Pólipos endometriales

Los pólipos endometriales son proliferaciones hiperplásicas localizadas de las glándulas endometriales y estroma que rodea un centro vascular que forma proyecciones sésiles o pedunculadas a partir de la superficie del endometrio.[1]​ El síntoma predominante es el sangrado genital, en el 68% de los casos. La prevalencia de esta patología se encuentra por encima del 7,8 %.

Una imagen de pólipos endometriales

Anatomía editar

El útero consiste en una capa interna de mucosa llamada endometrio, que rodea la cavidad endometrial, está formado por un epitelio de células cilíndricas y estroma especializado. La región superficial sufre cambios periódicos con el ciclo menstrual. La estimulación estrogénica sostenida puede ocasionar cambios hiperplásicos o carcinoma.[2]

Etiología editar

  • Desbalance de niveles estrógenos/progesterona: hormonas reguladoras de proliferación y apoptosis en el endometrio, pareciera ser que ambas contribuyen en la elongación de arterias espirales, estroma y glándulas endometriales dando la apariencia polipoídea a estos crecimientos.
  • Mutaciones genéticas: genes HMGIC y HMGIY, determinan una sobreexpresión de la aromatasa endometrial lo que ocasiona una mayor producción de estrógenos locales con la subsecuente sobre estimulación de la proliferación.
  • Origen monoclonal: constituyen a proliferaciones monoclonales benignas del mesénquima.
  • Sobreexpresión de proteína P63: proteína marcadora y reguladora de las células de reserva de la capa basal del endometrio, su expresión estaría aumentada en portadoras de pólipos endometriales.[3]

Fisiopatología editar

Se ha descrito que en su crecimiento intervienen los estrógenos y la progesterona, y se detectan niveles más altos de receptores en el interior de los pólipos que en el endometrio normal circundante. Estas dos hormonas elongan las glándulas endometriales, el tejido del estroma y las arterias espirales, y con ello surge la característica imagen polipoide.[2]

Presentación clínica editar

La mayoríá son asintomáticos, sin embargo el síntoma predominante es el sangrado genital, ya sea en la forma de metrorragia postmenopaúsica, menorragia, sangrado intermenstrual y/o post coital.[3]

Factores de riesgo editar

  • Hipertensión arterial: altera los mecanismos apoptóticos celulares, favoreciendo el crecimiento celular.
  • Diabetes mellitus tipo 2: favorece el crecimiento y alteraciones celulares, mediados por aumento de IGF-1 en estados de hiperinsulinemia.
  • Obesidad: determina hiperestrogenismo, estimula los receptores endometriales y favorece el crecimiento celular.
  • Edad: existe un aumento importante después de los 40 años, con mayor prevalencia entre los 45 a 50 años.
  • Tamoxifeno: los pólipos endometriales representan la patología endometrial más común en pacientes postmenopaúsicas en tratamiento con tamoxifeno.[3]

Diagnóstico editar

  • La histeroscopia diagnóstica constituye el método más sencillo para el diagnóstico, evaluación y tratamiento de los pólipos endometriales, su práctica permite confirmar la naturaleza y localización de la lesión, evaluar detalladamente el endometrio, establecer un diagnóstico anatomopatológico con tomas de biopsia del pólipo y del endometrio, presenta una sensibilidad y especificidad entre 95-100%.[4]
  • La sonohisterografía es un procedimiento ultrasonográfico simple para la evaluación de las alteraciones endometriales y subendometriales, particularmente en pacientes con problemas de fertilidad, sangrado uterino pre y postmenopaúsico y alteraciones en la interfase del endometrio en el examen ultrasonográfico previo.[5]
  • La ecografía transvaginal con doppler color, ha sido utilizada en múltiples estudios para el diagnóstico de los pólipos endometriales basándose en la presencia de un pedículo vascular, y para valorar la vascularización de los pólipos e intentar definir criterios de vascularización patológicos.[4]
  • El frotis de papanicolaou no es un medio eficaz para identificar pólipos, sin embargo en ocasiones los identifica de manera fortuita.[2]

Diagnóstico diferencial editar

Para determinar el diagnóstico diferencial es necesario el interrogatorio cuidadoso, ya que es frecuente la confusión de sangrados transvaginales con los de origen uretral y rectal.[6]

Los principales diagnósticos diferenciales son:[3]

  1. Hiperplasia endometrial
  2. Carcinoma endometrial polipoideo
  3. Adenofibroma
  4. Adenosarcoma
  5. Adenomioma polipoideo atípico

Tratamiento editar

Conservador no quirúrgico: Considerando el carácter predominante benigno de un pólipo y conociendo los factores relacionados con malignidad, el tratamiento expectante sin intervención es propuesto como opción terapéutica en aquellos pólipos asintomáticos y menores a 10mm, dado su alto rango de resolución espontáneo a 12 meses de seguimiento.[3]

Otras terapias médicas: Los análogos GnRH causan menopausia artificial, no cuentan con suficiente evidencia para ser recomendado como tratamiento único, y su mayor utilidad está en casos de pólipos de gran volumen, para reducir su tamaño y así permitir un procedimiento técnicamente más simple.[3]

Conservador quirúrgico: Actualmente, dentro del manejo quirúrgico conservador, la histeroscopia quirúrgica es considerada el gold standard diagnóstico y terapéutico en enfermedades benignas de cavidad endometrial, incluidas el pólipo endometrial.[3]​ Por esa razón, la polipectomía por histeroscopia como técnica operatoria pudiera tener su mayor eficacia en mujeres sintomáticas o en aquellas con factores de riesgo de transformación cancerosa. Entre los riesgos están la menopausia, pólipos que miden más de 1.5cm, hemorragia anormal y uso de tamoxifeno. Por medio de histeroscopia es posible extraer el pólipo y lograr su ablación o fragmentación electroquirúrgica.[2]

Pronóstico editar

Los pólipos endometriales presentan escasa tendencia a sufrir transformación maligna o premaligna, entre el 0.5% y el 1%. Se han sugerido ciertos criterios o características clínicas que se asocian a malignidad, las pacientes premenopaúsicas asintomáticas y con pólipos menores a 1.5cm pueden ser sometidas a observación. La edad, la menopausia y la hipertensión se asocian a malignidad. Cuando se trata de pacientes con pólipos que toman tamoxifeno la prevalencia de hiperplasia y adenocarcinoma es mayor.[4]

Véase también editar

Referencias editar

  1. Schwartz. Principios de cirugía (10 edición). México, D.F.: McGrwa-Hill Interamericana. 
  2. a b c d Willians Ginecología (tercera edición). México, D.F.: McGraw-Hill Interamericana. 
  3. a b c d e f g Vigueras, A. Escalona, R. (2016). «Pólipos endometriales: Actualización en diagnóstico y tratamiento.». Revista Chilena de obstetricia y ginecología (Talcahuano, Chile.: SciELO) 81 (2). 
  4. a b c Villanueva, E. Muñoz, M. (2007). «Pólipos endometriales». Revista Española de obstetricia y ginecología. (Valencia, España) 1 (7): 359. 
  5. Chávez, L. (2013). «Sonohisterografía: Un método de estudio». Sociedad Mexicana de radiología e imágenes. (Puebla, México.). 
  6. Rodríguez, R. Lazcano, G. (2011). Práctica de la geriatría (tercera edición). McGraw-Hill Interamericana. 

Bibliografía editar

  1. Schwartz Principios de cirugía (10 edición). (2015) Brunicardi, C. Anderson, D. Billiar, T. Dunn, D. Hunter, J. Matthews, J. Pollock, R. México, D.F. McGraw-Hill Interamericana.
  2. Willians Ginecología (3 edición).Hoffman, B. Schorge, J. Bradshaw, K. Halvorson, L. Schaffer, J. Corton, M. (2017) México, D.F. McGraw-Hill Interamericana.
  3. Práctica de la geriatría (3 edición). (2011) Rodríguez, R. Lazcano, G. McGraw-Hill Interamericana.
  4. Pólipos endometriales: Actualización en diagnóstico y tratamiento. (2016) Vigueras, A. Escalona, R. Revista Chilena de obstetricia y ginecología. Talcahuano, Chile.
  5. Pólipos endometriales. (2007) Villanueva, E. Muñoz, M. Revista Española de obstetricia y ginecología. Valencia, España.
  6. Sonohisterografía: Un método de estudio. (2013) Chávez, L. Sociedad Mexicana de radiología e imágenes. Puebla, México.