La nueva escuela mexicana
La Nueva Escuela Mexicana
editarLa Nueva Escuela Mexicana (NEM) es una propuesta educativa integral que busca transformar el sistema educativo en México, enfocándose en el desarrollo integral de los estudiantes, la equidad y la inclusión, y la vinculación de la educación con la comunidad y la cultura local.[1]
1. Desarrollo Integral de los Estudiantes
editarEl fomentar un desarrollo integral tiene como objetivo central la consolidación de los alumnos como estudiantes, es decir que la mayoría logre el máximo aprovechamiento de su esfuerzo, y como seres humanos valiosos y creativos. En este sentido es importante fomentar y organizar actividades y programas extracurriculares, complementarios a los planes y programas de estudio, con el objetivo fundamental de fortalecer las actividades tendentes a la formación integral de los estudiantes para propiciar su desarrollo en los ámbitos educativo, humanístico, cultural, artístico, recreativo, cívico, deportivo y de salud. Esto deberá traducirse en el mejoramiento de su nivel de vida, de la comprensión de sí mismos, de su medio ambiente y de su sociedad. (Miguel Robles Bárcena)[2]
El desarrollo integral de los estudiantes es uno de los pilares de la NEM. Este enfoque promueve no solo el aprendizaje académico, sino también el desarrollo emocional, físico y social de los alumnos.[2]
Educación Socioemocional: Se busca que los estudiantes desarrollen habilidades emocionales y sociales que les permitan manejar sus emociones, establecer relaciones positivas y tomar decisiones responsables.[2]
Promoción de la Salud Física: La NEM incorpora programas de educación física y nutrición para fomentar hábitos saludables desde una edad temprana.[2]
Fomento de la Creatividad y el Pensamiento Crítico: Se promueven metodologías de enseñanza que incentiven la creatividad y el pensamiento crítico, preparándolos para enfrentar desafíos del mundo moderno.[2]
2. Equidad e Inclusión
editarEn el sistema educativo existen rezagos históricos, importantes inequidades y complejos desafíos de exclusión y discriminación que deben ser atendidos. Solo de esa manera se puede hacer realidad el nuevo planteamiento pedagógico en todas las escuelas del país y lograr que todos los estudiantes, sin importar su género, origen étnico, cultural, o condición de discapacidad, tengan una educación de calidad y desarrollen su máximo potencial.[3]
La NEM se compromete a garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad, independientemente de su origen socioeconómico, étnico o género.[3]
El propio planteamiento curricular debe apegarse a esta visión, desde su diseño hasta su operación cotidiana. Tanto los planes y programas y los objetivos de aprendizaje los cuales incluyen no sólo conocimientos y habilidades, sino también valores y actitudes, como las prácticas y los métodos educativos, los materiales y los ambientes escolares, tienen que obedecer a la lógica de la equidad y la inclusión. [3]
Acceso Universal a la Educación: Se implementan políticas para asegurar que todos los niños y jóvenes tengan acceso a la educación, incluyendo aquellos en áreas rurales y marginadas.[3]
Educación Inclusiva: Se promueve un ambiente escolar que acepte y celebre la diversidad, haciendo ajustes razonables para estudiantes con discapacidades.[3]
Reducción de la Brecha de Género: Se trabaja en eliminar las barreras que impiden la igualdad de oportunidades educativas entre niños y niñas. [3]
Considerar algunos propósitos y señas de identidad de la educación inclusiva, entre las cuales destacan las siguientes: [3]
1. Reconocer que todas las personas tienen los mismos derechos, sin discriminación alguna.[3]
2. Hacer efectivo el derecho a una educación de calidad para todos.[3]
3. Avanzar hacia escuelas plurales y diversas en su composición.[3]
4. Atender y dar respuesta adecuadamente a la diversidad de necesidades educativas de niñas, niños y jóvenes y ajustar las prácticas de las escuelas a su situación, características y realidades.[3]
5. Beneficiarse de una educación inclusiva no sólo para “aprender a aprender” y “aprender a hacer”, sino también y, sobre todo, para “aprender a ser” y “aprender a convivir”. [3]
El contexto específico de cada plantel o escuela los hace únicos, en ellos se configuran historias, saberes y problemas que comparten las niñas, niños, adolescentes y jóvenes desde los que construyen significados sobre sí mismos y el mundo, lo que incide en la práctica docente y el aprendizaje de los estudiantes.[4]
Los cambios curriculares enfatizan la necesidad de contextualizar los contenidos nacionales para que tengan sentido en la vida de los estudiantes y demandan acompañarlos en su lectura de la realidad partiendo de lo inmediato, para alcanzar una comprensión nacional y global.[4]
La NEM busca fortalecer los lazos entre las escuelas y las comunidades locales, reconociendo la importancia de la cultura y las tradiciones en el proceso educativo.[4]
La voluntad de enfrentar juntos los nuevos currículos mediante la comunicación y la colaboración son ingredientes para construir nuevos vínculos entre la escuela y la comunidad, dejando entrar lo mejor de ella, mientras comparte lo mejor de sí misma más allá de sus muros. Por ello, es fundamental considerar las siguientes acciones: [4]
1. Relacionar los contenidos con los aprendizajes sociales y saberes de la comunidad incluyendo costumbres tradiciones y estilos de vida saludables. [4]
2. Establecer acuerdos que favorezcan el cuidado mutuo entre todos los integrantes de la comunidad y los de la escuela. [4]
3. Promover la responsabilidad social con actividades que busquen transformar el entorno y mejorar la vida de los integrantes de la comunidad. [4]
4. Desarrollar proyectos para vincular la comunidad, las familias, otras escuelas y organizaciones sociales de la localidad donde se ubica la escuela.[4]
Proyectos Comunitarios: Las escuelas implementan proyectos que involucran a los estudiantes en la resolución de problemas comunitarios, promoviendo el aprendizaje basado en el servicio. [4]
Rescate y Promoción de la Cultura Local: Se incorporan elementos de la cultura y las tradiciones locales en el currículo escolar, valorando y preservando el patrimonio cultural.[4]
Participación de Padres y Tutores: Se fomenta la participación activa de los padres y tutores en el proceso educativo, creando un vínculo sólido entre el hogar y la escuela. [4]
La implementación de la NEM representa un esfuerzo significativo para transformar el sistema educativo en México, alineándolo con las necesidades y contextos de los estudiantes, y promoviendo una educación inclusiva, equitativa y culturalmente relevante. [4]