Se llama lama al cieno que queda en los fondos de los parajes donde ha habido agua largo tiempo cuya composición depende de las tierras que las corrientes han lavado y de los sitios por donde han pasado.

Generalmente es un compuesto de arcilla, humus o mantillo, de tierra calcárea y despojos vegetales y animales. Los ríos caudalosos forman en sus desembocaduras en el mar bancos de una extensión considerable. Egipto debe su fertilidad a los que forma el Nilo.

Todas las lamas son abonos excelentes, principalmente en las que domine la tierra vegetal. El cieno que se encuentra cubriendo el fondo de los estanques o lagunas donde crecen plantas acuáticas, no es otra cosa sino turba imperfecta que necesita estar expuesta al aire dos años para que sea provechosa a la vegetación. Otro tanto sucede con el limo o légamo del mar, que solo es provechoso en las tierras al cabo también de dos años, donde ejerce mucha energía a causa de las materias animales y vegetales que contiene. El cieno o limo que se encuentra en los extremos de los saladares es también un abono activo y duradero que pueden emplearse.

Referencias

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Diccionario de agricultura práctica y economía rural: y V : 1853 (Imprenta de Antonio Pérez Dubrull). Imprenta de Don Luis Garcia. 1855.