscal, Sebe Christian, utilizó un lenguaje calculado para inflamar al jurado. A pesar de que la Corte Suprema de los Estados Unidos y el precedente de Oklahoma sostuvieron que la exclusión deliberada de los negros de los jurados violó la Decimocuarta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos, la Corte Penal de Apelaciones de Oklahoma encontró que Hollins no pudo mostrar evidencia suficiente de exclusión "únicamente a causa de la raza". En 1935 Charles Hamilton Houston lideró la apelación del caso "Hollins contra el Estado de Oklahoma", la Corte Suprema de los Estados Unidos, al examinar el mismo expediente, emitió una opinión unánime y revocó la decisión del tribunal inferior. En un tercer juicio, nuevamente ante un jurado compuesto exclusivamente por blancos en 1936, Jess Hollins fue declarado culpable y sentenciado a cadena perpetua, y murió allí en 1950. Ahora se cree ampliamente que era inocente.[1]

Referencias editar

  1. Alfred L. Brophy. «Hollins contra el Estado de Oklahoma» (en inglés). Consultado el 27 de marzo de 2023.