Isidore Lechat es el personaje principal de la gran comedia del escritor francés Octave Mirbeau, Los negocios son los negocios (1903).

Isidore Lechat
Personaje de 'Los negocios son los negocios, de Octave Mirbeau
Primera aparición 1885, en Lettres de ma chaumière
Última aparición 1903
Creado por Octave Mirbeau
Información personal
Edad 57 años
Nacionalidad francesa
Residencia París y castillo de Vauperdu (Francia)
Religión católica
Características físicas
Sexo masculino
Familia y relaciones
Cónyuge la señora Lechat, 57 años
Hijos Xavier y Germaine
Información profesional
Ocupación los negocios
Especialidad engaño y robo
Aliados la Iglesia católica, los gobiernos franceses
Enemigos los pobres

Un magnate moderno editar

A través del personaje de Isidore Lechat, depredador sin escrúpulos y arquetipo del magnate moderno, Mirbeau desvela crudamente los mecanismos de la sociedad capitalista. Para él, Lechat es el producto de un mundo nuevo, en la fase imperialista del capitalismo mundial, y expande sus tentáculos por todo el mundo. En lugar de especializarse en un único sector del comercio, de la industria o de las finanzas, invierte su dinero en todos los sectores de la vida económica y social. A fuerza de extorsión, se ha convertido en un maestro de la Tercera República y disfruta de una impunidad total: en efecto, Lechat controla un gran periódico que sirve a sus planes expansionistas y tiene la capacidad de manipular o chantajear a los responsables políticos.

Aunque sea de una inteligencia supina para tratar con todo tipo de especuladores, está incapaz de hacer algo frente a la muerte de su hijo, Xavier, y al amor de su hija, la rebelde Germaine, personaje fuerte, el único capaz de dar la réplica a su padre. A pesar de su lucidez en los negocios, Lechat está totalmente ciego en su vida privada: no siente que su esposa está perdida e infeliz, que su hijo es un joven mimado y mediocre, ni que su hija está a punto de huir de sus cadenas de oro. Al final de la comedia, Lechat ha perdido a sus hijos y parece momentáneamente derrotado por el fracaso de todos los planes que tenía para su familia. Pero aún es capaz de sobreponerse un instante para atender sus negocios e imponer unas condiciones leoninas a los dos estafadores que pretendían sacar partido de la situación.

Lechat no es un personaje simpático: es cínico, vulgar, jactancioso, brutal, tiránico con los suyos, su orgullo es desmedido, y no tiene ningún tipo de escrúpulos, ni en lo personal, ni en lo político ni en los negocios. Sin embargo, Octave Mirbeau rechaza todo maniqueísmo y reconoce que este despiadado pirata de los negocios, quien siembra la miseria alrededor de su hacienda y de su magnífico castillo, está, a su manera, un "idealista", porque tiene grandes proyectos potencialmente progresistas: así, contribuye, sin embargo, al desarrollo de las fuerzas productivas.

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