Pan rallado

restos de pan seco

El pan rallado o pan molido es pan duro, generalmente seco de varios días, que ha sido finamente picado mediante un rallador. Su textura harinosa se emplea en la elaboración de diferentes platos y alimentos en forma de rebozado, empanado o gratinado con la intención de proporcionar una costra dura al freírlos. Ejemplos: las croquetas, los Wiener Schnitzel, las milanesas. En otras ocasiones se emplea como medio aglutinante; de esta forma se puede emplear en la masa cárnica de las albóndigas, para dar consistencia a los gazpachos[cita requerida], etc.

Pan rallado expuesto en un plato.

Características editar

Es una forma casera de emplear el pan atrasado de otros días, aunque se puede secar pan en el horno si se desea: 100 °C durante media hora. Es más frecuente ver el pan rallado originario de pan blanco debido a que es más susceptible de ponerse duro. El pan rallado puede conservarse en un sitio seco durante varios meses, y se comercializa en las panaderías y en los supermercados, e igualmente se elabora con los restos atrasados o no vendidos. También puede llevar otros ingredientes como almidón de maíz y emulgentes diversos, espesantes, antioxidantes y gasificantes (bicarbonato sódico y difosfato disódico).

En algunas ocasiones se aromatiza el pan rallado con ciertos ingredientes (como, por ejemplo, ajo), especias (como perejil finamente picado), sal, etc., para que al aplicarse a los alimentos proporcione un mayor sabor.

Véase también editar