María Luisa de Austria

Emperatriz consorte de los franceses (1810-1814) Duquesa de Parma Piacenza y Guastalla (1814-1847)

María Luisa de Austria (en francés: Marie-Louise d'Autriche), su nombre completo era María Luisa Leopoldina Francisca Theresa Josepha Lucía de Habsburgo-Lorena, (Viena, Austria, 12 de diciembre de 1791-Parma, Ducado de Parma, 17 de diciembre de 1847), Archiduquesa de Austria, princesa de Hungría y Bohemia, hija del emperador Francisco I de Austria y su esposa, la princesa María Teresa de las Dos Sicilias (1772-1807), Emperatriz y esposa de Napoleón Bonaparte desde 1810 hasta su abdicación el 6 de abril de 1814, luego Ducado de Parma, Ducado de Piacenza y Ducado de Guastalla hasta 1847.[1]

María Luisa de Austria
Emperatriz consorte de los Franceses
Reinado

11 de marzo de 1810 - 3 de abril de 1814

4 años y 5 días
Predecesor Josefina de Beauharnais
Sucesor Vacante

20 de marzo de 1815 - 22 de junio de 1815

3 meses y 2 días
Predecesor Vacante
Sucesor María Amalia de Borbón-Dos Sicilias
(como Reina de los Franceses)
Información personal
Nombre completo María Luisa Leopoldina Francisca Teresa Josefa Lucía
Otros títulos
Nacimiento 12 de diciembre de 1791
Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Hofburg, Viena, Archiducado de Austria, Sacro Imperio Romano Germánico
Fallecimiento 17 de diciembre de 1847
(56 años)
Parma, Ducado de Parma
Sepultura Cripta Imperial de Viena
Familia
Casa real Habsburgo-Lorena
Padre Francisco I de Austria
Madre María Teresa de Borbón-Dos Sicilias
Consorte
Hijos Con Napoleón Bonaparte:
Napoleón II
Con Adam Neipperg:
Albertina de Montenuovo (ilegítima)
Guillermo Alberto de Montenuovo (ilegítimo)
Matilde
Gustavo

Firma Firma de María Luisa de Austria


Fue la mayor de los hijos del emperador Francisco I de Austria. María Luisa creció durante un período de conflicto continuo entre Austria y la Francia revolucionaria. Una serie de derrotas militares a manos de Napoleón Bonaparte habían provocado un alto costo humano en Austria. El final de la guerra de la Quinta Coalición resultó en el matrimonio de Napoleón y María Luisa en 1810, que marcó el comienzo de un breve periodo de paz y amistad entre Austria y el Imperio francés. María Luisa, obedientemente, aceptó el matrimonio a pesar del gran desprecio que sentía hacia Francia. Fue una esposa obediente y adorada por Napoleón, ansioso por casarse con un miembro de una de las principales casas reales de Europa para consolidar su imperio relativamente joven. Dio a luz un hijo que brevemente le sucedió como Napoleón II.

La fortuna de Napoleón comenzó a cambiar dramáticamente en 1812 después de su fallida invasión a Rusia. Las potencias europeas, entre ellas Austria, reanudaron las hostilidades contra Francia en la Guerra de la Sexta Coalición, que terminó con la abdicación de Napoleón y con su exilio en Elba. El Tratado de 1814 de Fontainebleau entregó los ducados de Parma, Piacenza y Guastalla a la emperatriz María Luisa, que gobernó hasta su muerte.

María Luisa se casó dos veces por vía del Matrimonio morganático tras la muerte de Napoleón en 1821. Su segundo marido fue el conde Adam Albert von Neipperg en 1821, un escudero al que conoció en 1814. Ella y Neipperg tuvieron tres hijos Albertina de Montenuovo, Guillermo Alberto de Montenuovo y Mathilde. Después de la muerte de Neipperg en 1829, se casó con el conde Charles René de Bombelles, su chambelán, en 1834. María Luisa murió en Parma en 1847 de pleuresía.

Biografía

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Infancia

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La archiduquesa María Luisa de Austria (que recibió el nombre de bautismo en latín de María Ludovica Leopoldina Francisca Theresa Josepha Lucía) nació en el Palacio Imperial de Hofburg en Viena, poco antes de la medianoche, el 12 de diciembre de 1791, hija mayor del archiduque heredero Francisco I de Austria y su segunda esposa, María Teresa de Nápoles y Sicilia. Es por tanto nieta de María Carolina de Austria (1752-1814), reina de Nápoles y Sicilia. Recibió su nombre en honor a su abuela, María Antonieta de Austria, Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico y reina de Francia por ser la esposa de Luis XVI de Francia. Aliado de Austria desde 1756, el Reino de Francia se enfrentó a una ola revolucionaria que terminó con el Absolutismo y creó una Monarquía constitucional a la que la pareja real se oponía secretamente. Es en este contexto problemático que el 1 de marzo de 1792, muere el emperador Leopoldo II del Sacro Imperio Romano Germánico, hermano de la reina de Francia y de la reina de Nápoles y abuelo de María Luisa. Su padre se convirtió en emperador del Sacro Imperio un año más tarde como Francisco II con tan sólo 24 años y poca experiencia.[2]

El 20 de abril de 1792, Francia le declaró la guerra a su aliado, el Rey de Bohemia y Rey de Hungría, ya que el archiduque aún no había sido coronado emperador en Frankfurt. El 10 de agosto, el rey de Francia y su familia son encarcelados. El 22 de septiembre, se proclama la Primera República francesa. Luis XVI de Francia fue juzgado, condenado a muerte y ejecutado el 21 de enero de 1793, María Antonieta de Austria sufrió el mismo destino el 16 de octubre de 1793. Maria Luisa tenía entonces apenas 22 meses. La guerra contra Francia duraría más de veinte años y tendría un profundo efecto en la joven archiduquesa.

Los años de formación de María Luisa se dieron durante un período de conflicto entre Francia y su familia. Fue criada odiando Francia y las ideas francesas. María Luisa fue influenciada por su abuela María Carolina, que despreciaba la Revolución Francesa, que causó la muerte por decapitación de su tía, María Antonieta. El Reino de Nápoles también entra en conflicto directo con las fuerzas francesas dirigidas por Napoleón Bonaparte. La Guerra de la Tercera Coalición llevó a Austria al borde de la ruina, lo que aumentó el resentimiento de María Luisa hacia Napoleón. La familia imperial se vio obligada a huir de Viena en 1805. María Luisa se refugió en Hungría y más tarde Galicia antes de regresar a Viena en 1806. Su padre renunció al título de emperador del Sacro Imperio Romano, pero se mantuvo como emperador de Austria. Para casarla, sus padres le habían instruido en muchos idiomas. Además de su nativo alemán, hablaba con fluidez en inglés, francés, italiano, latín y español.

En 1807, cuando María Luisa tenía 15 años, su madre murió después de sufrir un aborto involuntario. Menos de un año después, el emperador Francisco se casó con su prima María Luisa de Austria-Este, que era cuatro años mayor que María Luisa. No obstante, María Luisa de Austria adoptó un papel maternal hacia su hijastra.

Estalló otra vez la guerra entre Francia y Austria en 1809, lo que resultó en la derrota de los austriacos de nuevo. La familia imperial tuvo que huir de Viena de nuevo antes que la ciudad se rindiera el 12 de mayo. Su viaje se vio obstaculizado por el mal tiempo, y llegaron a Buda "mojados, y casi agotados por la fatiga."

Relaciones entre Francia y Austria

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Aunque alejada de la guerra y de la política, María Luisa sintió desde su infancia las consecuencias de las batallas libradas por Austria contra la Francia de Napoleón: el Tratado de Campo Formio, que confirmaba las primeras derrotas de Austria, se firmó en 1796, cuando ella tenía sólo cuatro años. También está imbuida de un profundo odio hacia el comandante francés, que, a sus ojos, es el diablo. Cuando la noticia del secuestro y ejecución de Luis Antonio Enrique de Borbón-Condé por Napoleón llegó a Viena en 1804, los Habsburgo-Lorena recordaron el destino de María Antonieta de Austria y comenzaron a temer la caída de otras personas de la corona. A los ojos de María Luisa, que entonces tenía 12 años, Bonaparte era la encarnación de la Revolución que quería destruir la Iglesia y las monarquías de Europa, mientras que su amado padre era defensor del orden y la justicia. Mientras tanto, temiendo que Napoleón acabase con el Sacro Imperio Germanico, Francisco II elevó el Archiducado de Austria al rango de Imperio y se proclamó Emperador de Austria con el título de Francisco I.[1]

El 20 de octubre de 1805, durante la Guerra de la tercera coalición, Napoleón infligió una severa derrota al ejército austríaco en la Batalla de Ulm. Un mes después, el emperador francés entró en Viena y se instaló en Schonbrunn. Marie-Louise, de 13 años, y sus hermanos y hermanas son enviados a Hungría. Desde la ciudad de Ofen, la archiduquesa espera que el destino de la guerra favorezca a los aliados y escribe a su madre: "El destino irá del lado de mi padre, y finalmente llegará el momento en que este usurpador será humillado. Tal vez Dios le permita llegar a este nivel para privarle, después de haberse atrevido tanto, de toda salida".

Pero, contrariamente a sus expectativas, el 2 de diciembre de 1805, Napoleón ganó la decisiva Batalla de Austerlitz. La derrota siguió con la Tratado de Presburgo, bastante desfavorable para Austria, que se vio privada de muchos territorios (Véneto, Dalmacia, Tirol y Vorarlberg) y poco después, en agosto de 1806, el Sacro Imperio Romano Germánico deja de existir. La Austria derrotada queda aislada.

El 13 de abril de 1807, la emperatriz María Teresa de las Dos Sicilias murió a los 35 años, después de dar a luz a su duodécimo hijo, una niña que nació muerta. El emperador Francisco, que a sus 39 años es viudo por segunda vez, busca una nueva esposa. En enero de 1808, se casó con su prima María Luisa de Austria-Este, conocida como María Ludovica, de 19 años, hija de los difuntos archiduques Fernando Carlos de Austria y María de Módena, expulsados de su Ducado de Módena por las tropas francesas y que vivían exiliadas en Viena.

Marie-Louise, sólo cuatro años menor que su madrastra, se convierte en su amiga y su relación se intensifica. La emperatriz María Ludovica, que por su frágil y delicada salud no podía tener hijos, consideraba los de su marido como propios. De María Luisa dice: "No creo que hubiera podido amarla más que si no la hubiera llevado en mi vientre, además ella lo merece, porque su carácter es fundamentalmente bueno".

En 1809 se reanudó la guerra entre los dos imperios y Austria quiso anular el Tratado de Paz de Presburgo. Una vez más, a pesar de las hazañas del archiduque Carlos, Napoleón demostró ser un estratega más hábil y la guerra giró a su favor. El 4 de mayo, la familia imperial huyó nuevamente de Viena, que fue ocupada por los franceses por segunda vez el 12 de mayo. Desde Ofen, Maria Luisa, con 17 años, escribe a su padre: "Vivimos constantemente con miedo, sin saber si cada nuevo día nos trae alegría o tristeza".

El 6 de julio de 1809, Napoleón gana la Batalla de Wagram y Austria se rinde. La derrota fue seguida con el Tratado de Schönbrunn, que resultó humillante para Austria.

Bodas por poder en Viena [3]

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Despedida de María Luisa a su familia, por Pauline Auzou, 1812.

El 20 de diciembre de 1809, Napoleón I se divorció de Josefina de Beauharnais porque ella no le dio un hijo. Las dudas sobre propia esterilidad han sido disipadas: tiene un hijo con Éléonore Denuelle de La Plaigne, y Marie Walewska también está esperando un hijo suyo. Tras un intento de asesinato contra Napoleón, el emperador se preocupa por fundar una Dinastía teniendo descendientes legítimos. Por lo tanto, rápidamente busca volver a casarse. Tras rechazar a las candidatas francesas, dos candidatas resultaron vencedoras, la gran duquesa Ana Pávlovna Románova, de 14 años, hermana del zar Alejandro I de Rusia, y la archiduquesa María Luisa, de 17 años, hija del emperador Francisco I de Austria. Molesto por la falta de entusiasmo mostrada por la corte rusa y convencido por la actividad diplomática del conde Klemens von Metternich, que temía una alianza entre París y Moscú y que había persuadido a Francisco II para que entregara a su hija a su enemigo, Napoleón decidió rechazar la alianza rusa.[4]

María Luisa, a quien nunca se le mantuvo informada de las negociaciones a través de los canales oficiales, escribió el 23 de enero de 1810 a su amiga Victoire: "Sé que en Viena ya me ven casada con el gran Napoleón, espero que eso no suceda y te lo agradezco mucho querida Victoire, un saludo. Sobre este tema hago deseos en contra para que esto no ocurra y creo que sería el único que no estaría contento por ello".

Napoléon aceptó entonces la oferta del emperador de Austria, a quien había obligado a firmar la paz después de la difícil victoria en la Batalla de Wagram. Este matrimonio también pretende calmar las relaciones entre Francia y Austria, que llevan 18 años de guerra. Las gestiones se realizaron a través del embajador de Austria en París, Charles Philippe de Schwarzenberg, y la solicitud oficial fue hecha en Viena el 7 de marzo por el representante de Napoleón, Louis Alexandre Berthier, príncipe de Neuchátel, esposo de una princesa de Baviera y recientemente príncipe de Wagram. Cuando Metternich informó oficialmente a la archiduquesa de su próximo matrimonio, María Luisa se quejó a su padre, quien se justificó diciendo que el acuerdo había sido hecho por sus ministros, sin que él supiera nada al respecto; sin embargo, es poco probable que las negociaciones se hubieran llevado a cabo sin que él fuera informado. María Luisa acepta entonces "sacrificarse por la felicidad del Estado", aunque detesta a este "ogro corso".

María Luisa se casó con Napoleón el 11 de marzo de 1810 como era la tradición del Antiguo Régimen (y más particularmente la que se aplicó para el matrimonio de María Antonieta de Austria) en la Iglesia de los Agustinos (Viena) y se convierte en su segunda esposa. Napoleón I estaba interesado en emparentarse con una de las casas reales más antiguas de Europa, como era la de los Habsburgo, para que así su heredero tuviera menos dificultades en ser aceptado entre los demás monarcas europeos. El testigo de Napoleón es su antiguo enemigo, el archiduque Carlos de Austria-Teschen, tío de María Luisa y antiguo comandante de las tropas austriacas que se opusieron a Napoleón en Eslinga, pero fueron derrotados en Wagram. El arzobispo de Viena concede la bendición nupcial y bendice doce anillos de boda porque se desconoce el tamaño del dedo de Napoleón.[5]

Marie-Louise abandonó Viena el 13 de marzo. El gran rito del "entrega de la novia" tendrá lugar el 16 de marzo cerca de Braunau am Inn. Napoleón quería que la ceremonia siguiera el protocolo utilizado cuarenta años antes para María Antonieta. La joven princesa austriaca pasa sucesivamente por tres pequeñas habitaciones de madera (habitación austriaca, habitación neutral y habitación francesa), en la primera se desnuda; en la segunda, se viste con ropas traídas por la corte imperial francesa y es recibida por la hermana menor de Napoleón, la reina Carolina Bonaparte. En tercer lugar, se convierte en auténticamente francesa al pasar a formar parte de Baviera, un país aliado de Francia.

Se celebraron recepciones en su honor en Estrasburgo y en Nancy,y el 28 de marzo estaba previsto el encuentro con el Emperador en Soissons. Impaciente, el emperador no pudo contenerse y fue a recibir el carruaje en Compiègne, donde llegaron el 27 de marzo. Marie-Louise es entonces presentada ante el tribunal. Napoleón decidió romper el protocolo, y esa misma noche decidió tener relaciones sexuales con su nueva esposa, no sin antes preguntar al obispo de Nantes si el matrimonio por poderes en Viena le otorgaba los derechos de un marido sobre su esposa. Tras recibir una respuesta favorable, decide unirse antes de la ceremonia en París. Después de comprobar las intenciones de la novia, Napoleón le pide a su hermana Carolina, que recuerde brevemente el papel de la mujer durante esa noche. Napoleón recordaría más tarde sobre aquella noche durante su exilio en la Isla de Elba: "Fui hacia ella y ella hizo todo riendo. Ella se rió toda la noche. A la mañana siguiente, felizmente, le susurró a su ayudante de campo el señor Anne Jean Marie René Savary: "Querido mío, cásate con una alemana, son las mejores mujeres del mundo, dulces, buenas, ingenuas y frescas como las rosas".[6]

La boda oficial en el Louvre

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El 1 de abril de 1810, la unión civil se celebra en la gran galería del Palacio de Saint-Cloud en presencia de la Corte y de la familia imperial. Napoleón pensó inicialmente en casarse en Versalles, pero eligió el palacio donde, en 1799, había llevado a cabo su Golpe de Estado al proclamarse Primer Cónsul de la República. Cinco años más tarde, de nuevo en Saint-Cloud, fue nombrado emperador. Durante la ceremonia se produjo la primera ruptura con el colegio cardenalicio: dieciséis cardenales participaron en la boda y trece la rechazaron.

El 2 de abril de 1810 París recibe a María Luisa con pompa bajo una maqueta de tamaño natural del Arco de Triunfo de París. A los 40 años, vestido con su traje imperial, Napoleón se casó con la archiduquesa de Austria María Luisa, de 18 años, en el Salón Carré del Louvre transformado para la ocasión en capilla por el arquitecto Pierre-François-Léonard Fontaine. El matrimonio fue consagrado por el tío del Emperador el cardenal Joseph Fesch. La ruptura con el clero se hizo más evidente cuando, además de la ausencias de los trece cardenales, se sumaron otros tres que no quisieron asistir a la boda. Napoleón estaba todavía bajo la excomunión que había recibido en 1809, y era considerado por ellos como un "bígamo" a falta de ratificación por parte del Papa Pío VII de su divorcio de Josefina de Beauharnais. Napoleón no estaba contento con esta rebelión y puso a los cardenales bajo vigilancia policial en las provincias. El descontento también afectó a la corte: las hermanas y cuñadas de Napoleón se negaron a llevar la cola de "la Austríaca", apodo de María Luisa como se llamaba antiguamente a María Antonieta. La Emperatriz no sabe que ya se habla de ella así en todo París, los bonapartistas prefieren a Josefina, los republicanos la odian como sobrina de la reina decapitada, los monárquicos no perdonan dar con este matrimonio una especie de legitimidad a la familia Bonaparte. María Luisa está lejos de sospechar la animosidad que ha engendrado su matrimonio.

Las celebraciones son grandes y muy costosas. Johann Nepomuk Hummel compuso una Cantata Nupcial (22 movimientos) para solistas, orquesta, un coro austríaco y un coro francés. Los fuegos artificiales, obra de Ruggieri (empresa fabricante muy importante de la época), iluminan el cielo de París. La ceremonia vista en los Campos Elíseos (París), "desde la Plaza de la Concordia hasta la Barrera de la Estrella" (hoy Plaza Charles de Gaulle), despertaron una admiración general. Doce buffets ocupan el Cours la Reine (hoy Campo de golf de la Reina) y cerca de los Campos Elíseos, las fuentes brotan durante veinticuatro horas. Luego, durante tres semanas, la pareja pasó su Luna de miel en las provincias belga y holandesa, antiguos territorios austriacos en los que la nueva emperatriz fue recibida cálidamente.

Al ser confinado Napoleón I en la isla de Elba, María Luisa y su hijo marcharon a Austria, donde residieron bajo la tutela de su padre Francisco I. María Luisa conservó el título de emperatriz de los franceses y le asignaron los ducados italianos de Parma, Plasencia y Guastalla en 1814. Estos tres estados italianos le fueron confirmados en el Congreso de Viena y los tendría hasta su muerte.[7]

Cuatro años de convivencia con Napoleón (1810-1814)

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La vida de una emperatriz

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Napoleón se enamoró rápidamente de María Luisa, cuyo noble nacimiento y virtudes domésticas admiraba. María Luisa resultó ser una esposa ideal para el emperador; había sido entrenada para obedecer desde la infancia, era devota, cariñosa y no interfería en los asuntos políticos. María Luisa es una "niña encantadora", se dirige a su marido de manera informal para gran sorpresa de los cortesanos y el emperador la llama "Nana" o "Popo". Metternich intentó influir en la emperatriz para que ejerciera cierto control sobre su marido y lo llevará a una política pro-austríaca, pero María Luisa se negó.[8]

Aunque apreciada por el Emperador, María Luisa es, para los franceses, la nueva "austriaca". En sus cartas a su padre, dice que es feliz, pero a veces deja traslucir cierta amargura. El poeta Alphonse de Lamartine habla de ella como de una "estatua de la melancolía del norte abandonada en medio de un campamento francés, en medio del estruendo de las armas".

En el Palacio de las Tullerías, cuatro habitaciones en las que María Antonieta vivió durante la Revolución Francesa están reservadas para ella. María Luisa no se sentía a gusto en ese país y, como indica Napoleón en sus memorias, "siempre tuvo miedo de estar entre los franceses que habían asesinado a su tía". A la Emperatriz no le gusta el ambiente de la corte ni todo este círculo de nobles complacientes y serviciales. En su diario María Luisa escribió: "No me gusta que me adulen en mi presencia, sobre todo cuando el elogio no es verdadero, como cuando me dicen que soy bella". Sin embargo, María Luisa encontró como amiga a su primera dama de compañía, la duquesa de Montebello , recientemente viuda del mariscal Lannes, de 47 años.

Los cortesanos pronto empezaron a despreciar a la emperatriz, María Luisa era muy tímida, no tenía el encanto ni la despreocupación de la emperatriz Josefina y, a diferencia de esta última, prefería la intimidad de su vida privada a la sociedad parisina. Una mujer del siglo XIX mientras que Joséphine era una mujer del siglo XVIII. María Luisa se contenta con desempeñar el papel de primera dama junto a su marido, mostrando la actitud recta y dócil aprendida en la corte de Viena.

La joven emperatriz entró rápidamente en conflicto con el clan corso Bonaparte que, antes de ella, había mostrado el mismo odio hacia Josefina. Mientras que la madre de Napoleón, María Leticia Ramolino, se contentaba con lanzar miradas despectivas a la joven inexperta, sus hijas la avergonzaban en la Corte. La única persona con la que mantiene buenas relaciones es Hortense de Beauharnais, reina de Holanda. En cuanto a Josefina, María Luisa le teme y no desea conocerla. Las dos emperatrices son muy diferentes y el propio Napoleón las compara: "En una (Josefina) todo es arte y gracia, en la otra (María Luisa) es la inocencia hecha persona". Josefina permanece "siempre más o menos alejada de la verdad" mientras que María Luisa "no sabe fingir y nunca se aleja de la verdad". Otra gran diferencia entre ambas se refiere al gasto de la Corte en vestidos y joyas, Josefina incluso superó a María Antonieta, ya famosa por sus extravagancias, y por ejemplo, entre 1804 y 1806, gastó 6.647.580 francos. María Luisa todavía está por debajo de los 500.000 francos que le fueron concedidos.

En su vida privada, la Emperatriz se dedicó a las actividades que habían llenado sus días en Viena y que Napoleón disfrutaba. Ella continúa realizando trabajos de bordado y costura; tocar instrumentos sigue siendo una de sus actividades favoritas y se dedica al arpa, al clavicémbalo y al piano. Ferdinando Paër le dio lecciones de canto y María Luisa le ayudó en su carrera en París, en 1812, se convirtió en director del Teatro de la Ópera Italiana y del Teatro de la Emperatriz. Proudhon y Jean-Baptiste Isabeyson sus profesores de dibujo.La lectura es un pasatiempo importante, pero también es una herramienta de aprendizaje y educación. Aunque criticada, le gusta leer las obras de François-René de Chateaubriand (Atala (novela), René (Novela) y El genio del cristianismo). Se dedica también, aunque con más reservas, a la lectura de textos más frívolos como de Madame de Genlis y Nicolás Edme Restif de la Bretonne, cuya coquetería típicam}ente francesa no le gusta.

María Luisa da mucha importancia a las comidas y es una entusiasta de la gastronomía. Le gusta jugar al billar, pasear por los jardines del Palacio del Elíseo y montar a caballo por el Palacio de Saint-Cloud. A ella no le apasiona la caza; sólo lo sigue en un carruaje. En cuanto al Palacio de Versalles, está dividida, le gusta el parque del Pequeño Trianón, que le recuerda a Laxenburg, pero la atmósfera le parece impregnada de la difunta María Antonieta. Habiendo crecido en el ambiente devoto de Viena, María Luisa asistía a misa los domingos y en festividades religiosas. Dentro de los límites concedidos por su marido y bajo el estricto control del aparato estatal, también se dedicó a la caridad.[9]

Descendencia

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De este matrimonio nació un solo hijo, Napoleón II.

Nacimiento del primer hijo y la primera regencia

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María Luisa quedó embarazada en julio de 1810. El embarazo no presenta problemas particulares y el título del niño ya está elegido: Rey de Roma si es niño, Princesa de Venecia si es niña. Las complicaciones surgieron durante el parto, que duró doce horas, la Etiqueta (código) Imperial prohibía la presencia de una partera, por lo que el obstetra designado, el doctor Antoine Dubois, ofició el parto, sin la ayuda inicial del médico personal del Emperador, Jean-Nicolas Corvisart. Al romperse el saco amniótico, la vida del niño y de la madre están en peligro. El doctor Dubois preguntó entonces a Napoleón I a quién salvar en caso de peligro. Napoleón dijo entonces que había que salvar primero a la madre: "Vamos, no perdáis la cabeza, salvad a la madre, pensad sólo en la madre.La naturaleza no tiene leyes, señor, actuad como si fuera una pequeña burguesa de la calle Saint-Denis, comportaos exactamente como si estuvierais esperando al hijo de un zapatero", respondió el emperador a Dubois, contrariamente a la costumbre que era salvar al niño, lo que equivalía a salvar la alianza austríaca, pues Napoleón pensaba que María Luisa podría darle otros herederos. Dubois, que había llamado a Corvisart, tuvo que utilizar "fórceps" porque el niño nació por los pies, lo que hizo gritar a Maria Luisa. Así nació, a las 9:15 horas de la mañana del 20 de marzo de 1811, el esperado heredero Napoleón II Bonaparte, rey de Roma, pero "sin dar señales de vida". Corvisart llegó al lugar y encontró al bebé tendido en el suelo a un lado, con Dubois sólo cuidando a la madre. Corvisart hizo que lo froten y el niño finalmente gritó después de siete minutos. María Luisa sufrió mucho y los médicos le aconsejaron que no tuviera más embarazos, lo que confinó aún más a la Emperatriz a sus aposentos. El recién nacido fue rápidamente confinado a su institutriz.

El 9 de junio de 1811 en la Catedral de Notre Dame de París es bautizado Napoleón Francois Charles Joseph. Sus nombres rinden homenaje a su padre, a su abuelo materno, a su tío José Bonaparte y a su abuelo Carlo Buonaparte. Sus padrinos fueron el duque Fernando III de Toscana (en representación del Emperador), María Leticia Ramolino, José Bonaparte y Hortensia de Beauharnais. Es la condesa Sophie Vilain XIIII quien sostiene al niño en la pila bautismal. María Luisa, como muchos otros soberanos antes que ella, no podía ocuparse directamente del niño. De hecho, Napoleón ya había planeado su formación y educación, su esposa se mantuvo a distancia. A una de sus damas de compañía le confió: "Me están robando a mi hijo, mi querido niño, me gustaría tanto poder mecerlo, pasearlo, mostrárselo yo misma al Emperador. Estoy segura de que en Austria me habrían permitido pasar todos los días con mi hijo".[10]

El reinado

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La situación del Ducado de Parma

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Después de la conquista napoleónica, el Ducado de Parma fue anexado a Francia y pasó a ser el departamento de Taro. El 13 de febrero de 1814, Parma está ocupada por las tropas del general austríaco Laval Nugent von Westmeath. Por orden de Metternich, creó un gobierno provisional compuesto por los marqueses Cesare Ventura, el conde Filippo Magawly-Cerati y el marqués Casimiro Meli Lupi di Soragna, mientras que el mariscal Heinrich von Bellegarde tomó posesión del ducado en nombre del Emperador[11]​. El 27 de julio de 1814, la regencia fue revocada y Magawly fue nombrado primer ministro. El 6 de agosto de 1814 Magawly estableció un nuevo sistema administrativo dividiendo el ducado en dos distritos, Parma y Guastalla por un lado y Piacenza por el otro. Cada distrito tiene un gobernador y un consejo, el gobernador de Parma es Vincenzo Mistrali. Los dos distritos están bajo la autoridad de un ministro que depende directamente de María Luisa y que tiene a su lado un Consejo de Estado.

Para velar por los intereses de su hijo, María Luisa permanece presente en Viena y el 31 de marzo de 1815 invita a sus súbditos a rendir obediencia al emperador Francisco, mandato que él revoca el 7 de marzo de 1816 cuando decide unirse a Parma.

Duquesa de Parma, Piacenza y Guastalla

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La nueva duquesa parte hacia Italia el 7 de marzo de 1816. A su lado está su amado y hombre de confianza, Adam Albert von Neipperg. El Ducado no carece de apoyos: el Reino lombardo-véneto está gobernado directamente desde Viena, el Gran Ducado de Toscana lo gobierna Fernando III de Toscana, uno de sus tíos más queridos, y en el Ducado de Módena reina Francisco IV de Módena, hermano de la emperatriz María Luisa de Austria-Este, recién fallecida. Su abuelo Fernando I de las Dos Sicilias reinó en el trono de Nápoles.[12]

Antes de tomar posesión de su nuevo ducado, la ex emperatriz de los franceses quiso italianizar su nombre. Tras el nombre alemán Marie Luise y el francés Marie-Louise, tomó el nombre de Maria-Luigia, que hizo público por decreto el 29 de febrero de 1816. La entrada oficial en el ducado tiene lugar el 18 de abril. Poco después, escribió a su padre: "La gente me recibió con tal entusiasmo que se me saltaron las lágrimas". Su primer destino es el Palacio Ducal de Colorno, su futura residencia de verano. Al día siguiente partió hacia Parma.

María Luisa no estaba realmente involucrada en la política, era Neipperg, su primer Mayordomo y ministro de Asuntos Exteriores, quien gobernaba el ducado, obedeciendo las directivas de Metternich. El 27 de diciembre de 1816, María Luisa suprime el puesto de Primer Ministro y Magawly se ve obligado a dimitir y el 1 de marzo de 1817, Neipperg fue nombrado gobernador del Ducado. La Duquesa se contentó con las funciones representativas que ya había desempeñado en el pasado, se convirtió en la benefactora de su Estado y la protectora de las artes y la cultura. María Luisa sólo desea "poder pasar su vida aquí en la mayor tranquilidad". La pobreza en Parma es grande y las condiciones higiénicas muy malas. El gobierno ducal se preocupó en primer lugar de mejorar el equilibrio del Estado. Parma, que se convierte en residencia y sede de la administración del Estado, tiene privilegios respecto a Piacenza.

En febrero de 1817, las primeras aspiraciones liberales comenzaron a surgir a través de las asociaciones de Los Sublimes Maestros (una sociedad secreta creada por Filippo Buonarroti) y los Carbonarios, que intentaron organizar una insurrección. María Luisa se vio obligada, bajo presión de Viena, a crear una comisión compuesta por civiles y militares que juzgaría a los carbonarios con "justicia y clemencia". Las únicas dos personas condenadas a muerte tuvieron sus penas conmutadas por trabajos forzados.

El 1 de mayo de 1817, aunque los médicos franceses habían declarado que ya no podía tener hijos, dio a luz a Albertina de Montenuovo, a quien le dieron el título de condesa de Montenuovo (italianización de Neuberg, una forma cercana a Neipperg). El 8 de agosto de 1819 nace un hijo, Guillermo Alberto de Montenuovo (Guglielmo Alberto o Wilhelm Albrecht, según con quién hable). En 1822 y 1823, María Luisa dio a luz dos hijos más, Matilde y Gustavo, quienes murieron casi inmediatamente.

María Luisa no puede reconocer a sus hijos ilegítimos, quienes por tanto no pueden vivir en palacio. Esta situación la hace sufrir, pues su existencia es conocida en Parma y en Viena, donde su padre acaba de casarse por cuarta vez con Carolina Augusta de Baviera.

En cuanto a su primer hijo en Viena, no pudo suceder a su madre en el trono de Parma, que había caído en manos de los Borbones tras la muerte de la duquesa. María Luisa escribió a su padre: "Es mi deber como madre y mi firme voluntad ver que se hagan los arreglos futuros para mi hijo mientras aún estoy viva", y pidió los territorios palatino-bávaros de Bohemia perteneciente a su tío Fernando III de Toscana. Finalmente, el niño recibió como compensación los territorios y el título de "Su Alteza Serenísima el Duque de Reichstadt"

Para obtener las patentes imperiales que establecía los títulos y rango de su hijo, María Luisa viajó a Viena. Permaneció allí desde el 2 de julio hasta el 1 de septiembre de 1818 y es una alegría para ella abrazar a su hijo mayor a quien su abuelo ama sinceramente, y es un dolor tener que dejarlo nuevamente. Lo volvió a ver dos años después, en 1823 luego en 1826, 1828, 1830 y, finalmente, en 1832, en su lecho de muerte.

La muerte de su hijo

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A la edad de veinte años, Napoleon II, Duque de Reichstadt, enfermó de tuberculosis, que lo consumió hasta su muerte. Su condición, desde junio de 1832, se deteriora considerablemente. A María Luisa no la informaron de la salud de su hijo, porque Viena la quería en Parma debido a la delicada situación política. En cuanto llegaron noticias más graves de Viena, María Luisa no dudó en partir, a pesar de la fiebre y la tos. El 24 de junio, finalmente ve a su hijo. Murió el 22 de julio de 1832, llamando a su madre que está a su lado. Su muerte fue lamentada con gran consternación por su madre, su abuelo y toda la corte austriaca.

Matrimonio con Neipperg

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En el verano de 1814, el emperador Francisco envió al conde Adam Albert von Neipperg a acompañarla en el balneario de Aix-les-Bains con la intención de frustrar cualquier intento de acompañar a Napoleón a Elba. Pronto la emperatriz se enamoró del conde y él se convirtió en su chambelán y defensor personal en el Congreso de Viena.

Cuando Napoleón escapó de Elba y restableció su gobierno, los aliados le declararon nuevamente la guerra. Su madrastra, la esposa del emperador Francisco I de Austria, le pidió que participara de las procesiones para orar por el éxito de los ejércitos austriacos, pero ella rechazó la insultante propuesta. María Luisa le envió un mensaje al secretario privado de Napoleón: "Espero que él entienda la miseria de mi posición... yo nunca asentiré un divorcio, pero me jacto de que no se opondrá a una separación amistosa, y que no guardará algún mal sentimiento hacia mí... Esta separación se ha convertido en un imperativo; no afectará en modo alguno los sentimientos de estima y gratitud que conservo".

Tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, el Congreso de Viena reconoció a María Luisa como gobernante de Parma, Piacenza y Guastalla, así como duquesa vitalicia de Parma, ya que los aliados no querían que el heredero de Napoleón pretendiera derecho alguno sobre Parma. Según lo estipulado en el Congreso, María Luisa no podía llevar a su hijo a Italia, por lo que lo dejó en Viena, al cuidado de su padre, abuelo de Napoleón II.

María Luisa partió hacia Parma el 7 de marzo de 1816 acompañada de Neipperg y entró en el ducado el 18 de abril. Dejó en gran medida la gestión de los asuntos cotidianos a Neipperg, que recibía instrucciones de Metternich. En diciembre de 1816, María Luisa destituyó al Gran Chambelán (primer ministro) en funciones e instaló a Neipperg.

Descendencia

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María Luisa de Austria y Adam Albert von Neipperg tuvieron cuatro hijos apellidados Montenuovo:

Matrimonio con Charles-René

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Al enviudar de Neipperg en 1829, María Luisa se casó en terceras nupcias con el aristócrata Charles-René de Bombelles, otro administrador enviado por la corte de Viena. Este nuevo matrimonio de dos personas que se acercan a la vejez no está dictado por el amor, sino por la conveniencia de tener un marido que es el primer hombre del Estado.

El 12 de marzo de 1835 muere Francisco II, María Luisa escribió a su amiga Victoire: "He perdido a la persona que en las circunstancias más difíciles de mi vida fue un padre, un amigo y un consejero". Con el nuevo emperador, su hermano Fernando I de Austria, un ser bueno pero limitado, María Luisa tiene relaciones puramente formales.

Títulos, tratamientos y órdenes

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Títulos

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  • 12 de diciembre de 1791 - 2 de abril de 1810: Su Alteza Imperial y Real la archiduquesa María Ludovica de Austria, princesa de Hungría y Bohemia
  • 2 de abril de 1810 - 6 de abril de 1814: Su Majestad Imperial y Real la emperatriz de los Franceses, reina de Italia
  • 2 de abril de 1810 - 22 de junio de 1815: Su Majestad Imperial y Real la reina de Italia
  • 22 de junio de 1815 - 17 de diciembre de 1847: Su Majestad Maria Luisa, Princesa Imperial y archiduquesa de Austria, Duquesa de Parma, etc...[13][14]

De conformidad con el Tratado de París (1814), María Luisa mantuvo su rango imperial, así como los títulos de princesa imperial y archiduquesa de Austria, princesa real de Hungría y Bohemia

Órdenes

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Ancestros

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Galería de imágenes

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Referencias

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  1. a b Fabienne Maniere (12 de septiembre de 2019). «María Luisa de Habsburgo-Lorena (1791-1847)» (en francés). Archivado desde el original el 12 de septiembre de 2019. Consultado el 3 de marzo de 2025. 
  2. Fabienne Maniere (12 de septiembre de 2019). «María Luisa de Habsburgo-Lorena (1791-1847): la baza dinástica de Napoleón» (en francés). Archivado desde el original el 12 de septiembre de 2019. Consultado el 1 de marzo de 2025. 
  3. Auzou Paulina. «Napoleón en privado - La historia analizada en imágenes y obras de arte». Ministerio de Cultura (Francia) (en francés). Archivado desde el original el 28 de marzo de 1810. Consultado el 29 de marzo de 2025. 
  4. Fabienne Maniére (27 de diciembre de 2009). «Abdicación y despedida de Napoleón I» (en francés). Archivado desde el original el 27 de diciembre de 2009. Consultado el 31 de marzo de 2025. 
  5. «Marie Louise». Enciclopedia Britannica 1911 (en inglés). Archivado desde el original el 7 de marzo de 2025. Consultado el 7 de marzo de 2025. 
  6. Fabienne Maniére. «María Luisa de Habsburgo-Lorena (1791-1847)» (en francés). Archivado desde el original el 9 de diciembre de 2019. Consultado el 7 de marzo de 2025. 
  7. Emmanuelle Papot. «Marie-Louise of Austria» [María Luisa de Austria] (en inglés). Archivado desde el original el 5 de julio de 2004. Consultado el 28 de marzo de 2025. 
  8. «La Emperatriz que gobernó un país al que odiaba». Diario Hoy (Argentina). 7 de enero de 2025. Archivado desde el original el 7 de enero de 2025. Consultado el 31 de marzo de 2025. 
  9. Sánchez Hita, Beatriz (10 de noviembre de 2011). «El matrimonio de Napoleón Bonaparte con la archiduquesa María Luisa». Universidad de Alicante. Archivado desde el original el 10 de noviembre de 2011. Consultado el 30 de marzo de 2025. 
  10. María Pilar Queralt Del Hierro (7 de septiembre de 2020). «¿Qué fue del hijo de Napoleón?». La Vanguardia. Archivado desde el original el 7 de septiembre de 2020. Consultado el 8 de marzo de 2025. 
  11. «Maria Luisa: Archiduquesa de Austria». Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Archivado desde el original el 10 de enero de 2025. Consultado el 17 de abril de 2025. 
  12. Miguel Martínez Velasco (22 de noviembre de 2016). «Maria Luisa de Austria». Archivado desde el original el 22 de noviembre de 2016. Consultado el 17 de abril de 2025. 
  13. a b Almanacco della ducal corte di Parma (en italiano). 1843. Consultado el 31 de octubre de 2017. 
  14. a b c d Almanacco della ducal corte di Parma (en italiano). 1843. Consultado el 31 de octubre de 2017. 
  15. Almanacco per le provincie soggette all' imperiale regio governo di Venezia (en italiano). 1842. Consultado el 31 de octubre de 2017. 
  16. Manuale del regno lombardo-veneto per l' anno (en italiano). Imperiale regia stamperia. Consultado el 27 de febrero de 2018. 

Bibliografía

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Enlaces externos

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Predecesor:
Josefina de Beauharnais
 
Emperatriz consorte de los franceses

10 de enero de 1810-22 de junio de 1815
Sucesor:
María Amelia de Borbón
Reina de los Franceses
Predecesor:
Jean Jacques Régis de Cambacérès
(titular, como parte de Francia)
 
Duquesa de Parma

1814–1847
Sucesor:
Carlos II de Parma
Predecesor:
Charles-François Lebrun
(titular, como parte de Francia)
Duquesa de Piacenza
1814–1847
Sucesor:
Carlos II de Parma
Predecesor:
Parte de Francia
Duquesa de Guastalla
1814–1847
Sucesor:
Cedida a Módena